Pero para muchos millones de personas en todo el planeta, este episodio representa la verdadera cara de los Estados Unidos de América.
Es la cara que los Estados Unidos han mostrado en sus intervenciones armadas contra gobiernos democráticamente elegidos en todo el mundo.
Es la cara que los Estados Unidos han mostrado en su violencia diaria contra las comunidades negras y en sus mortíferas deportaciones de familias indocumentadas.
Y es la cara que los Estados Unidos siguen mostrando en su promoción de los beneficios farmacéuticos en contra de la salud pública de sus naciones vecinas.
Lxs miembros de la Internacional Progresista sabemos que Trump no es una aberración, sino el heredero de una larga tradición de "masacre americana".
Y nosotrxs, miembros de la Internacional Progresista, nos mantenemos unidxs –en los Estados Unidos y en todo el mundo– en la lucha por la democracia y la justicia global.
Porque los Estados Unidos necesitan un nuevo rostro, no un nuevx presidente y este ajuste de cuentas no puede venir de la negación de su pasado, sino a través de la verdad y la reconciliación con sus ciudadanxs y víctimas, aliadxs y "adversarixs".
Donald Trump dejará la Casa Blanca en cuestión de días. Pero este proceso de reconciliación aún no ha comenzado. La Internacional Progresista seguirá luchando hasta que se haga.