Women's Rights

En los Balcanes, las mujeres salen a la calle indignadas

Las protestas por los derechos de las mujeres han aumentado en Serbia y Bosnia y Herzegovina, tras los recientes casos de abusos y feminicidios.
Desde finales de septiembre, las mujeres protestan en ciudades de los Balcanes por sus derechos y por un cambio legislativo y gubernamental significativo. Los motivos que han desencadenado las protestas difieren según la región, pero la rabia de las mujeres es la misma.

En Belgrado, la capital serbia, se llevan a cabo protestas desde hace más de un mes. Lo que empezó como un alarido de rabia contra un tabloide partidario del gobiernol por publicar una entrevista con un violador en serie, desembocó en una serie de manifestaciones más amplias por los derechos de las mujeres. Estas protestas, denominadas "la revolución de las mujeres", comenzaron el 28 de septiembre y desde entonces tienen lugar casi cada viernes. .

Al otro lado de la frontera al este, en Bosnia y Herzegovina, mujeres de varias ciudades salieron a la calle a mediados de octubre para alzar su voz tras el caso más reciente de feminicidio, proclamando: "Basta, no más".

Serbia: entrevista a un violador

Solidaridad de Mujeres, un colectivo feminista de Belgrado, hizo un primer llamamiento a la acción a raíz de una entrevista con un violador en el periódico serbio Informer. Recién salido de la cárcel tras cumplir una condena de 15 años, el violador impenitente describió la violación que cometió y dio "consejos" a las mujeres sobre cómo reaccionar si decide atacarlas.

Jelena Riznić, del colectivo, señaló que las mujeres que han sobrevivido a la violencia siguen siendo invisibles, sus experiencias no salen a la luz pública, no obtienen justicia –sin embargo, el violador obtuvo su entrevista exclusiva.

"Por eso decidimos reaccionar, y de forma práctica. Quisimos llevar la rebelión a las calles y anunciar en voz alta que esto es inaceptable", afirmó.

No se trataba solo de la entrevista, señaló Riznić; las protestas también se dirigían a todo el entramado social e institucional de Serbia, "en el que no se confía en las mujeres, en el que se las culpa de la violencia que han sufrido, en el que se las humilla y se las hace vivir con una sensación de miedo e inseguridad porque las instituciones no las protegen".

Entre los mensajes de rabia vistos  en pancartas y carteles estaban "no más", "rabia en las calles - justicia paramujeres y niñas", "estas brujas no arden". La gente también coreaba "revolución de las mujeres", "educa a tus hijos" y "solidaridad de mujer a mujer".

"El año pasado estuvo repleto de 'desencadenantes masivos': testimonios de supervivencia a la violencia que provenían de los más diversos contextos, de las más diversas mujeres, que demostraron que la violencia puede adoptar muchas formas y que las mujeres no están seguras en ningún lugar", declaró Riznić.

Las mujeres de Belgrado empezaron a temer tras la liberación del violador; la información sobre su ubicación se compartió incluso en las redes sociales. Esto puso de manifiesto el verdadero problema: el sistema no se ocupa de este tipo de delincuentes una vez que han salido de la cárcel.

Por eso, una de las reivindicaciones de lxs manifestantes es la creación de un "registro legal de todos los violadores y maltratadores" (basado en el que ya existe para pederastas), explicó Riznić, "en colaboración con las organizaciones de mujeres que se ocupan de estos temas".

Otras demandas son: retirar la entrevista de Informer de todas las plataformas; detener la financiación pública de los medios de comunicación sensacionalistas que informan de forma poco ética sobre la violencia contra las mujeres; exigir a todos los medios de comunicación que sigan las directrices elaboradas por el grupo Periodistas Contra la Violencia sobre este tipo de información.

Las demandas no han sido satisfechas, por lo que las protestas continuarán, según lxs organizadorxs. Está prevista otra protesta para el martes 1 de noviembre.

Bosnia y Herzegovina: feminicidio

"¡Nuestro dolor, vuestra vergüenza!", gritaron las mujeres en las protestas que estallaron espontáneamente en toda Bosnia y Herzegovina (BiH) hace dos semanas, como reacción al feminicidio de una mujer de 32 años a manos de su marido en la ciudad noroccidental de Bihać.

El hecho de que "las mujeres salieran a la calle en 19 ciudades y municipios de BiH en menos de 48 horas es un gran éxito", afirmó Milica Pralica, de Oštra Nula, una ONG con sede en la ciudad de Banja Luka. Y añadió: "En Sarajevo, las mujeres bloquearon la carretera y se manifestaron. Salimos las unas en defensa de las otras, para decir ‘¡Basta!’".

El principal mensaje de las calles bosnias es que los crímenes contra las mujeres deben llamarse por su verdadero nombre: no se trata de un crimen pasional sino de un feminicidio, no de una tragedia familiar sino de un asesinato.

"Estamos aquí para decir que no somos vuestras madres, esposas, hermanas o hijas. No somos asunto de nadie ni propiedad privada. Somos nuestras, ruidosas y decididas a defendernos. Estamos aquí para decir que no somos culpables", declaró a openDemocracy Enisa Raković, de la ONG Voice of Women.

"Para nosotras, activistas y luchadoras por los derechos humanos de las mujeres, esto ha sido más que una alarma para que alcemos nuestra voz, unidas y más fuertes que nunca", señaló Raković.

Las manifestantes bosnias también tienen reivindicaciones, como sus homólogas de Serbia. Piden que se defina legalmente el feminicidio (actualmente no reconocido en Bosnia) y que se introduzca como delito penal; que se aplique el Convenio de Estambul (convenio del Consejo de Europa para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres); y que se revisen las prácticas penales para incluir penas más duras y sistemáticas para los autores. También quieren que las instituciones estatales colaboren para mejorar la prevención y la protección contra la violencia contra las mujeres.

Una lucha a través de las fronteras

Las mujeres de ambos lados de la frontera se apoyan mutuamente y sienten que su lucha es la misma, una lucha universal por los derechos de las mujeres.

"El problema de la violencia contra las mujeres es un problema que trasciende las fronteras nacionales – y recibimos mensajes en la protesta que tuvo lugar el mismo día, para apoyar a las amigas de Bosnia y Herzegovina", dijo Riznić.

Todas las mujeres entrevistadas por openDemocracy, en ambos países, destacaron la debilidad de sus sistemas judiciales, que se enfrentan a múltiples obstáculos a pesar de contar con leyes que, en teoría, son buenas.

Milica Pralica cree que la sociedad de Bosnia y Herzegovina, profundamente tradicional y patriarcal, todavía no reconoce ni admite la contribución de las mujeres en la lucha por los derechos humanos básicos.

En Serbia, Riznić cree que la religión se interpone en el camino de los derechos de las mujeres. "La Iglesia ortodoxa serbia y otras instituciones conservadoras tienen una fuerte influencia a nivel de valores, por lo que muchas leyes que nominalmente existen no cuentan mucho en la realidad", explicó.

En ambos países, para que se produzcan cambios, sobre todo en lo que se refiere a la violencia sexual, "hay una gran necesidad de mejorar los documentos legales y sublegales", declaró Sanja Pavlović, del Centro Autónomo de la Mujer de Serbia.

En primer lugar, señaló, hay que cambiar la definición penal de la violación para que "no se defina por el uso de la fuerza, sino por la ausencia de consentimiento en las relaciones sexuales". También aboga por la introducción de "un nuevo delito penal, el 'uso indebido de un video de contenido sexual', el cual incluiría la llamada 'pornografía de venganza'".

Pralica y Riznić también coinciden sobre la existencia de una herencia patriarcal en estos países balcánicos.

"En términos de violencia contra las mujeres, esto significa que mucho depende todavía de lo que piensen lxs agentes de policía o lxs trabajadorxs sociales, y no de lo que garantice la ley. Así que, aunque la seguridad de las mujeres debe estar por encima de las opiniones y los sentimientos individuales, en realidad a menudo no es así", explicó Riznić.

Mientras tanto, en Serbia, donde todas las protestas recientes se han celebrado en Belgrado, los grupos feministas desean que el movimiento se extienda por todo el país, como ya ocurre en Bosnia y Herzegovina.

"Hay potencial para que las protestas serbias se descentralicen. Me anima el hecho de que el miedo de las mujeres se esté transformando en ira, y la ira en demandas concretas de cambio", declaró Pavlović.

"El feminicidio no conoce fronteras. No conoce la edad, el color de la piel, la religión, la etnia o la nacionalidad, ni el lugar de residencia. En todas las partes del planeta, los hombres maltratadores dicen a las mujeres: solo eres buena si estás muerta. Y nosotras decimos ‘¡No más!’. No viviremos con miedo. No moriremos en silencio", señala Raković.

Ana Curic es periodista independiente de investigación y análisis de datos  en Belgrado (Serbia). Actualmente es becaria del equipo de investigación del Organised Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP). Ha trabajado para la Balkan Investigative Reporting Network (BIRN) de Serbia, cubriendo principalmente el mal uso de fondos públicos, la justicia, los derechos humanos y los delitos financieros. También fue becada en Investigate Europe. Ganó el Premio al Periodismo de Calidad 2021 en Hungría.

Foto: Ana Curic

Available in
EnglishPortuguese (Brazil)Spanish
Author
Ana Curic
Translators
Nora Bendersky and Oscar García Guardans
Date
23.11.2022
Source
Original article🔗
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