Lo que empezó como una negativa de Tesla a firmar un convenio colectivo con unxs 120 mecánicxs suecxs se ha convertido en la primera huelga en los 20 años de historia de la empresa, a la que se han sumado en solidaridad trabajadorxs de otros sectores.
Musk —quien fue declarado culpable de violar la legislación laboral en Estados Unidos al tuitear que eliminaría las opciones sobre acciones de lxs empleadxs si se sindicalizaban— podría haber encontrado su contraparte en el poderoso movimiento sindical sueco.
Si lxs trabajadorxs suecxs consiguen que Tesla abandone su política de negarse a firmar convenios colectivos, podría abrir la puerta a que los sindicatos se organicen contra el fabricante de automóviles en todo el mundo.
Aunque Tesla no fabrica sus coches eléctricos en Suecia, lxs mecánicxs realizan el mantenimiento de los coches en talleres de todo el país. Desde 2018, IF Metall —el sindicato que representa a lxs mecánicxs— ha pedido al fabricante de automóviles que firme un convenio colectivo que cubra a sus miembrxs. Tesla se ha negado a cooperar y el 27 de octubre el sindicato inició una huelga.
La Confederación Sindical Sueca dijo en una declaración: "En Suecia no deberíamos tener condiciones estadounidenses. Si permitimos que una empresa gigante haga lo que quiera, le seguirán otras más".
Más del 90 por ciento de lxs trabajadorxs suecxs están cubiertxs por convenios colectivos, en los que las condiciones laborales y salariales no están reguladas por la legislación, sino por acuerdos entre patrones y sindicatos. Excluidxs de las normas sectoriales establecidas por el convenio de la industria automotriz de IF Metall, lxs empleadxs de Tesla ganan salarios más bajos, tienen peor cobertura de seguros y peores cotizaciones al plan de pensiones.
Otros sindicatos se han unido a la huelga de IF Metall por considerar que las acciones de Tesla podrían poner en peligro todo el modelo laboral sueco.
El Sindicato Sueco de Trabajadorxs del Transporte inició un bloqueo el 7 de noviembre, negándose a cargar o descargar coches de Tesla en los puertos de Malmö, Södertälje, Gotemburgo y Trelleborg. El 17 de noviembre, el bloqueo se amplió a otros 55 puertos.
El mismo día, el sindicato sueco de trabajadorxs de mantenimiento de edificios, Fastighets, dejó de limpiar las salas de exhibición de Tesla. El sindicato declaró a Novara Media: "Cuando IF Metall nos pidió que les ayudáramos, decidimos que era importante para ellxs, para nosotrxs y para todo el sistema sindical de Suecia.
"Si Tesla no firma un convenio colectivo, ¿respetarán Volvo, Mercedes o Kia el convenio colectivo?".
A lxs trabajadorxs de limpieza y portuarixs se han unido el sindicato de pintorxs, con 53 empresas de pintura que se niegan a trabajar en vehículos Tesla, y el sindicato de electricistas, que se niegan a reparar cargadores Tesla.
El 20 de noviembre, el sindicato de trabajadorxs postales Seko anunció planes para bloquear la distribución, entrega y recogida de envíos, cartas, paquetes y pallets destinados a los centros de trabajo de Tesla.
"Al negarse a cumplir las reglas del juego aquí en Suecia, Tesla intenta obtener una ventaja competitiva ofreciendo a lxs trabajadorxs peores salarios y condiciones de los que habrían tenido con un convenio colectivo. Esto es, por supuesto, completamente inaceptable", afirmó en un comunicado Gabriella Lavecchia, presidenta de Seko.
Una acción complementaria de lxs trabajadorxs de correos ha bloqueado la llegada de las placas de matrículas para los nuevos coches Tesla. Musk calificó de "locura” en X el bloqueo de lxs trabajadorxs postales, y Tesla presentó una demanda contra la Agencia Sueca de Transportes y el servicio postal, calificando el bloqueo de "ataque discriminatorio sin ningún apoyo en la ley".
El lunes, una sentencia judicial provisional dictaminó que la agencia de transportes sueca tenía siete días para permitir a Tesla recoger directamente las matrículas.
La directora de la agencia de transportes, Anna Berggrund, ha declarado: "De la decisión se desprende que nuestro fabricante de placas ha anunciado que está dispuesto a suministrar las placas directamente a Tesla, siempre que la agencia de transportes sueca esté de acuerdo". La agencia no ha anunciado cómo piensa responder.
"Vemos que Tesla ha optado por tomar el camino largo, iniciando procedimientos legales", dijo el secretario de negociación de IF Metall, Veli-Pekka Säikkälä. "Hay una forma sencilla y rápida de resolver esta situación, y es firmar un convenio colectivo. En cuanto Tesla lo haga, se acabará el conflicto".
El 24 de noviembre, unxs 50 trabajadorxs de Hydro Extrusions cesaron de trabajar. Lxs trabajadorxs son el único proveedor de un componente especializado y crucial para Tesla en Europa. Säikkälä dijo: "Entregan componentes a la fábrica de Tesla en Berlín, y si esto les causa trastornos, esperamos obligarles a volver a la mesa de negociación".
La solidaridad no sólo ha venido desde los sindicatos. Taxi Stockholm —una de las principales compañías de taxis de Estocolmo— ha suspendido los nuevos pedidos de Teslas para su flota.
El líder del Partido Moderado y primer ministro, Ulf Kristersson, declaró a la prensa que esperaba que el conflicto se resolviera, y añadió: "La legislación sueca es clara y la tradición sueca en el mercado laboral también".
El ex primer ministro Stefan Löfven, que también dirigió anteriormente IF Metall, dijo en Facebook: "¡Qué vergüenza, Tesla, qué vergüenza!" y pidió a lxs clientxs que no compraran coches nuevos hasta que se llegue a un acuerdo.
Desde que comenzó la huelga, Tesla ha estado ingresando rompehuelgas, algo que el secretario de IF Metall, Veli-Pekka Säikkälä, describió como "transgredir todos los límites" y un retroceso a los años veinte y treinta.
Los sindicatos suecos tienen un historial de enfrentamientos con empresas globalizadas que intentan importar sus prácticas empresariales hostiles y antisindicales, habiéndose enfrentado con éxito a McDonalds, notoriamente antisindical, en la década de 1980 y a Toys R Us en la década de 1990. Al igual que Tesla, los conflictos comenzaron cuando los gigantes corporativos estadounidenses se negaron a firmar convenios colectivos, y se intensificaron cuando lxs trabajadorxs de otras industrias iniciaron huelgas en solidaridad.
Sin embargo, empresas tecnológicas "disruptivas" como Tesla han intentado sortear el sistema. Este verano, Spotify se retiró de las negociaciones sobre un convenio colectivo, argumentando que no "añadía ningún valor significativo" para lxs empleadxs, y la empresa sueca de tecnología financiera Klarna evitó apenas la huelga al hacer caso a las peticiones de un convenio colectivo
Hasta ahora, Amazon ha podido evitar la cuestión sindical en Suecia. El almacén de Amazon en Eskilstuna, abierto en el país el 2020, está gestionado por la empresa logística alemana Kuehne Nagel, que ya está cubierta por un convenio colectivo.
En Alemania, la empresa donde Tesla fabrica coches, es la única de la rama que no está cubierta por un convenio colectivo.
IG Metall, el sindicato alemán que representa a lox trabajadorxs de Tesla, está afiliado al sindicato sueco IF Metall. El sindicato declaró a la prensa que, aunque no podía comentar directamente la huelga actual, la seguía "muy de cerca y con solidaridad para nuestrxs colegas de Suecia"
En Estados Unidos, el sindicato United Auto Workers también tiene en el punto de mira a Tesla, y su presidente, Shawn Fain, califica la sindicalización de la empresa de "factible". En octubre, el sindicato consiguió contratos récord en General Motors, Ford Motor y Stellantis. "Cuando volvamos a la mesa de negociación en 2028, no será sólo con tres grandes empresas, sino con cinco o seis grandes empresas ", dijo Fain.
La dirección sueca de Tesla dijo a IF Metall que la decisión de firmar un convenio colectivo corresponde en última instancia a la sede central estadounidense del fabricante de automóviles.
Tesla no respondió a la solicitud de comentarios.
Polly Smythe es corresponsal de Novara Media para el movimiento sindical.
Foto: IF Metall