El 11 de noviembre la Internacional Progresista organizó una discusión sobre el impacto planetario de las elecciones estadounidenses con, entre otrxs, la Dra. Yara Hawari, escritora y activista del movimiento feminista palestino Tal3at. Puedes verla aquí.

Mientras el mundo se veía envuelto en las elecciones estadounidenses del 3 de noviembre, Israel demolió silenciosamente todo un enclave beduino en el norte del Valle del Jordán, dejando a más de 70 palestinxs sin hogar justo cuando las temperaturas empezaron a bajar en la Cisjordania ocupada.

Alrededor de las 11 de la mañana del martes, lxs residentes de Khirbet Husna se sorprendieron al ver una caravana de jeeps militares israelíes, acompañados de varias excavadoras y bulldozers, que se dirigían por el camino de tierra a su aldea.

"Lxs soldados suelen venir aquí para evacuarnos cuando tienen entrenamiento militar", le dijo Fatima Abu Awwad a Mondoweiss, mientras estaba sentada en medio de los escombros de lo que fue su casa sólo 24 horas antes.

“Pero generalmente nos dan una advertencia previa. Esta vez vinieron y nos dijeron que saliéramos de nuestras casas, nos dieron solo 10 minutos”, dijo, agregando que lxs soldados estaban acompañadxs por decenas de trabajadorxs de la Administración Civil de Israel, la agencia encargada de hacer cumplir cosas como la demolición de viviendas en Cisjordania.

Después de lo que parecieron unos segundos, cuando Abu Awwad y su esposo intentaban vaciar su casa de todas las pertenencias que podían, las excavadoras israelíes comenzaron a demoler todo lo que les rodeaba, mientras lo que ella describió como cientos de soldados y trabajadorxs de la Administración Civil lxs rodeaban.

“No dejaron nada sin tocar”, dijo Abu Awwad. “Nuestras casas, nuestros corrales de ganado, nuestros baños, nuestros tanques de agua, paneles solares, todo. Destruyeron todo”.

Apenas unas horas después de que las fuerzas israelíes concluyeran su campaña de demolición en Khirbet Humsah, un frente frío se extendió por Cisjordania dejando a las familias de la aldea luchando por encontrar cualquier tipo de refugio.

"Estaba frío, ventoso y lluvioso, y no teníamos a dónde ir, ningún lugar para protegernos a nosotrxs mismxs y a nuestrxs hijxs pequeñxs", dijo, y agregó que la familia se vio obligada a dormir bajo carpas de plástico improvisadas, en colchones fríos y mojados en el suelo empapado que había debajo.

"Siento que estoy destrozada por dentro", le dijo Abu Awwad a Mondoweiss. “Mira a tu alrededor lo que nos ha pasado, ¿cómo te sentirías? No nos queda nada".

“Esto es terrorismo”

Khirbet Humsah es una comunidad beduina palestina que comprende varios pequeños grupos de carpas y cabañas, esparcidos por las llanuras de al-Buqei’a en el norte del valle del Jordán. Es el hogar de 11 familias de pastores beduinxs que han vivido en la tierra durante décadas.

Las familias mantienen un estilo de vida seminómada, dependiendo de la ganadería y la agricultura para mantener a un total de 74 personas, incluidos 41 niñxs.

De acuerdo con el grupo de derechos humanos israelí B’Tselem, además de 18 estructuras de vivienda en la aldea, las fuerzas israelíes demolieron 29 carpas y cobertizos utilizados como recintos para el ganado, tres cobertizos de almacenamiento, nueve carpas utilizadas como cocinas, 10 baños portátiles, 10 corrales de ganado, 23 contenedores de agua, dos paneles solares y comederos y bebederos para el ganado, junto con más de 30 toneladas de forraje para el ganado, y confiscaron un vehículo y dos tractores pertenecientes a tres residentes.

Varias de las estructuras destruidas en la aldea, como los baños portátiles y los paneles solares, fueron donados por la Unión Europea y otras organizaciones de ayuda extranjeras.

Comentaristas palestinxs, como Ali Abunimah, han criticado abiertamente el continuo fracaso de la UE a la hora de tomar medidas concretas contra Israel por la destrucción de los hogares y estructuras palestinas, muchas de las cuales, especialmente en zonas beduinas como Khirbet Humsah, han sido donadas por la UE.

Durante un recorrido por la aldea un día después de la demolición, el ministro de la Autoridad Palestina (AP), Walid Assaf, jefe de la Comisión Nacional Contra el Muro y los Asentamientos, describió la demolición como un acto de "terrorismo".

Parado frente a uno de los paneles solares destruidos, Assaf preguntó "¿qué peligro representa esto para la seguridad de un estado que tiene los ejércitos y armas nucleares más fuertes?" señalando que los paneles solares alimentan las luces de la aldea, que no están conectadas a ninguna red de agua o electricidad.

Assaf aseguró a lxs residentes, incluidxs Abu Awwad y su esposo, que contaban con el “apoyo total” de la Autoridad Palestina, que planeaba suministrar varias carpas nuevas para reconstruir la aldea.

“Israel tiene como objetivo expulsarnos, limpiarnos étnicamente y demoler nuestras aldeas en preparación para la anexión y la expulsión de lxs palestinxs del Valle del Jordán”, dijo Assaf, añadiendo: “permaneceré con ustedes hasta que todo sea reconstruido. Incluso si tenemos que dormir aquí, si tenemos que levantar carpas, como hicimos en Khan al-Ahmar, no dejaremos esta zona”.

"Todo se reduce a la anexión"

Khirbet Humsah se encuentra en el corazón del Valle del Jordán y es parte de más del 60 por ciento de Cisjordania que se encuentra situada en el Área C.

Según activistas, la demolición de toda la comunidad es una de las operaciones de demolición más grandes llevadas a cabo por las fuerzas israelíes en años.

B’Tselem señaló que con la demolición de Khirbet Humsah, el 2020 se ha convertido hasta ahora en uno de los peores años para lxs palestinxs en cuanto a demolicion de viviendas, con más palestinxs perdiendo sus hogares solo en los primeros 10 meses de este año que durante cualquier otro año desde 2016.

“Como resultado de la política de Israel, 789 palestinxs ya han perdido sus hogares en 2020, incluyendo 404 menores que vivían en 218 hogares —comparado con 677 palestinxs en todo el 2019, 379 en 2018 y 521 en 2017” dijo el grupo.

Aunque la tierra de Khirbet Humsah no es propiedad de lxs habitantes beduinxs, es propiedad privada de varixs terratenientes palestinxs locales que residen en la cercana ciudad de Tubas y sus aldeas circundantes.

Uno de esos terratenientes, Moataz Bisharat, es un activista local en el Valle del Jordán. Le dijo a Mondoweiss que, a pesar de que las escrituras de la tierra prueban su propiedad, el Estado de Israel también considera la tierra como tierra estatal, que utiliza para entrenamiento militar activo.

“Israel designa estas tierras como ‘zonas de tiro activas y ‘zonas militares cerradas’, y usa esto como pretexto para evacuar y desplazar constantemente a estxs palestinxs que viven aquí”, dijo Bisharat.

Si bien estas “zonas de tiro” han afectado a las comunidades de pastores palestinas en el Valle del Jordán durante décadas, Bisharat dice que lxs activistas han visto un aumento en los últimos años de una tendencia inquietante empleada por el Estado en estas zonas.

"El ejército vendrá y demolerá estas comunidades o las desplazará de sus hogares, alegando que no pueden estar en estas zonas militares", dijo.

"Pero después de que lxs palestinxs hayan sido expulsados, el ejército entregará la tierra a lxs colonxs", continuó. "Hemos visto esto en las zonas de al-Mzuqah, Abu al-Qanduh, al-Farsiyeh, y Khirbat al-Sweid, todo en los últimos años".

El proceso de expulsión de lxs palestinxs y la entrega de tierras a lxs colonxs, dice Bisharat, es indicativo de la agenda de Israel en la región del Valle del Jordán: "Todo se reduce a la anexión".

Bisharat subrayó que, si bien Israel no hizo cumplir oficialmente la anexión como estaba previsto el 1 de julio de este verano, ha seguido cambiando los hechos sobre el terreno, todo ello con lo que, según él, es el "pleno apoyo y respaldo de los países normalizadores" como los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein.

"Israel tiene un objetivo claro: expulsar a lxs palestinxs de esta tierra, sustituirlxs por colonxs y anexar la tierra a Israel", dijo. "Y lo están haciendo todo a la vista de la comunidad internacional".

Las elecciones estadounidenses sirven de "fachada"

Moataz Bisharat, junto con varixs otrxs activistas locales e internacionales, condenaron a las fuerzas israelíes por utilizar las elecciones estadounidenses como "fachada" para su campaña de demolición en Khirbet Humsah.

"Aunque la comunidad internacional ha rechazado la anexión, la ocupación (israelí) quería hacerlo discretamente a espaldas de la comunidad internacional", dijo Bisharat. "Lo que está ocurriendo ahora mismo es la anexión de las tierras palestinas, una anexión tranquila y silenciosa".

El primer ministro palestino Muhammad Shtayyeh tuiteó "Mientras la atención se centra en #USElection2020, Israel eligió esta tarde para cometer/encubrir otro crimen: demoler 70 estructuras palestinas, incluyendo casas".

Omar Shakir, de Human Rights Watch, también usó Twitter para escribir "ya es suficiente", añadiendo que el "crimen de guerra" tuvo lugar mientras el mundo estaba distraído por las elecciones de EE. UU.

Bisharat culpó a la administración Trump de haber dado al "gobierno de extrema derecha" de Israel luz verde para cometer tales crímenes en el Valle del Jordán, calificando la demolición de Khirbet Humsah como "terrorismo internacional organizado contra la existencia palestina y lxs palestinxs".

Yumna Patel es corresponsal para Mondoweiss, radicada en Belén, Palestina.

Foto: Yumna Patel, Mondoweiss