Las tropas de Israel se están acercando al norte de la Ciudad de Gaza, dejando a la gente sin ningún lugar a donde ir, dijo Ahmed al-Salloudy, quien vive en el área de Abu Eskandar, a Mada Masr. Él y su familia decidieron permanecer en su hogar pese al peligro que se les aproxima rápidamente ante el avance del ejército israelí sobre su vecindario.
Salloudy expresó un sentimiento que era evidente en muchas personas de la Ciudad de Gaza que hablaron con Mada Masr en los últimos días, ya sea desde las áreas fronterizas de la ciudad como desde los campamentos cada vez más abarrotados en el oeste.
A medida que Israel profundiza su avanzada, pretendiendo imponer el control militar total de la ciudad, se habla de un estado de casi indiferencia ante el peligro inminente, una resignación fruto de la desesperación extrema ante la absoluta falta de opciones para sostener la supervivencia.
El ejército israelí ya ha avanzado en los barrios del sureste durante más de dos semanas, con el sonido diario a kilómetros de distancia de rápidas demoliciones en Sabra y Zeitoun.
Otro avance veloz tiene lugar en emplazamientos militares en el noreste y norte de la ciudad, con vehículos y bombardeos israelíes sobre el vecindario de Abu Eskandar. La ciudad entera fue declarada "zona de combate peligrosa" en los últimos días.
Miles de personas ya han sido expulsadas de la Ciudad de Gaza debido a la avanzada; más de 50 000 solo en agosto según encuestas de monitoreo de desplazamiento realizadas por el Grupo Mundial de Coordinación y Gestión de Campamentos (CCCM, por sus siglas en inglés).
Según los planes de la operación militar para "capturar" la ciudad, Israel busca desplazar a unas 800 000 personas a la zona sur del enclave. El ejército invasor ha declarado que está “garantizando el paso seguro de los residentes hacia el sur de la Franja de Gaza” y que ha “facilitado la entrada de tiendas de campaña”.
No obstante, dada la falta de recursos financieros necesarios para costear las altas tarifas de viaje y refugio en el sur, Mada Masr señala que miles de personas desplazadas se dirigen hacia campamentos en el oeste y noroeste de la ciudad, donde el número de personas ha aumentado rápidamente en los últimos días.
Allí, muchas personas que se refugian expresan que preferirían "morir aquí antes que huir hacia el sur, hacia lo desconocido".
Han surgido campamentos enteros, especialmente en las zonas noroccidentales de la ciudad, a pesar de la falta de infraestructura adecuada, suministro de agua, sistemas de gestión de residuos y otras necesidades básicas.
Algunas tiendas de campaña se han instalado en zonas extremadamente peligrosas, como Sudaniya en el norte, donde vehículos israelíes han realizado incursiones regularmente, incluso antes de que iniciaran la operación militar en la Ciudad de Gaza a principios de este mes.
Ante la escasez de opciones, hay quienes permanecen en sus hogares donde prevén que la muerte llegará pronto.
Como Salloudy dijo: "El oeste de Gaza está lleno, no hay espacio allí. Tampoco pienso en ir al sur, así que me quedaré en casa incluso si el precio es el martirio para mí y mi familia”.
Se están difundiendo informes de explosiones casi constantes en el barrio de Abu Eskander de Salloudy, lugar donde muchas otras familias también están atrapadas y se ha cortado el suministro de agua potable.
Omar Farwana, un testigo presencial, afirmó que los sonidos de las explosiones y la demolición de casas en Abu Iskandar son incesantes, especialmente durante la noche, mientras que en todo momento se escuchan vehículos militares y excavadoras realizando demoliciones.
Una serie de demoliciones rápidas similar ha arrasado prácticamente el barrio oriental de Zeitoun desde principios de agosto, según informó a Mada Masr el portavoz de Defensa Civil de Gaza, Mahmoud Basal.
El ejército israelí ha llevado a cabo demoliciones a un ritmo de al menos siete operaciones por día, utilizando excavadoras y maquinaria pesada, así como explosivos a control remoto, afirmó Basal. Además, los drones cuadricópteros se despliegan para lanzar explosivos sobre los tejados, duplicando así la escala de destrucción.
Traducido por Dante Reimondi, Andrea Pisera, y Open Language Initiative.