El lunes 10 de enero lxs residentes de la aldea beduina de Sa'wa en el Naqab (conocido comúnmente en español como el Néguev), se despertaron con el sonido de las fuerzas policiales israelíes y las excavadoras irrumpiendo en el lugar, con la intención de completar el plan de forestación que ya había comenzado a finales de diciembre de 2021
Lxs residentes de la aldea y otrxs beduinxs palestinxs del Naqab se resistieron a las fuerzas policiales del régimen israelí que a su vez se enfrentaron a ellxs con una dura represión.
Las fuerzas policiales y las excavadoras israelíes se retiraron el miércoles por la noche de esa misma semana, pero volvieron el jueves. Se encontraron con una manifestación pacífica organizada por lxs residentes y acompañada por activistas beduinxs palestinxs del Naqab y otros lugares.
Esta manifestación fue respondida una vez más con la fuerza bruta y dejó docenas de heridxs y detenidxs. Las detenciones no se limitaron a lxs participantes en la manifestación del pueblo de Sa'wa. La chispa que surgió de este pueblo en particular encendió algo en otros pueblos beduinos palestinos. Las manifestaciones de solidaridad con el pueblo de Sa'wa y al-Atrash, otro pueblo beduino palestino que se enfrenta a las demoliciones, tuvieron lugar en toda la Palestina colonizada. En el Naqab, en particular, se detuvo a cientos de personas, el 40 por ciento de las cuales son menores de edad.
Pocos días después de estas manifestaciones, las fuerzas policiales del régimen israelí empezaron a asaltar las casas, persiguiendo y deteniendo a hombres y mujeres jóvenes, incluso niñxs, acusados de cometer disturbios y obstruir la labor policial. Era un castigo colectivo por su participación en las manifestaciones de apoyo al pueblo de Sa'wa. Pero incluso en medio de la represión y las detenciones, lxs palestinxs del Naqab no dejaron de resistir.
Bajo el lema "No dejaremos solxs a lxs detenidxs", se organizaron vigilias frente al tribunal de la ciudad de Be'r Al-Sabeh (Be'er Shevah). Durante siete días, personas del Naqab de todas las generaciones se reunieron frente al tribunal, protestando contra la detención continuada de hombres y mujeres jóvenes y niñxs. Estas vigilias aún continúan y lxs activistas han prometido que las mantendrán hasta que se libere a lxs últimxs detenidxs.
Esta última escalada de violencia contra lxs palestinxs ha puesto al Naqab en el centro de la lucha contra el colonialismo de lxs colonxs. El Naqab, situado en el sur, es el distrito más grande de Palestina. Desde la Nakba y la limpieza étnica de 1948, sus habitantes supervivientes se han enfrentado a continuos desplazamientos y robos de tierras. En lo que muchxs activistas denominan desplazamiento lento, el régimen israelí utiliza diversos mecanismos para reforzar su control sobre las tierras del Naqab y continuar lo que empezó en 1948.
Uno de estos métodos es el que ha estado enfrentando Sa'wa: la demolición de casas en el pueblo. Cada año se demuelen docenas de ellas en el Naqab con el pretexto de que se trata de construcciones sin licencia. Sin embargo, se utilizan como política para limitar la expansión de la población y dañar el tejido social de las comunidades. Sólo en 2021 se demolieron 3.000 viviendas.
El régimen israelí también utiliza el "lavado de imagen verde" (pretensiones de ecologismo) para apropiarse de tierras. En el Naqab en particular, el régimen afirma estar luchando contra la desertificación y tratando de preservar el medio ambiente mediante la plantación de grandes extensiones de tierra con bosques artificiales de cipreses y pinos. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que estos árboles, que no son nativos de la tierra, contribuyen en realidad a la desertificación. Al mismo tiempo, la "Administración de Tierras de Israel" ha empezado a declarar explícitamente que la forestación se hace para evitar la "apropiación árabe de sus tierras".
El régimen israelí también afirma que lxs beduinxs palestinxs son invasorxs que residen ilegalmente en las tierras del Estado. Es una afirmación que el propio gobierno contradijo cuando ofreció compensaciones y sumas de dinero a lxs habitantes de un pueblo llamado Al-Araqib para que cedieran sus tierras. Como dijo el jeque Sayah Al-Turi, residente de Naqab: "Si realmente fuera un invasor de la tierra, ¿por qué me ofrecen una compensación por renunciar a esta tierra?
Al mismo tiempo que afirma que lxs beduinxs palestinxs son invasorxs, el régimen israelí ha aplicado sistemáticamente una política de "civilización" de lxs beduinxs. El resultado ha sido el traslado forzoso de miles de beduinxs palestinxs de sus tierras ancestrales a municipios sedentarios, lo que ha permitido al régimen engullir enormes extensiones de tierra y concentrar a la población beduina en la zona más pequeña posible.
La historia de Sa'wa es la historia de Palestina, desde Cisjordania hasta Jerusalén y más allá. Las casas palestinas son demolidas y las familias palestinas expulsadas para dar paso a la población de colonxs israelíes y a las infraestructuras del régimen israelí.
Sin embargo, la aparición de movimientos organizados contra el robo de tierras del régimen israelí en toda la Palestina colonizada demuestra la firmeza del pueblo palestino, desde el Naqab hasta Sheikh Jarrah.
¡Tenemos derecho a vivir en nuestra tierra y eso es lo que queremos y por lo que luchamos!
Narmin Slamah es una activista del Naqab.