La elección presidencial llega durante uno de los años más tumultuosos desde el fin de la guerra interna de Perú. A fines del año pasado estallaron protestas masivas en todo el país contra la destitución del ex Presidente Martín Vizcarra y la desconfianza generalizada en el sistema político. En un levantamiento que conmocionó a la nación y sorprendió al mundo, la presidencia cambió de manos tres veces en solo una semana.
Ahora, el pueblo peruano se prepara para votar y escribir un nuevo capítulo en la historia de su país. Desde organizaciones campesinas en las zonas rurales hasta movimientos estudiantiles en las ciudades, lxs peruanxs están protestando en las calles para enterrar el legado de la dictadura de Fujimori con una nueva constitución para Perú, inspiradxs por la experiencia de sus vecinos en Chile.
Pero fuerzas poderosas se están organizando en su contra. Solo este mes, las élites peruanas contemplaron abiertamente el potencial de un golpe militar para evitar reformas progresistas. En paralelo, la extrema derecha ha pedido la muerte del principal candidato presidencial Pedro Castillo, y la prohibición total de los partidos que amenazan el statu quo desde la izquierda.
Es por ello que la Internacional Progresista está enviando una delegación de observación a Perú: para resistir estos esfuerzos e intimidación y para apoyar al pueblo peruano en su búsqueda de la soberanía popular.
Convocando fuerzas progresistas de todas las Américas –incluyendo parlamentarixs de Ecuador y Chile, líderes sindicales de Argentina y analistas independientes de los Estados Unidos– respondemos a los urgentes llamados de todxs lxs peruanxs advirtiendo de graves amenazas al proceso democrático.
Estas amenazas no son solo domésticas. Bajo el liderazgo de Luis Almagro –culpable de fomentar un violento golpe en contra de Evo Morales y el MAS en noviembre de 2019– la Organización de Estados Americanos (OEA) pone en peligro el proceso electoral en cada país en el que esté presente.
En Bolivia, Ecuador y ahora en Perú, la Internacional Progresista ha desarrollado un observatorio electoral alternativo para enfrentarse a la OEA y defender la integridad del proceso democrático contra las envalentonadas fuerzas de la reacción y el imperio.
Nuestro observatorio hace algo más que verificar los votos y vigilar las irregularidades del proceso electoral. También nos movilizamos para defender la democracia frente a (i) los medios de comunicación que responden a los intereses de la clase dominante, (ii) las tácticas escandalosas de guerra legal y (ii) la violencia descarada para tomar el poder.
Por eso es esencial la solidaridad material e internacional. La presencia de fuerzas progresistas sobre el terreno –y el escrutinio de sus aliados en todo el mundo– es un baluarte fundamental contra el autoritarismo en países como Perú.
Pero lo que está en juego en estas elecciones va mucho más allá del propio Perú. Las elecciones presidenciales del 6 de junio sentarán las bases de una secuencia de elecciones fundamentales en la región: de Chile, Colombia y Brasil.
Partimos hacia Lima con el compromiso de defender el proceso democrático peruano en este momento decisivo, pero con la mirada puesta en el horizonte de la verdadera soberanía popular, en Perú, en la región y en el mundo.
Foto: Samantha Hare / Flickr
