Dra. Naledi Pandor: Es el momento de una agenda global progresista

La Dra. Naledi Pandor insta a los BRICS a liderar un cambio progresista y a emprender una acción colectiva en oposición al dominio unipolar, a la explotación económica y al multilateralismo débil.
En el discurso inaugural del simposio Internacional BRICS Ascendente de la Internacional Progresista, la Dra. Naledi Pandor analiza las crisis de la hegemonía unipolar, el debilitamiento del multilateralismo y la desigualdad sistémica que afectan al Sur Global.

Presidente de la sesión

Excelencias

Distinguidos invitados

Damas y caballeros

Camaradas

Reciban un cordial saludo. Es un gran honor tener el privilegio de dirigirme a ustedes en la primera sesión de este importante y oportuno simposio.

El mundo se encuentra hoy en un punto de inflexión, pues enfrenta una unipolaridad hostil y vengativa, una crisis cada vez más profunda del multilateralismo y del respeto al derecho internacional, una codicia sin escrúpulos, una riqueza abominable, una pobreza extrema y los efectos visibles de las catástrofes y el cambio climático.

En su valioso libro La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre (2007) ¹, Naomi Klein ilustra de manera convincente que ninguno de estos acontecimientos es accidental. Según sugiere, son manifestaciones de la práctica de la doctrina militar de la "conmoción y pavor", una estrategia de los poderosos diseñada para utilizar amenazas de guerra y conflictos civiles con el fin de generar el caos suficiente que permita el saqueo desenfrenado de los recursos de los países en desarrollo y, así, fosilizar su dependencia de las naciones más poderosas para su rescate y supervivencia. A estos gobiernos los respaldan las instituciones de Bretton Woods, que implementan un conocido conjunto de prácticas que incluyen el colapso económico, los planes de austeridad estatal y la reversión de programas de servicios públicos que proveen servicios básicos.

Es muy alentador que los organizadores del simposio hayan optado por hacer frente a esta práctica bien diseñada para garantizar que las naciones del Sur sigan siendo vulnerables. Sin embargo, el análisis descriptivo de Klein señala la necesidad de prestar cuidadosa atención al problema que enfrentamos y de planificar respuestas eficaces y adecuadas. De hecho, nos encontramos ante un contexto complejo y devastador, y los desafíos relacionados no pueden resolverse únicamente con una excelente retórica y discursos bien redactados.

Se deben analizar varias cuestiones fundamentales.

En primer lugar, la idea de que Estados Unidos constituye el eje global que ha persistido durante mucho tiempo y, aunque se lo considera una amenaza para la multipolaridad, la capacidad de desafiar su posición preponderante es exigua.

En segundo lugar, las principales potencias emergentes, como India y tal vez China, no se consideran a sí mismas un contrapeso ideológico equivalente al Occidente dominante. Su mayor preocupación parece ser lograr el éxito económico, en lugar de establecer una identidad global más progresista y un nuevo conjunto de relaciones.

En tercer lugar, África no ha logrado superar siglos de colonialismo y ha permitido que tanto la capacidad insuficiente como el crecimiento limitado y la dependencia determinen su geopolítica. Supeditarse a la extracción de recursos minerales para generar ingresos públicos ha retrasado la industrialización y la capacidad productiva del continente. El papel actual de la Unión Africana y los esfuerzos para implementar la Agenda 2063 sugieren que es posible un progreso genuino en África.

En cuarto lugar, las crecientes violaciones del derecho internacional sugieren que la cohesión global en torno a las normas internacionales acordadas se está resquebrajando y requiere una firme afirmación a nivel mundial. Esto implica un compromiso más sólido con una verdadera reforma de las Naciones Unidas y un mayor apoyo a unas Naciones Unidas robustas, renovadas y eficientes.

En quinto lugar, los BRICS se ampliaron sin una agenda política clara, lo que ha dado lugar a un grupo indefinido que debe establecer una base común en un entorno geopolítico que se desmorona rápidamente. 

Todos estos factores requieren una atención concentrada y bien encauzada. Si se acuerda que los BRICS pueden convertirse en líderes de ideales progresistas, deberíamos plantearnos fomentar la creación de un grupo de pensadores estratégicos, bien provistos de recursos, que trabaje estrechamente con los líderes en la elaboración de una visión de un mundo transformado, en el que los BRICS desempeñen un papel clave en el desarrollo estratégico. La presidencia actual de los BRICS parece dispuesta a considerar un rol más estratégico para el grupo. Por lo tanto, el momento de iniciar un proceso hacia un cambio en la orientación política es ahora.

Si bien los BRICS han logrado avances importantes en sus 17 años de existencia, todos sabemos que, en gran medida, han sido un grupo orientado al consenso, que no ha expresado con demasiada claridad su intención de transformar los asuntos mundiales o el sistema multilateral actual. La señal más audaz de que esta actitud ha cambiado fue la creación del Nuevo Banco de Desarrollo. El éxito del banco al impulsar una agenda de inversión centrada en los BRICS apunta a la inmensa capacidad de cambio progresista que permanece latente en el grupo. El banco necesita aumentar el número de accionistas y fortalecer la colaboración con otras entidades financieras dedicadas al desarrollo.

Los recientes acontecimientos mundiales han puesto de manifiesto profundas diferencias en las posturas políticas entre los Estados miembros de los BRICS. Los Estados miembros de los BRICS tenían opiniones divididas acerca de la guerra entre Rusia y Ucrania. Respecto al genocidio israelí en Gaza y los territorios palestinos ocupados, les resultó complejo alcanzar una perspectiva común. La declaración de 2023 fue verdaderamente histórica. Sin embargo, aunque se condenó la matanza de inocentes, las relaciones entre Israel y algunos de los miembros de los BRICS siguen vigentes. Tal vez lo más preocupante fue el fracaso de los BRICS a la hora de proponer soluciones o intervenir a medida que se profundizaba la crisis bélica. Una vez más, este grupo de países, y tal vez sus laboratorios de ideas, deberían proponer a sus líderes que, si pretenden influir y dar forma a los asuntos mundiales, deben mostrarse como un colectivo, promover negociaciones para misiones de paz y acuerdos constitucionales.

Sin duda, los BRICS no pueden lograr esto por sí solos. Nuestro mayor desafío es el gran número de organizaciones sin estructura definida que, aunque deberían impulsar una agenda progresista, no lo logran.

Los líderes de los BRICS deberían convocar reuniones y acordar acciones conjuntas con sus homólogos de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), la Unión Africana, el G77 y China, el Movimiento de Países No Alineados (MPNA) y otros bloques regionales. Juntos, deberían tener el cometido de consensuar una agenda progresista común que busque poner fin a la proliferación de armas nucleares, la degradación climática y la explotación de las personas vulnerables y marginadas. Dos miembros de los BRICS han logrado una significativa reducción de la pobreza en las últimas cuatro décadas: India y China pueden aportar mucho en la elaboración de una nueva agenda global orientada al Sur.

Las lecciones aprendidas pueden compartirse con el continente africano, el Caribe y otras regiones para garantizar que también puedan desempeñar un papel independiente en los asuntos mundiales.

BRICS Ascendente implica una agrupación que expresa públicamente su apoyo al multilateralismo y que promueve la igualdad de género, el desarrollo africano, la paz y la seguridad. Los BRICS deben colaborar estrechamente para preservar el sistema multilateral como un modelo reformado, pero aún representado principalmente por las Naciones Unidas. Asimismo, los BRICS deben asumir el liderazgo en el apoyo activo y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y otras estrategias globales progresistas. El mundo necesita la esperanza que brinda una agenda progresista claramente articulada, capaz de inspirar y movilizar la acción global en favor del bien común.

Los BRICS deben revitalizar los sindicatos progresistas y con conciencia ideológica, permitiendo que los trabajadores sean la vanguardia del cambio radical. Los sindicatos, demasiado ausentes y sumisos en los asuntos mundiales, consienten la opresión de los trabajadores y necesitan cambiar de rumbo.
Asimismo, los BRICS deben trabajar para fortalecer el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por sus siglas en inglés) y convertirlo en un mecanismo de financiamiento global que invierta en el desarrollo sostenible y actúe de manera diferente a las instituciones de Bretton Woods. Sin embargo, es fundamental que sea un banco exitoso y que no colapse debido a las prácticas negligentes y corruptas de los prestatarios.

Por último, todos los aquí reunidos debemos comunicar este mensaje a las comunidades y entidades de la sociedad civil y persuadir a la mayoría de que los actuales ataques contra las políticas e instituciones progresistas representan una amenaza directa para ellos. La movilización masiva y la acción conjunta pueden ayudar a crear un mundo mejor. BRICS es el único espacio capaz de asumir este desafío. BRICS cuenta con una amplia variedad de estructuras, y la Internacional Progresista debería vincularse con ellas para debatir el debilitamiento de los ideales progresistas y contribuir a liberar el enorme poder latente que existe en la creciente formación de los BRICS.

Available in
EnglishPortuguese (Brazil)GermanArabicFrenchItalian (Standard)JapaneseRussianChinese (PRC)Spanish
Translators
Goretti Montes , Andrea Pisera and Open Language Initiative
Date
30.05.2025
Privacy PolicyManage CookiesContribution SettingsJobs
Site and identity: Common Knowledge & Robbie Blundell