Cómo los estados socialistas comenzaron a invertir la fuga de cerebros de profesionales médicos del Sur Global

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Los países occidentales tienen una amplia tradición en la captura de personal médico de países menos desarrollados para compensar su propia escasez. Durante décadas, la inmensa mayoría de lxs médicxs emigrantes del mundo se han establecido en un puñado de países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y la República Federal de Alemania. Esta tendencia se intensificó tras el colapso del sistema socialista mundial a finales del siglo XX: desde el año 2000, por ejemplo, la proporción de médicxs formadxs en el extranjero en Alemania ha aumentado más de un 270%.

La Internationale Forschungsstelle DDR (IF DDR) es un centro de investigación con sede en Berlín dedicado a reexaminar la historia de la República Democrática Alemana (RDA) y su perdurable relevancia para los movimientos progresistas actuales. Su nueva plataforma de investigación "¡Amistad!" acoge contribuciones sobre el estudio del internacionalismo y el antiimperialismo de los estados socialistas durante el siglo XX. El siguiente artículo es un extracto de un análisis más extenso, que puede encontrarse en el sitio web del IF DDR.

Howard Catton, del Consejo Internacional de Enfermerxs, advertía recientemente de los efectos devastadores que la captación de enfermerxs está teniendo en Ghana: "Mi sensación es que la situación actual está fuera de control... Se está produciendo una contratación intensa impulsada principalmente por seis o siete países de ingresos altos, pero con contratación de países que son algunos de los más débiles y vulnerables, que mal pueden permitirse perder a sus enfermerxs".

Para países como Ghana, la fuga de cerebros de personal médico cualificado a occidente no hace sino agravar las heridas infligidas por el colonialismo. Cuando las potencias imperialistas se retiraron de sus colonias a finales de los años cincuenta y sesenta, se llevaron consigo a su personal, dejando enormes lagunas en las ya débiles infraestructuras de estos países. Los estados recién liberados se enfrentaron posteriormente a la tarea de superar las deformidades dejadas por el colonialismo y reconstruir sus sociedades. Las infraestructuras sanitarias eran cruciales en este sentido: donde falta la atención médica básica, no puede haber progreso social. Cuando lxs antiguxs colonizadorxs empezaron a recurrir a nuevos métodos "neocoloniales" para preservar las dependencias tradicionales, los movimientos de liberación nacional encontraron aliadxs en el naciente campo socialista.

La aparición de un sistema socialista mundial tras la segunda guerra mundial significó que el apoyo a los movimientos de liberación nacional podía adquirir nuevas dimensiones. Las democracias populares de Europa del Este y la República Popular de China se unieron a la Unión Soviética en la ayuda a la lucha anticolonialista. Su solidaridad se guiaba por el principio de delegación: a través de amplias iniciativas educativas, lxs jóvenes estudiantes de las antiguas colonias adquirían las habilidades y el equipamiento que necesitaban para la construcción de infraestructuras nacionales en sus países de origen. La formación de aquellxs a lxs que hasta entonces se les habían negado sistemáticamente las oportunidades educativas tenía, por tanto, un carácter fundamentalmente diferente en los estados socialistas. No se trataba en primer lugar de realizar un proyecto de vida individual o una carrera profesional, sino de sacar a toda una sociedad de la penuria educativa impuesta por las potencias coloniales.

Una facultad de medicina de la Alemania Oriental dedicada al internacionalismo

Para comprender mejor el carácter y los métodos de la solidaridad del campo socialista, hemos investigado recientemente cómo puso en práctica la República Democrática Alemana (RDA) el principio de delegación en el ámbito médico. Nuestra investigación nos llevó a la ciudad de Quedlinburg, en Alemania Oriental, donde, a partir de los años sesenta, la RDA gestionó una facultad de medicina destinada explícitamente a jóvenes estudiantes de los estados recién liberados y de los movimientos de liberación nacional.

Lxs estudiantes llegaban a Quedlinburg desde Líbano, Jordania, Siria, Malí, Tanzania, Laos, Egipto, la República Popular de Yemen, Madagascar, Sudáfrica, Zimbabue, Zambia, Guinea-Bissau, Cabo Verde, Palestina, Nicaragua, El Salvador, Laos, Camboya y muchos otros países. Para lxs aproximadamente 2.000 graduadxs de la escuela, la financiación de su educación solía formar parte de amplios acuerdos comerciales o culturales entre la RDA y otros estados u organizaciones políticas. Muchxs de estxs estudiantes llegaron a Quedlinburg en un momento en que sus movimientos aún luchaban por la independencia. Para algunos países, la escuela de medicina de Quedlinburg formó a su primer personal médico nativo.

A diferencia de Occidente, donde cada estudiante extranjerx tenía que organizar su propia formación, la RDA organizaba sus programas de formación mediante acuerdos conjuntos y podía así adaptar sus planes de estudio a las necesidades respectivas de los países o movimientos asociados. Al mismo tiempo, lxs estudiantes extranjerxs en la RDA recibían becas suficientes para financiar sus gastos de manutención y estaban directamente integrados en el sistema sanitario y social de la RDA, lo que les garantizaba asistencia médica gratuita durante sus estudios. Esto contrastaba con el sistema de la Alemania Occidental capitalista, donde lxs estudiantes no tenían derecho ni a las ayudas estatales para estudiantes ni a los programas sociales ofrecidos a lxs ciudadanxs de la RFA. Así, mientras que la educación en Occidente sólo estaba abierta a las clases privilegiadas de los países más ricos del sur global, los estados socialistas hacían posible que lxs "desdichadxs de la tierra" accedieran a una educación. Como nos dijo un graduado palestino de la facultad de medicina de Quedlinburg: "Sin la ayuda [de la URSS y la RDA], yo y miles de personas de países de todo el mundo no habríamos tenido acceso a una educación académica. Y esto cambió la perspectiva de los servicios sanitarios del Tercer Mundo".

En efecto, la composición del alumnado de los dos Estados alemanes demuestra claramente este hecho: en Alemania Occidental, a principios de la década de 1980, cerca del 50% de todxs lxs estudiantes extranjerxs procedían de países en desarrollo, de los cuales sólo el 6% eran africanxs; durante el mismo periodo, en el estado de obrerxs y campesinxs de Alemania Oriental, lxs no europexs representaban más de dos tercios del alumnado internacional, y casi una cuarta parte de ellxs eran africanxs.

La facultad de medicina de Quedlinburg -o "Medifa", como la llamaban lxs antiguxs alumnxs y profesorxs entrevistadxs- fue perfeccionando sus programas de formación a lo largo de los años para adaptarlos a las condiciones específicas de los países de origen de lxs estudiantes. Lxs propixs estudiantes se incorporaron a este proceso y ayudaron a desarrollar sus propios planes de estudios. Junto con la enfermería, la obstetricia, la formación de asistentes médicxs y la mecánica ortopédica, el campo de la pedagogía médica se convirtió en un programa básico en Medifa, ya que permitía a lxs estudiantes actuar como multiplicadorxs a su regreso a casa; podían transmitir los conocimientos que habían adquirido en Quedlinburg y empezar así a erigir sistemas sanitarios autosuficientes.

Solidaridad viva

El principal objetivo internacionalista de Medifa era formar a lxs estudiantes para futuras responsabilidades en sus países de origen; su estancia en la RDA era limitada por naturaleza. Sin embargo, de la vida cotidiana en la escuela surgieron diversas relaciones. El hecho de que estas conexiones se desarrollaran a menudo de forma orgánica por parte de lxs implicadxs en Medifa y sus alrededores refleja una característica básica de la RDA, a saber, que las instituciones educativas no estaban aisladas, sino estrechamente vinculadas a otros ámbitos de la sociedad.

Lxs estudiantes del sur global no eran ajenxs a la sociedad, como tampoco lo eran sus luchas. Muchxs ciudadanxs de la RDA estaban bien informados sobre sus movimientos políticos y expresaban su solidaridad tanto en contactos privados como en manifestaciones públicas, como las manifestaciones del Primero de Mayo, en las que lxs estudiantes de Medifa marcharon como primer bloque en Quedlinburg. En la propia escuela, lxs alumnxs también organizaron sus propixs actos políticos, veladas culturales y celebraciones de sus fiestas nacionales. Un poderoso ejemplo de estos contactos recíprocos fueron las Patenbrigaden ("brigadas de compañerxs") entre lxs estudiantes de Medifa y lxs trabajadorxs de las empresas públicas de los alrededores de Quedlinburg. Estas brigadas -que lxs instructorxs de Medifa habían organizado por iniciativa propia- brindaban a lxs estudiantes la oportunidad de visitar las empresas socialistas y experimentar de forma muy concreta las diferentes prácticas que los cambios en las relaciones de propiedad habían traído consigo en Alemania Oriental. Lxs alumnos pudieron participar en los procesos de producción y conocer cómo las empresas mantenían sus propias instalaciones sanitarias, de atención a la infancia y deportivas. Lxs trabajadorxs de Alemania Oriental, a su vez, podían asistir a las clases de alemán en Medifa y discutir con lxs estudiantes los acontecimientos en sus países y movimientos de origen.

Lxs estudiantes también podían ir de vacaciones y hacer excursiones por la RDA, asistir a actos culturales y conocer la vida cotidiana de la población. Era habitual que lxs estudiantes fueran invitadxs a fiestas o incluso a hogares familiares durante las vacaciones. "Éramos madres, éramos hermanas, éramos amigxs, conocidxs, lo éramos todo", recuerda Hilde, una de las profesoras de alemán de Medifa. Esas relaciones personales reflejaban y reforzaban los lazos entre los países y las organizaciones progresistas.

Una pieza clave en la lucha antiimperialista mundial

Con el fin de la RDA, las puertas de Medifa también se cerraron en 1991. A partir de entonces, la escuela y su importancia internacional se borraron de la memoria pública. Lxs alumnos, profesorxs y personal que conocimos asocian experiencias positivas y emocionantes con Medifa, pero su importancia política y su impacto no se reconocen hoy en día en la esfera pública.

La formación de jóvenes estudiantes en Medifa no era un acto de altruismo o de caridad, como a menudo se presenta hoy en día la "ayuda al desarrollo". El progreso social y político del socialismo dependía del avance de la lucha contra el imperialismo en todo el mundo. A la inversa, los movimientos de liberación y las antiguas colonias dependían de la ayuda de los estados socialistas para construir estructuras independientes y emanciparse de las dependencias imperialistas. El planteamiento de la RDA -vívidamente ilustrado por Medifa- se basaba, pues, en una auténtica ayuda que funcionaba simultáneamente como instrumento en la lucha común contra el imperialismo. Como lo describió el revolucionario mozambiqueño Samora Machel: "La solidaridad internacional no es un acto de caridad: Es un acto de unidad entre aliadxs que luchan en terrenos diferentes por un mismo objetivo. El principal de estos objetivos es ayudar al desarrollo de la humanidad hasta el nivel más alto posible."

Cuando investigamos la labor solidaria de Medifa y la RDA, a menudo intentamos determinar el impacto concreto que tales iniciativas tuvieron en los nuevos estados independientes y en los movimientos de liberación. Sin embargo, nos dimos cuenta de que, en última instancia, esta cuestión pasa por alto la importancia histórica del internacionalismo de los estados socialistas. Frente a siglos de subdesarrollo colonial, el impacto de instituciones individuales como Medifa fue ciertamente limitado. Sin embargo, lo decisivo es que se invirtió la dirección del desarrollo: no el subdesarrollo, sino la reconstrucción, no la subyugación, sino la soberanía, no la fuga de cerebros, sino la educación, se convirtieron en los puntos de referencia de las relaciones internacionales. Esta inversión de la tendencia histórica marca el gran logro de la solidaridad práctica, y todavía hoy puede servir de guía para una perspectiva internacionalista y antiimperialista.

Available in
EnglishSpanishPortuguese (Brazil)
Translator
Tim Swillens
Published
29.08.2023
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