War & Peace

La vida contenida en Gaza

Todos los viernes desde el 30 de marzo de 2018, han tenido lugar manifestaciones masivas en Gaza a lo largo de la valla de separación de Israel.
Los manifestantes en Gaza no sólo están deshaciendo el mito de que la resistencia puede ser paralizada o contenida. También nos están ayudando, al otro lado de la valla, a entender lo que la verdadera libertad podría significar en el futuro.
Los manifestantes en Gaza no sólo están deshaciendo el mito de que la resistencia puede ser paralizada o contenida. También nos están ayudando, al otro lado de la valla, a entender lo que la verdadera libertad podría significar en el futuro.

El MB1215DE es un escáner móvil de contenedores de última generación fabricado por la empresa china Nuctech. Utiliza tecnología de imágenes de alta energía para detectar mercancías de contrabando ocultas en contenedores de transporte. Gracias a su alto rendimiento -hasta 25 contenedores por hora- forma parte del equipo estándar de los puertos más concurridos del mundo, incluido los de Dubai, Taipei, Tánger y Rotterdam. También está en uso en un centro logístico menos conocido: la terminal de Kerem Shalom, en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza.

A través de este particular elemento de infraestructura, aparece una asombrosa simetría entre las zonas de máxima circulación (que sustentan el comercio mundial) y las zonas de máximo confinamiento (de las cuales Gaza podría ser el ejemplo más infame del mundo). En el primer caso, el escáner de contenedores funciona dentro de un aparato de seguridad encargado de maximizar el flujo de mercancías y al mismo tiempo prevenir las amenazas al propio orden comercial. En el segundo caso, contribuye a una operación de seguridad diferente: minimizar el flujo de mercancías y al mismo tiempo impedir el colapso total del "territorio hostil" sometido a bloqueo. La vigilancia y el control de alta resolución y en tiempo real son esenciales para ambas operaciones.

El bloqueo terrestre, marítimo y aéreo de la Franja de Gaza está en vigor desde 2007 y es poco probable que Israel lo levante en un futuro próximo. A diferencia de un asedio medieval, el bloqueo no pretende provocar la capitulación final de la ciudadela de Gaza cortando completamente sus líneas de suministro. Casi todos los días, algunos bienes y, en menor medida, algunas personas cruzan la frontera en ambas direcciones. Sin embargo, Israel mantiene estos flujos transfronterizos al nivel mínimo que considera necesario para evitar la hambruna masiva y los disturbios generalizados entre los dos millones de palestinos hacinados en los 365 kilómetros cuadrados de Gaza. Por esta razón el bloqueo podría, al menos en principio, durar indefinidamente.

Con la implantación del bloqueo, las autoridades israelíes adquirieron el poder de vigilar, canalizar y modular la circulación de todo y todos los que entran y salen de Gaza. En lugar de simplemente eliminar toda la circulación, el cierre ha permitido una forma de mando centralizado sobre el sistema circulatorio vital de Gaza. Como los procesos diplomáticos, políticos y jurídicos permanecen suspendidos indefinidamente, la logística realmente se ha convertido en un modo de gobierno.

Ni un solo producto de exportación salió de Gaza en los primeros seis años del bloqueo. En 2013, el gobierno holandés donó un escáner MB1215DE a Israel con el propósito específico de instalarlo en Kerem Shalom, el único cruce en funcionamiento para entrar y salir de Gaza. Como se indicó en la declaración conjunta preparada para la ocasión, uno de los principales objetivos de la donación era facilitar "el transporte de mercancías... entre la Ribera Occidental y la Franja de Gaza", mientras se "salvaguarda la seguridad de Israel".

El escáner pronto se encontró en el centro de una disputa diplomática entre Israel y los Países Bajos. Poco antes de la ceremonia de inauguración, a la que supuestamente acudiría el propio Primer Ministro holandés, Israel anunció que seguiría prohibiendo las exportaciones de Gaza a la Ribera Occidental. Justificó esta decisión basándose en supuestas preocupaciones de seguridad de alto nivel. En respuesta, el gobierno holandés canceló abruptamente la ceremonia. El escáner permaneció inactivo en la terminal durante meses, listo para inspeccionar un flujo de mercancías inexistente.

En 2014, Israel lanzó la mayor y más mortífera de sus tres operaciones militares en Gaza desde 2007. Nunca antes se había destruido tan extensamente el entorno construido del enclave palestino. A pesar de la necesidad crítica de reconstrucción tras la guerra, el bloqueo siguió vigente. Como consecuencia, la vida después del alto el fuego amenazaba con convertirse en una crisis humanitaria incontrolable. Para evitar este resultado, Israel finalmente puso en funcionamiento el escáner de contenedores en Kerem Shalom. También se instaló un segundo escáner en el mismo cruce, este financiado por la Unión Europea. Como parte del mecanismo de reconstrucción de Gaza establecido poco después de la guerra, Israel permitió que un mayor número de camiones entrara en Gaza, e incluso permitió que unos pocos salieran del enclave. No obstante, esas corrientes representan una pequeña fracción del volumen de comercio anterior a 2007. Es más, Israel sistemáticamente mantiene las corrientes muy por debajo de la capacidad logística del cruce.

Las autoridades israelíes modulan la severidad del bloqueo en función del nivel de tensión que perciben con los diversos grupos de resistencia armada en Gaza. Ya sea en respuesta a las acciones palestinas o como medida preventiva, Israel siempre tiene la opción de cortar repentinamente toda circulación dentro y fuera de Gaza. La política va más allá de la circulación de mercancías: la entrega de permisos individuales para salir de Gaza a través del cruce de Erez refleja esta misma lógica. También fluctúan los límites de la zona de pesca autorizada frente a la costa de Gaza según la propia evaluación de la situación de seguridad de Israel. Las oscilaciones erráticas de la curva que indica el volumen de las circulaciones transfronterizas a lo largo del tiempo se lee como un sismógrafo político del conflicto duradero.

Mediante la administración del bloqueo, Israel aplica rigurosamente los últimos principios de la gestión logística mundial. Esta "logística elástica" consiste en mantener la flexibilidad para ampliar o reducir las capacidades de entrega para adaptarse rápidamente a las demandas y condiciones operacionales siempre cambiantes de una cadena de suministro. Este principio originalmente está diseñado para optimizar los beneficios comerciales reduciendo la exposición de un operador a la fricción. En Gaza, el aparato de seguridad israelí lo aplica como medio para reducir al mínimo los suministros a su presunto enemigo sin alimentar su determinación de resistir.

El contenedor de acero estandarizado y modular, desarrollado a partir de tecnología militar estadounidense, inauguró el desarrollo de la logística moderna en la segunda mitad del siglo XX. En Gaza, la racionalidad técnica y económica del contenedor se expandió hasta convertirse en una estrategia de contención aplicada a todo un sistema de gobierno. Para hacer frente a la inconveniente carga de Gaza, Israel ha optado por confinar su población en el espacio más reducido posible con el menor costo económico, político y moral. Suspendida por una máquina de cálculo que reduce todas las necesidades humanas a cantidades mínimas, se contiene así la vida de dos millones de personas.

Si, como afirmó Clausewitz, la guerra es la extensión de la política por otros medios, y si la política en Gaza se ha reducido a la logística, entonces la guerra también se ha convertido en una extensión de la logística. La operación militar israelí de 2014 en Gaza denominado acertadamente "Borde Protector", declaró como objetivo la destrucción de la red de túneles que los grupos de resistencia habían cavado en respuesta al bloqueo. Al abrir canales de comunicación y comercio no controlados a través de la frontera, estos túneles suponían una amenaza fundamental -y por así decirlo, topológica- al ejercer un modo de poder basado en el control meticuloso de todas las formas de circulación. El ejército israelí intentó remodelar un terreno disputado para rellenar las peligrosas cavidades por las que Gaza estaba literalmente socavando la autoridad de Israel.

La actual formulación de la política estratégica de Israel confirma aún más el instrumento esencial de la guerra para mantener y naturalizar el bloqueo de Gaza como un régimen de poder duradero. El personal militar de alto rango de Israel se refiere oficialmente a sus operaciones recurrentes en Gaza como un proceso de "cortar la hierba". En esta escalofriante metáfora, Israel percibe la capacidad de los habitantes de Gaza para resistir como algo natural y en perpetuo crecimiento. Desde la perspectiva del colonizador, este sobrecrecimiento salvaje requiere intervenciones regulares para contenerlo.

Si bien el escáner MB1215DE no es más que un componente de una arquitectura distribuida de gran alcance, encapsula la lógica operativa clave del bloqueo como un proyecto de contención urbana. Desde la logística hasta la vigilancia, la administración, el suministro de energía y la gestión medioambiental, todas las operaciones que sustentan el bloqueo de Gaza deben optimizarse, reajustándose continuamente a un conjunto de parámetros variables, a fin de maximizar los efectos del bloqueo y minimizar sus costes. En Gaza, el creciente paradigma gubernamental de optimización revela su disposición fundamentalmente opuesta según la cual las ganancias de un campo deben medirse siempre con las pérdidas del otro. Para Israel, la optimización de este sistema cibernético significa ante todo debilitar al enemigo y, al mismo tiempo, maximizar sus propias capacidades en el proceso. En cuanto a su gestión como territorio urbano, es innegable que Gaza es tan inteligente como las bombas que siguen cayendo sobre ella.

Si bien es el producto de una historia de lucha única, la Franja de Gaza bloqueada también forma un diagrama radical de un fenómeno mundial. En contraste con el discurso alegre de sus proveedores corporativos, las tecnologías urbanas inteligentes se aplican hoy en día principalmente al refuerzo y la reducción de costes de los mecanismos existentes de exclusión urbana. Las prácticas de discriminación digitales, los portales de acceso basados en datos, la actuación policial predictiva y los sistemas de reconocimiento facial que son parciales por diseño son todos ejemplos de ello. El urbanismo inteligente se ha propuesto optimizar el entorno de la ciudad, pero la capacitación específica de los usuarios urbanos ya privilegiados es sólo uno de los modos en que se persigue actualmente la optimización. Otra modalidad, que todavía se pasa por alto en gran medida, consiste en la debilitación selectiva de todos aquellos que no pertenecen. Por un lado, encontramos procesos de liberación y mejora; por otro, prácticas de mutilación y contención. Lo que está en juego en esta dialéctica podría ser nada menos que la cuestión urbana del siglo XXI.

Todos los viernes desde el 30 de marzo de 2018, han tenido lugar manifestaciones masivas en Gaza a lo largo de la valla de separación de Israel. Para protestar contra el bloqueo en curso, el pueblo de Gaza no se reúne en plazas públicas o frente a los ministerios, sino a lo largo de una gruesa frontera militarizada y sus nodos logísticos. Desde el comienzo de la Gran Marcha del Retorno, como se ha denominado a las protestas, los manifestantes han incendiado la terminal de Kerem Shalom al menos tres veces, e Israel siempre la ha reparado rápidamente. Los manifestantes también derribaron varias secciones de la valla, sólo para que Israel la reparara en las semanas siguientes. Desde agosto de 2019, la respuesta de las fuerzas de seguridad de Israel ha sido disparar a más de 8.000 manifestantes desarmados con munición real. Al menos 1.200 de ellos están incapacitados de por vida.

Aún así cada viernes desde hace más de un año los manifestantes vuelven a rechazar el orden establecido. Su obstinado regreso desafía la infraestructura material del régimen de bloqueo, añade fricción al sistema de contención organizado, destroza la narrativa de un bloqueo humano y obliga al régimen colonial a revelar su tremenda brutalidad. La firmeza de los palestinos frente a una ocupación colonial de setenta y un años de duración es tanto más encomiable ahora que Israel ha banalizado totalmente la violencia cotidiana a la que están expuestos. Hoy en día, incluso los más repugnantes de los abusos -como el asesinato del médico voluntario de 20 años Rouzan Al-Najjar, que fue disparado en el tórax por la bala de un francotirador israelí mientras ayudaba a evacuar a los heridos- no provocará mucho más que un fugaz momento de indignación de la llamada "comunidad internacional". A través de sus luchas y perseverancia, los manifestantes en Gaza no sólo están deshaciendo el mito de que la resistencia puede ser paralizada o contenida. También nos están ayudando, al otro lado de la valla, a entender lo que la verdadera libertad podría significar en el futuro.

Francesco Sebregondi es un arquitecto e investigador cuyo trabajo explora las intersecciones de la violencia, la tecnología y la condición urbana. Desde 2011 es investigador en Arquitectura Forense, donde coeditó la primera publicación del grupo, Forensis: La arquitectura de la verdad pública (2014). Actualmente es candidato a un doctorado financiado por CHASE en el Centro de Investigación de Arquitectura, Goldsmiths.

Foto: Mohammed Zaanoun, Activestills.org

Available in
EnglishRussianSpanishGermanFrenchPortuguese (Brazil)
Author
Francesco Sebregondi
Translator
Tim Swillens
Date
11.05.2020
Source
Original article🔗
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