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La Alianza Nacional de Movimientos Populares (NAPM): Monumento de violaciones

La NAPM decide apoyar el abrumador número de personas comunes, a fortalecer sus culturas de coexistencia, a luchar por las necesidades reales –empleo, sustento, dignidad, seguridad de vida y trabajo– de lxs pobres, lxs trabajadorxs y lxs marginadxs, y a no permitir que se abuse de la religión para alimentar las luchas sectarias, para distraernos de los problemas urgentes de las personas y para destruir nuestra secularidad y la democracia constitucional.
La inauguración del templo de Ram en Ayodhya es un ataque frontal a la democracia constitucional, liderado por el Primer Ministro. Debemos resistir el proyecto "Rashtra hindú" de mentiras, odio y violencia, y lxs responsables de la demolición criminal de la mezquita de Babur deben ser responsabilizadxs jurídicamente.
La inauguración del templo de Ram en Ayodhya es un ataque frontal a la democracia constitucional, liderado por el Primer Ministro. Debemos resistir el proyecto "Rashtra hindú" de mentiras, odio y violencia, y lxs responsables de la demolición criminal de la mezquita de Babur deben ser responsabilizadxs jurídicamente.

La Alianza Nacional de Movimientos Populares (NAPM por sus siglas en inglés) expresa su profunda angustia por el inicio de la construcción del Templo de Ram en Ayodhya, mediante la ceremonia de Bhumi Pujan que culminó con la colocación de la primera piedra el 5 de agosto. La participación en la ceremonia de nada menos que el Primer Ministro, la administración de Uttar Pradesh y su Ministro Principal, a pesar de que estos cargos tienen el mandato constitucional de seguir siendo secular, es otro golpe contra nuestros principios constitucionales.

La importancia del día no se le escapa a nadie. El 5 de agosto se cumple el primer aniversario de la revocación del artículo 370 que desmembró el único estado de mayoría musulmana de la India, Jammu y Cachemira, arrebatándole su autonomía política. En estas circunstancias, la colocación de la primera piedra el 5 de agosto tiene un profundo significado simbólico, marcando otro paso en la rápida deriva de nuestro país hacia un "Rashtra hindú”. ¡En la actualidad hay una petición pendiente en la Corte Suprema que pide la eliminación de las palabras "socialista" y "secular" de nuestra constitución!

El momento actual marca la culminación de un proceso violento a través del cual una mezquita ha sido convertida por la fuerza en un templo mediante una combinación de violencia callejera, movilización masiva e historias fabricadas y con la complicidad de la policía y los tribunales, así como de los llamados partidos políticos seculares. La sentencia del año pasado de la Corte Suprema concedió toda la estructura en disputa al "partido hindú" basándose en una lógica dudosa. El caso civil fue abstraído del caso criminal, y la violencia y los trastornos que había detrás de la demanda "hindú" fueron completamente pasados por alto, ¡más bien legitimados!

La Corte Suprema, a pesar de señalar que el namaz se ofreció en el "lugar en disputa" hasta 1949 –aceptando que los ídolos de Ram se introdujeron a escondidas en la mezquita ese año, que fue demolida ilegalmente en 1992 y que no se construyó derribando ningún templo– ¡no responsabilizó a lxs infractorxs y más bien lxs recompensó ofreciendo las "tierras en disputa" para construir el templo! La sentencia descaradamente parcial se produjo a raíz de una serie de sentencias –en particular, la sentencia de Ismail Farooqui en 1994 y la sentencia de la Corte Superior de Allahabad en 2010– y maniobras administrativas –sobre todo las que permietieron silenciosamente la demolición de la mezquita en 1992– que han debilitado progresivamente el caso "musulmán".

La sentencia de la Corte Suprema de 2019 no sólo acepta la lógica problemática de las sentencias anteriores, sino que también legitima la narrativa Hindutva del "conflicto civilizacional" entre hindúes y musulmanes, y las distorsiones de la historia que han sido fundamentales a la demanda del templo de Ram. De hecho, las cortes y la administración han traicionado repetidamente la causa secular y los principios constitucionales a lo largo de los años.

El Rashtra hindú está en todas partes hoy en día. La espectacular inauguración del templo de Ram se convierte en una prioridad gubernamental a pesar de problemas cruciales como el hambre, la salud y la crisis económica, así como los evidentes desafíos de la vida y los medios de subsistencia, especialmente en los estados orientales y nororientales devastados por inundaciones. La reunión masiva celebrada a pesar de las condiciones de la pandemia de Covid-19, en presencia de un Primer Ministro sexagenario, es aclamada como un acto de "orgullo nacional", mientras que reuniones como la organizada por el Tablighi Jamaat ¡son denunciadas selectivamente por lxs políticxs Hindutva y sus medios de comunicación compinches por perpetuar el "corona-jihad"!

Las diyas y los thaalis se utilizan para luchar contra el Covid-19, mientras que se hace poco por fortalecer el sistema de salud pública en ruinas. La Nueva Política Educativa habla de "indianización" incluso cuando la educación pública se debilita aún más y la perpetuación de las desigualdades socioeconómicas en y a través de la educación no se reconocen como problemas urgentes. Se está privatizando un sector tras otro, se están debilitando las leyes que van desde la electricidad hasta el medio ambiente y el trabajo, reservas enteras de carbón en el corazón de las tierras adivasi se están abriendo a subastas privadas, ¡y la nación está literalmente a la venta por lxs autoproclamadxs patriotas en el poder! El "Rashtra hindú" no es sólo sectario, sino profundamente antipopular de múltiples formas.

La lucha contra el Rashtra hindú fascista y corporativo no puede librarse sin buscar justicia por los males perpetrados en su nombre, incluida la conversión de la mezquita de Babur en un templo de Ram a través de mentiras, manipulación y violencia. La lucha se hace aún más difícil dada la complicidad y la traición de las cortes, las administraciones, grandes sectores de los medios de comunicación y los llamados partidos políticos seculares, ¡cuyas "máscaras" se caen rápida y repetidamente!

Observamos el 5 de agosto como el Día de la Protesta Nacional, un día de violación imperdonable de los principios y derechos democráticos y constitucionales por parte de los más altos cargos e instituciones que tienen el mandato de defender estos valores.

Decidimos apoyar el abrumador número de personas comunes, fortalecer sus culturas de coexistencia, luchar por las necesidades reales –empleo, sustento, dignidad, seguridad de vida y trabajo– y no permitir que se abuse de la religión para alimentar las luchas sectarias, para distraernos de los problemas urgentes de las personas y para destruir nuestra secularidad y la democracia constitucional.

Seguiremos resistiendo, desafiando y cuestionando democráticamente a los poderes fácticos en todas las formas de prejuicios, distorsiones legales, normalización del odio Hindutva, violencia y esfuerzos tóxicos para borrar la memoria histórica de la política fascista.

Available in
EnglishSpanishPortuguese (Portugal)FrenchGermanPortuguese (Brazil)
Translators
Francisco Dominguez and Tim Swillens
Date
10.08.2020
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