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De la Rebelión a la Revolución

Kali Akuno, miembro del Consejo de PI, sostiene que a la rebelión de Floyd debe seguirle una huelga general y asambleas populares en las calles.
Nosotrxs en la izquierda —anarquistas, comunistas, soberanistas indígenas, nacionalistas revolucionarixs y socialistas— debemos resistir la elevación de las narrativas y posiciones de los partidos liberal y Demócrata.

La rebelión de Floyd está cambiando el mundo ante nuestros ojos. Queda por ver qué tipo de cambio y hasta qué punto cambiará el equilibrio de fuerzas entre los gobernantxs y los gobernadxs, lxs que tienen y lxs que no tienen. Lo que está claro es que hay una contienda política activa y abierta para dar forma al resultado. Por el momento, la derecha y lxs republicanxs han sido relativamente marginadxs en este debate. La verdadera contienda, tal como está planteada, es entre lxs liberales y lxs demócratas por un lado, y la masa radical que ha tomado las calles en todo el país y el mundo, que examina y promueve cada vez más las demandas críticas de izquierda que surgen de las tradiciones analíticas y organizativas anarquistas, comunistas, nacionalistas revolucionarias y socialistas, como la abolición de la policía y las prisiones, la democracia económica y la descolonización. Este debate se está desarrollando en las calles, en los medios de comunicación principales y a través de las redes sociales.

Siguiendo las tendencias en todos estos espacios, parece que lxs liberales y lxs demócratas han ganado cierto terreno significativo en la guerra narrativa, la guerra de posición, en varios puntos. Un punto crítico es hacer distinciones entre lxs manifestantes “buenxs” y “malxs”. El dominio de esta narrativa tendrá consecuencias negativas entre las que se incluyen: (1) reducir el foco de la rebelión, (2) reafirmar los mitos de la reforma “democrática” y la corrección capitalista que sólo refuerzan la perpetuación del sistema, y (3) limitar el alcance de las posibilidades y potencialidades revolucionarias de la rebelión actual.

El efecto neto de los beneficios posicionales de lxs liberales es que la rebelión está mostrando algunos signos claros de ser desactivada, como el serio control policial del movimiento en las calles que está ocurriendo en muchos lugares. Esto está comenzando a aislar a la izquierda de muchas maneras críticas y a ponerla, y sus propuestas, a la defensiva. Esto se expresa mejor en los fuertes esfuerzos por diluir la demanda abolicionista de “desfinanciar” y “abolir” la policía, a la que volveremos en breve. El objetivo de lxs liberales y del Partido Demócrata es reorientar este movimiento de masas hacia la política electoral, en particular las elecciones de 2020, y un conjunto limitado de correcciones y reformas superficiales.

Donde lxs liberales y lxs demócratas parecen haber hecho el avance más significativo, es en la reducción del alcance de la rebelión en los medios de comunicación convencionales. Si les crees, se trata fundamentalmente de la reforma de la policía y la articulación de una oscura iteración del marco de la demanda de “Las Vidas Negras Importan”. Esto minimiza los claros llamados a erradicar la supremacía blanca, el capitalismo, el heteropatriarcado y el colonialismo que han sido claramente expuestos. Sin abordar esto, es difícil entender la destrucción de todas las estatuas y símbolos que glorifican el colonialismo y la esclavitud, o los actos selectivos de redistribución que se han producido, y el desmantelamiento forzoso de las instituciones de represión, explotación y gentrificación. Su razonamiento debería ser obvio. Lxs liberales y lxs demócratas no apoyan la revolución. No tienen interés en desmantelar los sistemas de opresión que confinan a la humanidad, su interés es hacer lo necesario para preservar el sistema capitalista existente. Para ello, están dispuestxs a modificar algunas cosas, siempre y cuando no alteren fundamentalmente las relaciones sociales que dan forma a la sociedad, en particular quién posee y controla los medios de producción. El marco distorsionado de “Las Vidas Negras Importan” que están impulsando consiste en tratar de consolidar su base electoral para las elecciones de 2020, en particular entre lxs negrxs y lxs latinxs, con quienes deben contar para tener alguna posibilidad de ganar. Así pueden apoyar la reforma de la policía, mientras condenan el esfuerzo de desmantelar la institución y su función social como algo absurdo.

En cuanto a la demanda de "desfinanciar" o "abolir” la policía, hay que señalar que esta cuestión se plantea en ausencia de una revolución, lo que el momento actual no es, al menos no todavía. La mayoría de las respuestas también se están planteando bajo esta luz: “¿Qué pasará con las comunidades sin policía?” Esta pregunta supone que las relaciones capitalistas de producción y reproducción social continuarán existiendo, es decir, la misma historia de siempre. Ni el Capital ni el Estado han sido desmantelados o destruidos, y son pocxs lxs que proponen esta posibilidad (es decir, la revolución) o se preparan para ella en el momento actual. Si las relaciones sociales fundamentales no cambian, entonces esta reforma sólo podría servir como una medida de apaciguamiento temporal, que lxs agentes del Estado atacarían y socavarían rápidamente. La convertirían en un fiasco para crear un ejemplo negativo para disuadir a la gente de pensar que una alternativa es posible. En cualquier caso, todo lo que la clase dominante da, lo puede quitar.

Y si no cree que este sea el caso, hay varios ejemplos históricos y en curso de cómo el sistema capitalista e imperialista ha logrado desviar los esfuerzos limitados para salir del sistema y convertirlos en herramientas de propaganda a través de varios medios de estrangulamiento y negación para crear la impresión de que no hay alternativa. Así es como usan los ejemplos de Haití, Cuba, y ahora Venezuela, Chiapas, Rojava, etc., como chivos expiatorios.

Para que quede claro, creo que la demanda de abolición plantearse para aumentar las contradicciones. Pero, debe ir acompañada por el llamado a la revolución, y el esfuerzo organizativo para desmantelar todo el sistema. Si no se logra eso, el imperio contraatacará. De eso no hay duda.

Una vez más, las consecuencias de esta reducción no deben ser minimizadas. Los organismos estatales de todo el país están esperando que la rebelión se calme para poder cazar a miles de jóvenes partisanxs enarcelarlxs en nombre de la justicia y de la restauración de la ley y el orden. Esta historia debería ser instructiva. Tras la rebelión de Los Ángeles de 1992, la policía persiguió y arrestó a más de 15.000 personas que fueron grabadas infringiendo las llamadas "reglas". Así que, si tienen éxito, será la negación efectiva de la rebelión.

Nosotrxs en la izquierda —anarquistas, comunistas, soberanistas indígenas, nacionalistas revolucionarixs y socialistas—tenemosque resistir la glorificación de las narrativas y posiciones de los partidos liberal y Demócrata. Tenemos que afirmar una contra-narrativa en todas los ámbitos, una que apunte a convertir la rebelión de Floyd en algo potencialmente transformador. Esto debe incluir la defensa de la acción autónoma (con principio), la diversidad de tácticas, la inviolabilidad de la vida por encima de la propiedad y las ganancias, y la construcción y ejecución de instrumentos de doble poder para transformar las relaciones sociales y el equilibrio de fuerzas. Y que se sepa que si fracasamos, la izquierda será la primera víctima de la ejecución selectiva del martillo del Estado, que está aquí y avanzará, nos guste o no.

A pesar de los desafíos que enfrentamos en esta contienda de poder, la alternativa de la revolución aún permanece. Actualmente existe un camino hacia la revolución. En mi opinión, se basa en el avance de una estrategia anclada en una mayor politización de la ayuda mutua, la soberanía alimentaria, la economía cooperativista, la producción comunitaria, la autodefensa, las asambleas populares, y las mociones de huelga general que ya existían y que surgieron en forma embrionaria en medio de la pandemia. Esto podría aprovecharse mediante esfuerzos democráticos para federar estas iniciativas a a una escala masiva para sentar las bases del doble poder.

Cooperación Jackson y la coalición de Huelga Popular que hemos estado construyendo con varias organizaciones, y aliadxs están intentando avanzar un programa de este carácter para interponer contra-narrativas de izquierda en el movimiento de masas. Una de las cosas centrales que proponemos como nuestra próxima contribución al movimiento es el llamado a asambleas populares masivas. Basándose en las experiencias del movimientoOccupy, las asambleas han empezado a desarrollarse espontáneamente en la ciudad de Nueva York, Oakland, Portland y Seattle. Estos son desarrollos revolucionarios, pero necesitamos más. La Huelga Popular está pidiendo que se celebren asambleas en todas partes, y en particular llamando un primer día de acción nacional de la huelga el 1 de julio. Lo que hemos estado proponiendo, y ofreceremos en este proceso, es que nos organicemos y construyamos hacia la ejecución de una huelga general. El comienzo de una huelga general en las condiciones actuales empieza con las asambleas populares en las calles debatiendo y votando sobre la realización de una huelga general. Así es como un movimiento de protesta en gran parte callejero puede florecer como un instrumento de doble poder que podría transformar radicalmente la sociedad.

¡Unirse y luchar, construir la huelga general!

Kali Akuno es el cofundador y director ejecutivo de Cooperación Jackson, y co-editor deJackson Ascendiendo: La lucha por la democracia económica y la autodeterminación de lxs negrxs en Jackson, Mississippi.

Foto: Phil Roeder, Wikimedia

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Author
Kali Akuno
Translators
Tim Swillens and Francisco Dominguez
Date
18.06.2020
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