Las fuerzas de seguridad usaron bastones y tanques de agua para dispersar una protesta de refugiadxs frente al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para lxs Refugiadxs en la ciudad Seis de Octubre el domingo, según varixs testigxs presenciales. La policía arrestó a varixs manifestantes y confiscó los teléfonos de varixs otrxs para evitar fotografías o videos del incidente.
Docenas de refugiadxs —en su mayoría de la región de Darfur en Sudán, así como del sur de Sudán, Eritrea y Somalia— se habían reunido para denunciar los repetidos incidentes de violencia contra lxs refugiadxs en Egipto, y contra lxs niñxs en particular, luego que un niño sudanés fuera asesinado en la ciudad Seis de Octubre, según varixs manifestantes. Las exigencias de lxs manifestantes incluían mayores protecciones, reasentamiento o traslado a campamentos dentro de Egipto para protección (Egipto se distingue de otros países de la región en que no acoge refugiadxs, solicitantes de asilo o desplazadxs internxs en campamentos designados).
Unx testigx presencial dijo que las fuerzas de seguridad comenzaron a dispersar a lxs manifestantes golpeándolxs y mojándolxs con agua a los 15 minutos de iniciada la manifestación.
"Organizamos una protesta pacífica con el fin de entregar un mensaje a la comisión para que nos proteja, especialmente a las personas que viven en la zona de Abnaa al-Giza", declaró unx de lxs organizadorxs de la protesta, unx refugiadx de Darfur. "Presentamos quejas y nadie nos escucha".
El llamado a la protesta se produjo a raíz del asesinato de Mohamed Hassan, un refugiado sudanés de 14 años, en la ciudad Seis de Octubre el 29 de octubre. La Fiscalía anunció el sábado siguiente que el presunto autor había sido arrestado y detenido. En una segunda declaración del domingo, la fiscalía ordenó que el acusado permaneciera cuatro días en prisión preventiva después de que confesó haber asesinado al niño a puñaladas dentro de su casa para vengarse del padre del niño debido a una disputa por dinero.
En la declaración del domingo, la fiscalía afirmó que estaba adoptando medidas legales para combatir los ataques contra egipcixs y extranjerxs sin discriminación. "Pedimos a la población que sea consciente de los intentos desesperados de algunxs depredadorxs de afirmar que lxs refugiadxs o extranjerxs en Egipto tienen menos derechos y que los ataques contra ellxs son tolerados de cualquier forma".
Además de las fuerzas de seguridad estacionadas fuera de la oficina del ACNUR, hubo al principio una fuerte presencia de seguridad después del asesinato del niño en Abnaa al-Giza y Masaken Othman, dos proyectos de vivienda social en la ciudad Seis de Octubre, donde habita un gran número de refugiadxs sudanesxs.
"Vinimos a manifestarnos para exigir protección por parte de la agencia para refugiadxs de la ONU", dijo una refugiada de Darfur que vive en Egipto desde 2016 y es vecina de la familia de la víctima. "La mayoría somos mujeres y la protesta fue pacífica. Nos paramos en la acera. Unx oficial vino y nos dijo que si no nos íbamos en 10 minutos moriríamos. Nos mantuvimos firmes en nuestra posición. No estamos abordando nada político en Egipto, estamos huyendo de la política. Somos madres con hijxs y vinimos aquí para representar a la madre del niño asesinado, Mohamed Hassan. Mohamed es nuestro hijo".
Poco después de la protesta del domingo, varixs refugiadxs sudanesxs se reunieron fuera de la casa de Hassan esperando que llegara su cuerpo de la morgue, mientras las fuerzas policiales disparaban gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Según unx residente de la zona, unx niñx fue llevadx rápidamente al hospital después de ser golpeadx en la cabeza por una bomba de gas lacrimógeno. La policía detuvo a varias personas en la calle y en sus casas, registró sus teléfonos y examinó los papeles de residencia de lxs refugiadxs, deteniendo a quienes no tenían papeles o cuyos períodos de residencia habían expirado.
La policía solo permitió al padre de Hassan asistir al entierro el domingo y prohibió que nadie más asistiera, según comentó la vecina. Añadió que la presencia de seguridad en la zona disminuyó el lunes, pero que la policía sigue realizando patrullas y muchxs residentes sudanesxs tienen miedo de salir de sus casas.
La tía del niño muerto, solicitante de asilo de Darfur y que reside en Egipto desde 2018, dijo a Mada Masr que la zona en la que viven es "muy mala y no hay seguridad en ella". "Nuestrxs niñxs son golpeadxs, acosadxs y abusadxs. Tenemos miedo de enviarlxs al supermercado. Lo que nos está pasando en Egipto es muy difícil. La ONU no nos respondió. Nos paramos frente al ACNUR y ellxs trajeron a la policía a pesar de que protestábamos en silencio", señaló.
Ante frecuentes ataques, lxs refugiadxs en Egipto a menudo piden el reasentamiento en vecindarios más seguros. Sin embargo, esas demandas suelen ser ignoradas.
La fuente involucrada en la organización de la protesta del domingo recordó su solicitud de ser reubicadx en una zona más segura después de que varixs egipcixs atacaron con un cuchillo a su hermano de 12 años en el vecindario de Masaken Othman en 2017. En respuesta, el Instituto de Servicios Psicosociales y Capacitación en El Cairo, una organización asociada al ACNUR que proporciona servicios médicos y sociales a lxs refugiadxs, envió unx representante para anotar sus datos; sin embargo, la organización no proporcionó ninguna vivienda alternativa, afirmó esta fuente.
Recientemente se han informado varios incidentes de violencia y discriminación contra refugiadxs en Egipto, así como repetidos incidentes de violencia sexual contra las mujeres refugiadas y migrantes.
Una refugiada sudanesa que reside en Egipto desde 2016 dijo a Mada Masr que ha estado viviendo en la calle desde octubre, cuando fue expulsada de su hogar en Ain Shams después de haber sido agredida sexualmente dentro de la casa. Afirmó que más de un hospital se negó a atenderla después de la violación y que finalmente buscó refugio en Médicos sin Fronteras. Cuando intentó presentar una denuncia policial sobre su violación, relata que le respondieron: "Lárgate de aquí, negrita. No abriremos un caso en contra de uno de nuestros propios hombres".
Lxs refugiadxs agregaron que de ellxs que trabajan dentro de casas particulares son objeto de agresión sexual. "Somos gravemente insultadxs en Egipto. Si nos fuéramos de las casas donde trabajamos, no nos pagarían. Hay violación en el trabajo y acoso en la calle donde recibimos insultos racistas. Queremos salir de este país, queremos seguridad, estamos agotadxs".
Hadeer El-Mahdawy es una reportera a tiempo completo del sitio web independiente de noticias bilingüe Mada Masr. Se centra en temas sensibles a nivel nacional como las detenciones políticas, el trabajo, los derechos de la mujer, lxs refugiadxs, las minorías religiosas o la confiscación de la propiedad privada y tierras.
Foto: Mada Masr