Construyendo el futuro

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Construyendo el Futuro es una colección de investigación sobre la construcción socialista contemporánea. Este es su texto introductorio. Añade tu nombre al formulario al final de la página para recibir información actualizada sobre la colección y el proyecto en general.

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El 7 de noviembre de 1917, hombres y mujeres de manos callosas, cuerpos cansados y vientres vacíos tomaron el poder en Rusia. Salieron por millones de las fábricas y las granjas con exigencias sencillas que reflejaban los difíciles hechos de sus vidas.1 Querían tierra, paz y pan. Querían la oportunidad de formar una sociedad que pudiera responder a su trabajo con dignidad.

Pero su nación estaba destrozada. Lo viejo se negaba a ceder ante lo nuevo. Asoladxs por la guerra civil y la invasión militar extranjera, lxs trabajadorxs del joven estado tuvieron que ponerse manos a la obra y construir su futuro. "Hemos vencido, pero nuestro barco está lleno de golpes y agujeros, el casco en astillas, los motores cerca de su fin, renovación requerida para los pisos, techos y paredes", escribió el poeta soviético Vladimir Mayakovsky en su épica oda a Vladimir I. Lenin. de 1924 "¡Vengan, martillen y remachen, reparen y remienden!"2

Los ajetreados ritmos del martillo y el remache, el arado y la hoz, la fundición y el horno, encontraban su eco en la pluma y el pincel. Mayakovski escribía en un staccato apresurado, las líneas se precipitaban por la página. Los arquitectos Vladimir Tatlin y Vladimir Shukov construyeron extravagantes estructuras de acero y cristal, cuyas huellas aún hoy marcan los horizontes de Londres o Shangai.3 La educadora Nadezhda Krupskaya se proponía desterrar la ignorancia y el analfabetismo, y dejó a muchos de lxs antes oprimidxs con la frente en alto y la voz orgullosa. "La revolución debe significar vida", dijo la revolucionaria palestina Leila Khaled. "Todos los aspectos de la vida".

Vengan, martillen y remachen. El mandato de Mayakovsky llama no sólo a las herramientas de la construcción socialista, sino también a las manos que las empuñan, las manos que las poseen. Lenin comprendió que el socialismo se construye "no con material humano abstracto, ni con material especialmente preparado por nosotros, sino con material humano que nos ha legado el capitalismo".4 El socialismo, en otras palabras, no es un paquete de propuestas políticas perfectamente formadas lanzadas desde arriba. Es, ante todo, un proceso mediante el cual lxs trabajadorxs se imponen en la sociedad para construir las instituciones, estructuras y políticas que les permitan vivir con dignidad. Se forma mediante el ejercicio del poder colectivo y refleja los imperativos de las masas.

"Donde el capitalismo no consigue responder a los gritos de lxs hambrientxs, lxs enfermxs o lxs pobres, los procesos vivos de construcción socialista siguen encontrando respuestas a las muchas contradicciones a las que se enfrentan nuestras sociedades".

El socialismo libera toda la creatividad del pueblo, abriendo vías a procesos de creación y experimentación en sintonía con las experiencias históricas particulares de las distintas sociedades. Walter Rodney y Amílcar Cabral observaron, por ejemplo, que África no seguiría la misma trayectoria histórica que Europa. Al habérseles negado la industrialización bajo el colonialismo, los estados africanos carecían de un proletariado industrial desarrollado que dirigiera la lucha. En su lugar, lxs revolucionarixs africanxs se basaron en la tradición establecida por Lenin y aplicaron el método de Marx y Engels al análisis del desarrollo histórico de las fuerzas productivas de África.5 Esto les reveló la estructura de sus sociedades, su lugar dentro del sistema mundial capitalista-imperialista y las principales contradicciones a las que tenían que enfrentarse en su camino hacia la soberanía. 

El mismo método —con su férrea claridad— sigue animando y guiando los procesos de construcción socialista en la actualidad.

Mientras la humanidad se enfrenta a la espiral de crisis del capitalismo y el imperialismo —colapso climático, devastación ambiental, hambre, pandemias y una nueva Guerra Fría en la que el temible poder del átomo amenaza con borrar a la humanidad de la existencia—, estudiar estos procesos se ha convertido en una necesidad. Pero en muchas partes del mundo, sus lecciones se han perdido. Con el colapso del proyecto socialista en la Unión Soviética y el "Fin de la Historia" —un periodo que vio el dramático debilitamiento del Tercer Mundo— la confianza que estas lecciones generaron en su día se ha traducido en pesimismo y abatimiento. La ideología capitalista ha echado raíces, contaminando nuestras teorías y estrategias en el proceso, un dramático retroceso en lo que Fidel Castro llamó la "batalla de las ideas".6

En muchas partes del mundo, incluso cuando las demandas de "cambio de sistemas" se hacen cada vez más fuertes, las teorías y estrategias que las sustentan se reducen a una política de defensa que se centra en apelar a las instituciones existentes en lugar de construir otras nuevas —una política desde arriba que se niega o no camina al paso y construye con las masas. Nunca en la historia se ha logrado una transformación a la escala necesaria hoy en día por estos medios.

El radicalismo es necesario. El socialismo es necesario. Allí donde el capitalismo no consigue responder a los gritos de lxs hambrientxs, lxs enfermxs o lxs pobres, los procesos vivos de construcción socialista siguen encontrando respuestas a las muchas contradicciones a las que se enfrentan nuestras sociedades. Si el socialismo es una necesidad, entonces el estudio de estos procesos debe situarse en el centro de nuestros movimientos, sindicatos y proyectos políticos, devolviéndonos la confianza y la claridad perdidas.

Con ese objetivo, Construyendo el Futuro reunirá un conjunto de estudios sobre proyectos contemporáneos de construcción socialista, situándolos en sus historias, analizando sus fundamentos teóricos y examinando las prácticas concretas y cotidianas que los impulsan.

References

01
On 23 September 1960, Ghanaian president Kwame Nkrumah addressed the UN General Assembly. "The great tide of history flows, and as it flows it carries to the shores of reality the stubborn facts of life and men's relations one with another," he said. The full speech is available from the UN Digital Library.
Source
02
Vladimir Mayakovsky, ‘Vladimir Ilyich Lenin’, 1924, in Poems (Moscow: Progress Publishers, 1972). Translated by Dorian Rottenberg.
Source
03
The so-called ‘Gherkin’ in London, for example, is a direct inheritor of the Shukov Tower, which was the world’s first hyperbolloid structure.
Source
04
Vladimir Lenin, “Left-Wing” Communism: an Infantile Disorder, (Moscow: Progress Publishers, 1964).
Source
05
Walter Rodney, ‘Marxism in Africa’, Redsails.org.
Source
06
For more on the ‘Battle of Ideas’, see the ‘Ten Theses on Marxism and Decolonization’ by the Tricontinental: Institute for Social Research.
Source
Available in
EnglishSpanish
Authors
Paweł Wargan
Translator
Maria Inés Cuervo
Published
07.11.2022
SocialismoDemocraciaEconomía
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