La propuesta de "compromiso" de la UE y EEUU sobre la eliminación de las restricciones a la producción y distribución de los tratamientos contra el Covid-19, de la que se ha informado, sería peor que no llegar a un acuerdo. La propuesta pretende sustituir a la presentada por India y Sudáfrica en la Organización Mundial del Comercio hace 18 meses para renunciar temporalmente a la protección de los derechos de propiedad intelectual de las tecnologías necesarias para prevenir, contener o tratar el Covid-19. Si se hubiera aceptado entonces la propuesta de India y Sudáfrica, se habría vacunado más rápidamente a la población mundial. También habría menos nuevxs multimillonarixs de la industria farmacéutica.
El plan de la UE y EEUU antepone sus intereses a los de la humanidad, al eludir la necesaria transferencia de tecnología que despejaría el camino para la producción en muchos más países e instalaciones de todo el mundo. Además, excluye las pruebas y los tratamientos no vacunales e impone condiciones engorrosas y complejas para la concesión de licencias.
El apartheid de las vacunas continúa y mata. Prolonga la pandemia, amenazando vidas -tanto vacunadas como no vacunadas- en todo el mundo. 18 meses después de que India y Sudáfrica propusieran por primera vez liberar las vacunas para su uso más amplio, sólo el 14,4% de las personas de los países de bajos ingresos han recibido siquiera una dosis de la vacuna Covid-19.
Esta escasez artificial de vacunas es el resultado de un puñado de empresas que pretenden controlar la producción, el precio y los beneficios. Al mantener las recetas y las tecnologías bajo llave, han empujado a los países del Sur Global al final de la cola, convirtiendo el acceso a la medicación que salva vidas en un concurso de ofertas.
Para acabar con esta pandemia –y, de hecho, con cualquier pandemia del futuro– hay que capacitar a todas las fábricas, fabricantes, científicos y trabajadores de la salud para que produzcan y suministren medicamentos que salvan vidas en todo el mundo.
La propuesta original de exención, presentada por India y Sudáfrica, pretende hacer precisamente eso. Sin embargo, a pesar del apoyo de más de 100 países, los gobiernos de la Unión Europea, el Reino Unido, Suiza, Noruega y Singapur la han bloqueado con éxito durante más de un año.
Hacemos un llamado a los países de todo el mundo para que rechacen la alternativa debilitada de los Estados Unidos y la Unión Europea y vuelvan a la visión original presentada por India y Sudáfrica: construir un mundo basado en la cooperación y la solidaridad, en lugar de la competencia y la caridad.
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