La delegación de la Internacional Progresista en Lima felicita al pueblo peruano en el ejercicio de su voluntad democrática por medio del voto pacífico y libre el 6 de junio de 2021.
Pero el proceso electoral no ha finalizado aún. Es imperativo mantener la paciencia y la vigilancia mientras son contados los últimos resultados –especialmente ante nuevos intentos de socavar la legitimidad del proceso democrático.
Denunciamos y rechazamos las acusaciones infundadas de fraude, hechas sin evidencia en el momento final de esta celebración democrática. Estas acusaciones comprometen la integridad del proceso electoral y los votos de decenas de miles de peruanxs que votaron este domingo. Debemos asegurarnos de que su voluntad sea respetada y seguir vigilando que todos los votos se cuenten de forma honesta, legal y transparente.
Al momento de escribir esta declaración, la delegación de la Internacional Progresista no ha visto ninguna evidencia de fraude sistemático en el curso de las elecciones presidenciales peruanas de 2021.
Sabemos demasiado bien el peligro de las falsas acusaciones de fraude. En noviembre de 2019, un violento golpe de Estado en Bolivia destituyó al ex presidente democráticamente elegido Evo Morales con el falso pretexto de que el Movimiento al Socialismo había interferido en el proceso electoral.
Se demostró sistemáticamente que estas afirmaciones eran falsas. Pero entretanto, un régimen golpista no elegido reinó con impunidad.
Un año después, el presidente Donald Trump provocó un ataque revanchista en el Capitolio de los Estados Unidos para "detener el robo", provocando de nuevo una reacción violenta contra la democracia sobre la base de falsas acusaciones de fraude.
El pueblo de Perú está concluyendo ahora una elección libre y justa, supervisada sin mayores irregularidades por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Las delegaciones internacionales de observación electoral, incluida la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE), también han llegado a la misma conclusión.
Atravesando una trágica pandemia, una vertiginosa campaña mediática y una grave crisis económica, el pueblo peruano se ha movilizado para ejercer su derecho a la soberanía popular. Nuestra obligación ahora es defenderla.