Ecology

¿Un Nuevo Acuerdo Verde para los trabajadores sudafricanos?

COSATU, la mayor federación sindical de Sudáfrica, tiene un plan para abordar simultáneamente el cambio climático y el desempleo.
Hasta ahora, en los países africanos ha faltado en gran medida el reconocimiento del vínculo entre las cuestiones relativas a la mitigación de la crisis climática y otras crisis económicas.

Hablando recientemente sobre una propuesta de reforma económica significativa, Matthews Parks, Coordinador Parlamentario del Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU), hizo la siguiente declaración extraordinaria: "Tanto el negacionismo ambiental como el económico son peligrosos y no deben contemplarse. Creemos que podemos y debemos abordar el cambio climático y el desempleo simultáneamente. Todo lo que se requiere es creatividad, voluntad política, planificación y recursos."

Hasta ahora, en los países africanos ha faltado en gran medida el reconocimiento del vínculo entre las cuestiones relativas a la mitigación de la crisis climática y otras crisis económicas. Los sindicatos en particular han sido considerados a menudo como el enemigo de políticas climáticas, especialmente en países como Sudáfrica, que tienen grandes industrias extractivas y fuertes sindicatos de mineros y otros trabajadores. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha producido un cambio, ya que cada vez más activistas climáticos radicales reconocen la necesidad de que los sindicatos participen. Por otra parte, también se está convenciendo cada vez más a los sindicatos de la necesidad de proyectos políticos como el Nuevo Acuerdo Verde, especialmente en el contexto de la creciente desigualdad y la pérdida de puestos de trabajo.

Sudáfrica tiene algunos títulos no tan codiciados: es el país más desigual del mundo, el 13º mayor emisor de carbono y tiene algunas de las tasas de desempleo más altas del mundo. En este contexto, las intervenciones propuestas por el COSATU representan un destello de esperanza en un panorama por lo demás nefasto para el compromiso de Sudáfrica de hacer frente tanto a la triple amenaza de la pobreza, la desigualdad y el desempleo como a la crisis climática. Si bien la propuesta ampliada se centra en una serie de entidades estatales en dificultades, la intervención principal se refiere a la grave situación de Eskom, la empresa estatal de suministro de energía.

Las "Propuestas clave de Eskom y de intervenciones económicas" del COSATU, enfatizan que son los pobres y la clase trabajadora los que pagarán el peso de la continuar la inacción, especialmente mientras se siga hablando de un préstamo del FMI. En la presentación se pide un compromiso de intervenciones concertadas y urgentes en la economía antes del discurso anual de este mes sobre el Estado de la Nación (a cargo del Presidente Cyril Ramaphosa) y el discurso sobre el presupuesto (a cargo del Ministro de Hacienda Tito Mboweni), de los que se dice que depende en parte la decisión sobre si se debe rebajar la calificación crediticia de Sudáfrica a la denominada "condición de basura".

Bajo el estandarte de una "estrategia de recuperación de Eskom favorable a los trabajadores", COSATU insiste en las garantías de que, entre otras cosas, Eskom no será privatizada, ningún trabajador perderá su empleo y se harán grandes inversiones para estimular las industrias locales, incluyendo la expansión del uso de energía renovable. A cambio, COSATU apoyará el uso de los fondos de la Corporación de Inversión Pública (PIC) que gestiona los activos públicos, incluyendo el Fondo de Pensiones de los Empleados del Gobierno (GEPF) y el Fondo de Seguro de Desempleo (UIF). Esto se hará con el fin de reducir la deuda de Eskom a la marca "manejable" de 200.000 millones de rands.

Probablemente hablando en sentido figurado y literal a la vez, se cita a Parks diciendo:

Las aguas están subiendo. Hemos querido dejar de hablar de una transición justa y poner las cosas en movimiento, para que la tengamos. Sabemos que podríamos perder sectores enteros, sabemos que nos enfrentamos a un baño de sangre, por lo que necesitamos que el gobierno use cualquier palo que tenga para obligar a la industria a considerar transiciones justas para cada sector de la economía, no sólo la energía.

En COSATU parece estar siguiendo este consejo ellos mismos, usando la crisis de Eskom como eje para asegurar una estrategia favorable a los trabajadores y, por ahora al menos, puede estar funcionando. Se dice que la propuesta ha obtenido un "amplio apoyo" en el más alto órgano de decisión del CNA y los informes indican que un acuerdo puede haber sido alcanzado por los representantes del gobierno, las empresas y los trabajadores tras las recientes conversaciones.

Es comprensible que haya escépticos. Muchos en la derecha respondieron con el usual alarmismo, presentando la movida como un intento de "saquear" las pensiones. Sin embargo, como argumenta en detalle Dominic Brown, Director del Programa de Justicia Económica del Centro de Información Alternativa y Desarrollo (AIDC) con sede en Ciudad del Cabo, existe una base económica sólida para ampliar el perfil de inversión del PIC y utilizar los excedentes tanto del GEPF como de la UIF para ayudar en el desarrollo de entidades de propiedad estatal, en lugar de financiarlas con cargo al impuesto. Esto es especialmente así cuando esta última opción profundizaría la austeridad limitando el potencial de inversión en servicios sociales y en el desarrollo de infraestructuras, amenazando así con contraer aún más la economía.

Si bien los argumentos a favor de la utilización de los fondos del PIC para entidades como la aerolínea estatal South African Airways pueden ser más débiles, no se puede exagerar la importancia de la Eskom. No se puede permitir que Eskom fracase, pero necesita intervenciones importantes tanto desde el punto de vista operacional como financiero. Si se utiliza adecuadamente, sería muy beneficiosa una inversión masiva en Eskom, que no sólo redujera su deuda sino que también construyera energías renovables y garantizara la seguridad financiera de los trabajadores del sector de la minería del carbón.

Los comentaristas piden regularmente "reformas estructurales" en la economía sudafricana, prestando poca atención al tipo de problemas estructurales que deben reformarse. Uno de ellos es el hecho de que la era posterior al apartheid se ha caracterizado por "inversiones de alta rentabilidad y bajo capital fijado." Esto se relaciona con la forma en que los procesos de desindustrialización y financialización han restringido la capacidad de Sudáfrica para ampliar el empleo, aumentar los salarios y sacar a la gente de la pobreza. El legado profundamente desigual del apartheid, entre otros factores de la economía política de Sudáfrica, hace que estos procesos sean particularmente brutales. La propuesta del COSATU, llevada a cabo de manera coherente y en consonancia con las diversas condiciones que se imponen, podría ser un punto de partida para deshacer esto.

Obtener apoyo para esto no es sencillo, y el escepticismo no sólo ha venido de la derecha. Cada vez es más difícil contrarrestar la desconfianza en el Estado, dada la profundidad y la escala de la corrupción y las ineficiencias a las que estamos expuestos diariamente. Zwelinzima Vavi, Secretario General de la federación rival de COSATU, la izquierdista SAFTU (la Federación de Sindicatos de Sudáfrica), ha advertido de cómo la pérdida de legitimidad en las instituciones públicas ha dado lugar a un fortalecimiento de las fuerzas conservadoras hasta tal punto que incluso la clase obrera puede movilizarse para defender un programa conservador. El reconocimiento de los efectos de la captura del Estado también se pone de manifiesto en las demandas adicionales formuladas por el COSATU en relación con una auditoría de la administración pública y la destitución y el enjuiciamiento de los individuos corruptos. La pérdida de legitimidad del Estado representa un desafío real y muy presente para la izquierda y hay que tenerlo en cuenta. El COSATU reconoce esto en la introducción de la propuesta:

"No sólo la Alianza y el gobierno deben defender el derecho de los trabajadores del sector privado y público a un salario digno y a la protección laboral, sino que también es fundamental que la Alianza y el gobierno defiendan el papel del Estado en la prestación de servicios y bienes públicos críticos, para participar y asegurar la competencia en la economía. Si no, nos enfrentamos al riesgo real de que el Estado se vea obligado a retroceder en todos estos frentes dada la magnitud de la crisis estatal y económica. Esto dejaría a los trabajadores expuestos y desprotegidos."

La alianza del COSATU con el ANC (y el Partido Comunista Sudafricano) es regularmente ridiculizada dada la trayectoria del partido gobernante en la era post-apartheid. Se les ha criticado por no haber roto con ellos por las reformas neoliberales de los años noventa, ni durante el período de captura del Estado bajo el ex presidente Zuma. Esto condujo en parte a la ruptura de un importante sindicato, el NUMSA (el Sindicato Nacional de Trabajadores Metalúrgicos de Sudáfrica), y a la formación del SAFTU. Si bien la federación está indudablemente debilitada como resultado de ello, siguen siendo una fuerza importante en la política sudafricana. El cambio estructural en Eskom es casi imposible sin ellos y, por lo tanto, su apoyo a tales propuestas –como ser el comienzo de un Nuevo Acuerdo Verde- contribuye en gran medida a apuntalar el apoyo a estas ideas dentro del país.

Sin embargo, hay importantes limitaciones que deben ser señaladas. Los vínculos entre la crisis climática y la económica son mucho menos explícitos en la propuesta que en los comentarios de Parks, y hay referencias preocupantes a la necesidad de invertir en "carbón limpio", lo cual la experiencia ha demostrado que es un término peligrosamente equivocado. El COSATU debería ser inequívoco en la demanda de descarbonización mientras sigue presionando por una transición profunda y justa para las comunidades mineras. La resistencia de quienes tienen intereses creados en la industria de los combustibles fósiles, muchos de ellos del CNA y del propio COSATU, será fuerte y requerirá una lucha concertada para contrarrestarlo.

Parks tiene razón en que esto debe abarcar todos los sectores de la economía para que una propuesta de este tipo cambie radicalmente el perfil socioeconómico y de emisiones de Sudáfrica. Pero también requiere que ello no se limite sólo a los sindicatos o a la protección de los trabajadores ya empleados y sindicalizados. En efecto, la creación de empleo y la protección son condiciones necesarias pero no suficientes para lograr un cambio socioeconómico real en Sudáfrica. Las propuestas de utilizar el PIC y de vincular los cambios a una transición justa han sido formuladas por grupos de la sociedad civil, como la AIDC, que trabajan con los sindicatos para elaborar planes que incluyan las necesidades de los trabajadores. El mismo proceso debe llevarse a cabo en una amplia alianza con grupos como la Asamblea de Desempleados, movimientos de derechos de la vivienda como Reclaim the City, activistas del transporte público como #UniteBehind, y, lo que es más importante, grupos como las “Comunidades Afectadas por la Minería Unidas en Acción.”

En su libro This Changes Everything, la escritora canadiense Naomi Klein argumenta que la crisis climática, por ser una amenaza casi existencial, nos da puntos de apoyo desde los que forzar cambios importantes. El propio Parks parece ser consciente de esto: "Nunca dejes que una buena crisis se desperdicie", dijo.

Carilee Osborne es investigadora del Instituto de Alternativas Africanas de Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Foto: Trevor Samson vía World Bank, Flickr

Available in
EnglishSpanishFrenchGermanRussianPortuguese (Brazil)
Author
Carilee Osborne
Date
11.05.2020
Source
Africa is a CountryOriginal article🔗
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