A lxs miembros de la Internacional Progresista,
Este es un llamado a la solidaridad. Desde hace más de dos años, los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil vienen denunciando las acciones violentas e irrespetuosas de Bolsonaro contra los pueblos tradicionales de la Amazonía y contra el medio ambiente y sus defensorxs. Mientras organizamos protestas masivas en Brasilia, escribimos para presentarles un tema de máxima urgencia que, a pesar de su potencial destructivo, ha permanecido bajo el radar de los medios de comunicación brasileños e internacionales en el contexto de tantas otras amenazas y retrocesos en Brasil.
Se trata de Ferrogrão: un proyecto ferroviario de más de 1.000 km que partirá en dos la selva amazónica, afectando drásticamente a las comunidades locales y a sus formas de vida, especialmente a las comunidades indígenas y negras tradicionales ("quilombos"), y provocando impactos ambientales inimaginables. En caso de que se implemente, Ferrogrão conducirá a una devastación irreversible, agravando aún más el ya dramático escenario de deforestación, acaparamiento ilegal de tierras, incendios forestales y expulsión de pueblos tradicionales de la región. También acelerará la expansión de la frontera de productos agrícolas, amenazando la biodiversidad de la Amazonía y el desarrollo sostenible. Envenenará importantes ríos, perturbará la vida silvestre y provocará una mayor huella de carbono, lo que repercutirá en todo el planeta. Ferrogrão afectará a lugares y vidas mucho más allá de las fronteras brasileñas.
Con el pretexto de la mejora logística, este proyecto de dimensiones faraónicas favorece a las empresas internacionales de comercio de materias primas, promoviendo solo sus intereses financieros a costa de un perjuicio ambiental irreversible. La construcción de Ferrogrão se ha convertido en uno de los principales objetivos del gobierno de extrema derecha de Jair Bolsonaro. Es vital para fortalecer su proyecto político. Ignora deliberadamente todos los riesgos sociales, ambientales y climáticos, al mismo tiempo que intenta imprimir al proyecto un "sello verde", cuando en realidad se trata de uno de los proyectos más agresivos de toda la historia brasileña. El proyecto Ferrogrão sólo puede compararse con otras catástrofes en materia de derechos humanos y medio ambiente, como la autopista Transamazónica y la presa hidroeléctrica de Belo Monte.
Además, el proyecto viola la Constitución brasileña al alterar los límites territoriales del importante Parque Nacional de Jamanxim, una amplia zona de preservación medioambiental. Esta medida inconstitucional provocó una acción del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) ante el Tribunal Supremo Federal, que suspendió el proyecto Ferrogrão en una decisión preliminar. Según el calendario del gobierno, Ferrogrão se licitará en el segundo semestre de 2021. La ley brasileña, sin embargo, exige la aprobación previa del proyecto por parte del Tribunal de Cuentas Federal (Tribunal de Contas da União). La sociedad civil brasileña está movilizada para impedir la aprobación de este proyecto.
Este proyecto es una prueba más del autoritarismo y la conocida truculencia del gobierno de Bolsonaro. Los pueblos indígenas no fueron consultados sobre el proyecto, lo que constituye una violación de los compromisos internacionales asumidos por el Estado brasileño en el ámbito del Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales. Por si fuera poco, algunxs líderes indígenas fueron seducidxs en el intento del gobierno de obtener la licencia ambiental, como lo demuestra una denuncia del Ministerio Público Federal. Por lo tanto, es imperativo mostrar al mundo la amenaza de Ferrogrão, denunciando el alto riesgo que representa para la selva, sus pueblos, sus ríos, su fauna y su flora.
En reconocimiento al liderazgo mundial de la Internacional Progresista en el ámbito progresista y debido a su gran prestigio en la comunidad internacional, pedimos su apoyo para ayudarnos a detener esta catástrofe. Su visita a Brasil puede ser de enorme importancia para la resistencia de los pueblos tradicionales de Brasil frente a la política genocida y anti ambiental de Bolsonaro.
Coordinación Ejecutiva de la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB):
Kretã Kaingang
Dinaman Tuxá
Alberto Terena
Kerexu Guarani
Sonia Guajajara
Anildo Lulu
Foto: APIB