Politics

Retorno prohibido

En Egipto, lxs miembrxs de las tribus del Sinaí luchan por el derecho a regresar a sus tierras. Pero el ejército del país planea utilizarlas para un nuevo proyecto agrícola.
Las tribus del Sinaí y las Fuerzas Armadas de Egipto contrajeron un matrimonio de conveniencia para luchar contra una filial del Estado Islámico en la provincia del Sinaí. Ahora, lxs miembrxs de las tribus quieren volver a sus tierras. Pero lxs militares tienen sus propios planes de desarrollo agrícola.
Las tribus del Sinaí y las Fuerzas Armadas de Egipto contrajeron un matrimonio de conveniencia para luchar contra una filial del Estado Islámico en la provincia del Sinaí. Ahora, lxs miembrxs de las tribus quieren volver a sus tierras. Pero lxs militares tienen sus propios planes de desarrollo agrícola.

Para muchxs miembrxs de las tribus del Sinaí, el cálculo era sencillo: a cambio de luchar junto a las Fuerzas Armadas en su guerra contra una filial del Estado Islámico en la Provincia del Sinaí, se les permitiría regresar a sus tierras, que se vieron obligadxs a abandonar cuando los combates asolaron las aldeas del norte de la península.

Sin embargo, debido al agotamiento de la guerra y la  beligerancia cada vez menor, miembrxs de las tribus Roumailat, Sawarka y Tarabin han intentado regresar a sus tierras tribales en Sheikh Zuwayed. Pero en lugar de poder recomponer sus vidas, y de manera sorpresiva, se han encontrado con cordones militares tras los cuales un comité agrícola, afiliado al ejército, ha iniciado una inspección de sus tierras con el objeto de preparar un nuevo proyecto agrícola.

Frustradxs por lo que consideran una promesa incumplida, lxs miembrxs de las tribus organizaron sentadas de varios días a finales de agosto bajo el lema "Derecho al retorno". Al final, no hay promesa de retorno, pero la presión ha conseguido que una pequeña delegación tenga derecho a consultar con la oficina del presidente.

Las protestas en el Sinaí comenzaron el 22 de agosto, cuando decenas de miembrxs de la tribu sawarka organizaron una concentración al sur de Sheikh Zuwayed para exigir a las autoridades que les permitieran acceder a sus tierras. La protesta sólo duró el lapso de un día, ya que lxs líderes militares acudieron a reunirse con lxs manifestantes prometiendo elevar sus demandas a personalidades de El Cairo, pero sentó las bases para una mayor movilización.

Estas primeras protestas se desencadenaron por la noticia de que un comité agrícola militar estaba inspeccionando las aldeas de Mahdia, Shabana y Moqatta, todas ellas zonas de sawarkas, junto con otras aldeas de Rafah pertenecientes a la tribu Roumailat.

Lxs residentes que participaron en la protesta dijeron a Mada Masr que habían oído que el comité estaba tomando muestras del suelo para preparar un proyecto agrícola dirigido por lxs militares en la zona.

Una fuente de la Dirección de Agricultura del Norte del Sinaí confirmó a Mada Masr que varios comités habían estado realizando inspecciones del suelo en Sheikh Zuwayed y Rafah a mediados de agosto.

En su momento, fuentes de la tribu sawarka dijeron a Mada Masr que lxs miembrxs de la tribu que participaron en la protesta estaban frustradxs por el incumplimiento de las promesas de los líderes militares de respetar el derecho lxs miembrxs de las tribus, que lucharon junto a lxs militares, a regresar a sus tierras al término de la guerra.

Según dijeron fuentes de la tribu a Mada Masr, tres días después de que se disolviera la protesta de los sawarkas, cientos de miembros de la tribu Romaylat organizaron una sentada en las fronteras de Sheikh Zuweid, después de que una unidad militar les impidiera entrar a las aldeas cercanas a Rafah.

Fuentes tribales dijeron a Mada Masr que los miembros de las tribus se reunieron en la ciudad de Sheikh Zuwayed, después de las oraciones del viernes, en respuesta a los llamamientos realizados en las redes sociales bajo los lemas "Viernes de la Tierra" y "Derecho al Retorno" para reunirse e intentar regresar a sus tierras. Cientos de personas respondieron al llamamiento y comenzaron a caminar desde Sheikh Zuwayed hacia los pueblos de Mutlla y Husseinat, cerca de Rafah. Sin embargo, se encontraron con la sorpresa de que los vehículos militares les impedían avanzar.

Incapaces de seguir avanzando, lxs miembrxs de las tribus organizaron una sentada en la carretera y prendieron fuego a la zona situada entre los pueblos de Moqatta y Wafaq. Para aumentar su número, pidieron a lxs miembrxs  sawarkas y tarabines que se unieran a ellos. Decenas de miembrxs de lxs sawarkas respondieron y se unieron a la sentada.

Cuando aparecieron en la carretera camiones de maquinaria pesada, pertenecientes a empresas de construcción, que intentaban pasar por Rafah, lxs miembrxs de las tribus empezaron a lanzarles piedras, obligándoles a dar marcha atrás.

Cuando la sentada se prolongó hasta bien entrada la noche, lxs miembrxs de las tribus decidieron que querían instalar una gran tienda en la sentada. Las fuentes dijeron a Mada Masr que hubo intensas negociaciones con lxs jefxs militares para que permitieran levantar la tienda, propuesta a la que lxs jefxs militares se oponían rotundamente.

Sin embargo, la oposición de lxs militares no fue atendida, ya que una gran multitud se reunió para plantar postes de madera en el suelo, montar la tienda e izar banderas egipcias sobre ella.

Para tratar de contener la situación, varios jeques de cada una de las tribus y varixs miembrxs del Parlamento llegaron al día siguiente a la tienda tras celebrar consultas con la cúpula militar en el cuartel general en Arish del Batallón 101, una fuerza tribal paramilitar que luchó junto a lxs militares, según fuentes locales.

Los jeques llevaban consigo una oferta de lxs militares: todos pueden regresar a sus tierras después del 10 de octubre.

Tres fuentes de la tribu Roumailat que hablaron con Mada Masr por separado indicaron que la fecha del 10 de octubre es significativa porque circula información sobre una posible visita del presidente al norte del Sinaí en el aniversario de la guerra del 6 de octubre para celebrar la "erradicación del terrorismo".

Sin embargo, lxs manifestantes rechazaron la oferta. Los jeques intentaron contraatacar sugiriendo que lxs manifestantes eligieran a 10 jóvenes tribales de la sentada para asistir a las consultas con la cúpula militar en el cuartel general del Batallón 101. Lxs manifestantes también rechazaron esta oferta. Según las fuentes locales, mientras se desarrollaban estas negociaciones, las fuerzas de seguridad desplegaban una campaña coordinada para impedir nuevas movilizaciones.

Según las fuentes, esto incluyó el corte de todas las redes de comunicación en las zonas próximas a la sentada, así como la restricción de la circulación de personas. También se establecieron nuevos controles militares a lo largo de la carretera de circunvalación al sur de Sheikh Zuwayed, que conduce a la sentada. El personal de seguridad del puesto de control policial de Resa, que es el punto de entrada a Sheikh Zuwayed desde Arish, impidió el paso a toda persona con un documento de identidad expedido en Rafah. Y en el puesto de control de Shalaq, que es la entrada occidental a Sheikh Zuwayed, se prohibió la entrada a toda persona con un documento de identidad de Rafah o Arish.

Sin embargo, las fuentes dijeron que las personas detenidas en los puestos de control no dieron marcha atrás. En su lugar, se reunieron frente a los puestos de control y prendieron fuego a los neumáticos de los coches. El personal de seguridad se movilizó para confiscar sus documentos nacionales de identidad.

Las fuentes confirmaron por separado que lxs que cruzaban por los puestos de control se negaban a dar marcha atrás y se concentraban frente a ellos, prendiendo fuego a los neumáticos de los coches, mientras lxs agentes del ejército y la policía confiscaban los documentos nacionales de identidad de los jóvenes.

Al tercer día de la sentada, una autoridad soberana entabló negociaciones directas con lxs integrantes de la misma.

Según tres miembrxs de la tribu roumailat que participaron en las negociaciones, lxs miembrxs de la entidad soberana pusieron a lxs manifestantes en contacto con un alto funcionario de la oficina del presidente, que prometió permitirles regresar a "todas sus tierras en Sheikh Zuwayed y Rafah" el 10 de octubre. También les pidió que eligieran una delegación de tres personas —con un representante de cada tribu Sawarka, Tarabin y Roumailat— para discutir sus demandas en El Cairo.

Las tres fuentes dijeron a Mada Masr que tenían reservas sobre las promesas, pero la presión de las autoridades de seguridad sobre los organizadorxs de la sentada y el hecho de que se hubiera cortado todo acceso a la tienda les obligó a someterse y poner fin a la sentada. Sin embargo, también subrayaron que conseguir la comunicación directa con la oficina de la presidencia era una ganancia importante en comparación con la situación normal, en la que negociarían con el jefe del Segundo Ejército de Campaña o con funcionarixs de seguridad de la gobernación.

Una de las fuentes de roumailat dijo a Mada Masr que, desde el primer día,  lxs manifestantes han estado exigiendo la asistencia del comandante del Segundo Ejército de Campo a la tienda de la sentada para hablar con él directamente sin intermediarixs. Sin embargo, no respondió a esta petición, a pesar de estar presente en Arish al día siguiente del inicio de la sentada. La fuente subrayó que todxs lxs participantes en la sentada acordaron que no estarían representadxs por "miembrxs del parlamento o jeques", ya que lxs manifestantes habían mostrado su disconformidad con la forma en que entraron en la tienda anunciando que entregaban demandas de la cúpula militar para poner fin a la sentada, a lo que lxs manifestantes respondieron diciendo: "Vuestro papel es entregar nuestras demandas, no al revés" y nuestra demanda es el "derecho al retorno".

Una vez dispersada la sentada, se permitió el paso a quienes habían quedado atrapadxs en los puestos de control.

Ahora, las negociaciones están en marcha en El Cairo, con la fecha del 10 de octubre asomando en el horizonte. Con la sentada disuelta y la confianza aún frágil, sólo queda esperar.

Available in
EnglishSpanish
Translators
Victoria Leighton Mendez and Cristina Frodden
Date
05.10.2023
Source
Original article🔗
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