Fracaso Institucional, brutalidad policial y la lucha de Kenia por la justicia climática

En Kenia, activistas intervienen para ayudar a las personas afectadas por las inundaciones, ya que la mala gestión del gobierno ante el desastre climático deja a cientos de personas desplazadas.
En la tarde del 24 de abril, lluvias torrenciales provocaron inundaciones que diezmaron muchas casas a lo largo de los ríos Mathare y Getathuru en Nairobi, Kenia. Las inundaciones han causado la muerte de casi 200 personas y más de 200 000 han quedado desplazadxs en todo el país. Zachary Patterson informa sobre el desastre climático que está cobrando vidas, y desarraigando a las comunidades de Kenia y a lxs activistas que prestan apoyo a lxs desplazadxs mientras hacen campaña contra la brutalidad estatal.

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La bajada de las aguas en los alrededores de Nairobi ha dejado al descubierto propiedades destruidas, infraestructuras dañadas y medios de subsistencia destrozados, lo que ha agravado las vulnerabilidades socioeconómicas, sobre todo en los asentamientos informales de Mathare, Mukuru, Kibera y Dandora, donde las inundaciones hicieron más estragos. La inundación a lo largo del río Mathare causó la muerte de 40 miembros de la comunidad y cientos de personas siguen dependiendo de voluntarixs locales para obtener alimentos, agua y alojamiento temporal. A medida que estos tipos de fenómenos meteorológicos extremos se han vuelto más comunes, lxs líderes y lideresas kenianxs no han cumplido con su obligación de prevenir los daños predecibles de los desastres climáticos y proteger a las poblaciones más marginadas y en riesgo, incluidas las personas con discapacidad, lxs ancianxs y lxs pobres.

Esta declaración se publica en solidaridad con organizadorxs y activistas del Centro de Justicia Social de Mathare (MSJC) y la Red de Justicia Ecológica que lideran la lucha por la justicia para lxs afectadxs por la mala gestión del gobierno en la preparación, el socorro y la ayuda en caso de desastres climáticos. Desde que comenzaron las inundaciones, el MSJC y otros grupos comunitarios han dado una respuesta rápida y eficaz a las necesidades de la población: proporcionando alimentos y ayuda médica, ayudando a las víctimas a encontrar refugio, rescatando a personas desaparecidas y apoyando las tan necesarias transferencias de efectivo. El MSJC también ha liderado a la comunidad en la condena del gobierno nacional, la Alianza Democrática Unida (UDA), por la inhumanidad e indignidad que ha infligido al pueblo keniano en los últimos dos meses.

El reciente anuncio del gobierno de renunciar a la ayuda y el socorro y, en su lugar, demoler las viviendas y los medios de subsistencia de lxs afectadox por las inundaciones en sus asentamientos informales, es un claro ataque a lxs pobres y una mala gestión de la crisis. La decisión de desplazar a las víctimas de las inundaciones sin planes de reubicación ni asignación de tierras constituye una violación directa del artículo 43 de la Constitución keniana, que protege el derecho de la ciudadanía a una vivienda digna, a la alimentación, al más alto nivel posible de atención sanitaria y al agua limpia y accesible. Es deber del gobierno keniano garantizar el apoyo a las comunidades afectadas y proteger a las poblaciones que se enfrentan a riesgos continuados.

Epicentro de resistencia

La historia de Mathare es una historia de lucha anticolonial. Formado por la aglomeración de 13 poblados marginales, Mathare, el segundo barrio marginal más grande de Nairobi, ha crecido hasta alcanzar una población cercana a los 500.000 habitantes como resultado de la migración del campo a la ciudad provocada por las apropiaciones coloniales de tierras, los desplazamientos capitalistas y la persistente naturaleza explotadora de las relaciones de producción en Kenia. Cuando Kenia se convirtió en un Protectorado Británico en 1920, Mathare surgió como la vanguardia urbana contra la opresión del colonialismo. El pueblo de Mathare comprendió las conexiones entre las luchas rurales y urbanas por la tierra y la libertad y, alejada de la vigilancia de las autoridades coloniales, la zona se convirtió en el epicentro de los combatientes del Ejército de la Tierra y la Libertad de Kenia (KLFA) y del movimiento nacionalista por la independencia. La zona se convertiría en el nexo entre los combatientes del bosque, el KLFA y lxs diversxs sindicalistas y otros grupos que se organizaban para acabar con el colonialismo: un lugar donde se desarrollaron la conciencia política y la estrategia para la lucha por la independencia.

Tras la caída del dominio colonial británico en 1963, Mathare siguió desempeñando un papel fundamental en la lucha contra la opresión de los regímenes poscoloniales. Hoy, la comunidad sigue siendo un epicentro de resistencia contra el imperialismo y un faro de esperanza de liberación y justicia en Kenia.

Desde 2015, el MSJC ha trabajado con la comunidad para promover la justicia social. Durante décadas, Mathare ha soportado las diversas formas de violencia estructural inherentes a las políticas de desarrollo de Kenia impulsadas por el mercado. Estas formas de violencia incluyen la apropiación de tierras y los desalojos forzosos, los abusos policiales y las ejecuciones extrajudiciales, la impunidad política y otras crueldades socioeconómicas y psicológicas. Investigaciones anteriores sugieren que la economía política de los actores de la sociedad civil, así como su desconexión de las preocupaciones e injusticias de base, despolitiza y deja sin resolver estas formas de daño estructural. Esta sugerencia se pone de manifiesto una vez más en los fracasos más recientes de la sociedad civil a la hora de prevenir la muerte y la destrucción causadas por los riesgos previsibles de inundaciones y responder a las necesidades comunales de una vivienda digna y resiliencia climática. Lxs organizadorxs de base están realizando una labor vital para responder a las necesidades y demandas orgánicas de la comunidad que habitualmente caen en oídos sordos. Ante la reducción del gasto público en servicios básicos y la mercantilización de la sociedad civil, lxs agentes de base de Mathare colaboran estrechamente con lxs miembros de la comunidad y con una red nacional de defensorxs de la justicia social para resistir la violencia estructural de las intervenciones capitalistas, diseñar colectivamente soluciones a las luchas sociales e impulsar el cambio social.

Desde su fundación, lxs organizadorxs y voluntarixs comunitarixs del MSJC han participado en diversas iniciativas con la misión de promover la justicia social y una sociedad libre de violaciones de los derechos humanos a través de plataformas comunitarias y de movimientos sociales comprometidos. Las campañas en curso, todas ellas ancladas en investigación-acción participativa, incluyen el arte para el cambio social, la justicia reproductiva, la responsabilidad política y la educación, y la justicia ecológica.

Haciendo hincapié en la urgente necesidad de abordar los medios de subsistencia sostenible, en enero el MSJC estableció una iniciativa centrada en la conservación del medio ambiente para la justicia ecológica. La campaña "Dejemos que los ríos fluyan" pretendía implicar a la comunidad a través de la educación para concienciar, reforzar la defensa e influir en la política en torno a cuestiones como el agua potable limpia y segura y la transformación, restauración y conservación del valle del río Mathare. Para celebrar este esfuerzo y conmemorar los logros de la Campaña por la Justicia Ecológica en materia de conservación y creación de parques comunitarios a lo largo del río, el MSJC y los grupos asociados organizaron a principios de año la fiesta "The River Festival"(El Festival del Río). Durante el acto, lxs organizadorxs de la campaña expresaron su objetivo de que los asentamientos informales dejen de ser barrios marginales y se conviertan en comunidades respetuosas con el medio ambiente, resilientes y sostenibles; sin embargo, la violencia estructural y las injusticias climáticas mundiales siguen socavando sus demandas y acciones para un futuro mejor.

La violencia estructural del capitalismo contra la que lucha el MSJC no es un subproducto inadvertido del desarrollo económico de Kenia; es un mecanismo interno inseparable que ayuda al capital a satisfacer sus insaciables necesidades reproductivas en su búsqueda de poder y dominio consolidados. La experiencia de vivir en los asentamientos informales de Nairobi ha provocado conflictos sociales enraizados en el colonialismo y la política de clases, y el MSJC está en el centro de la organización contra estas fuerzas y estructuras opresivas, liderando un movimiento por el cambio radical hacia un futuro keniano justo y equitativo.

Organización y represión del Estado 

En la mañana del 8 de mayo, miembros de la comunidad de Mathare se unieron para defender su derecho a una vivienda decente y una vida digna. Esta respuesta de la comunidad se produjo al día siguiente de que las autoridades kenianas empezaran a demoler las casas afectadas por las inundaciones, derribando los muros de chapa de hierro mientras la gente lo presenciaba con desesperación. A pesar de las promesas públicas del presidente William Ruto, el gobierno no había repartido —y sigue sin hacerlo— los 10.000 chelines kenianos (75 USD) a quienes recibieron la orden de reubicarse de sus residencias cercanas a ríos y presas. El hecho de que el gobierno no proporcionara socorro y ayuda a lxs residentes llevó al MSJC y a la Red de Justicia Ecológica a organizar una acción directa. En una declaración hecha pública antes de la manifestación, lxs organizadorxs del MSJC afirmaron que, con el pretexto de "salvar a lxs pobres de la naturaleza", el gobierno ha destruido los medios de subsistencia de innumerables kenianxs mediante la demolición ilegal de asentamientos informales sin las debidas remesas o ayudas para la reubicación.

La manifestación del 8 de mayo comenzó en la carretera de Juja y siguió por la carretera de Miu Miu, donde la policía keniana desató una fuerza tiránica contra lxs manifestantes, lanzando gases lacrimógenos y dispersando violentamente a activistas y miembros de la comunidad. Tras la manifestación y una declaración de prensa realizada en el Parque Comunitario de Mathare, la Unidad de Servicios Generales (GSU) —un ala paramilitar del servicio de policía keniano— asaltó las oficinas del MSJC y de la Fundación Ghetto, y detuvo a 26 organizadorxs y miembros del personal por presunta incitación. No se han revelado los detalles de la supuesta incitación. Miembros del Grupo de Trabajo de los Centros de Justicia Social de Kenia y del Teatro Itinerante de Justicia Social se encontraban entre las personas detenidas injustamente y recluidas en la comisaría de Pangani. Entre lxs detenidxs se encontraba el Tesorero Nacional del Partido Comunista de Kenia, Wahome Waringa.Al cabo de 24 horas, todxs lxs detenidxs quedaron en libertad y la Fiscalía se negó a aceptar los crueles cargos.

Este uso sistemático de la fuerza bruta se ha visto y experimentado en todo el mundo una y otra vez, y más recientemente contra manifestantes estudiantiles pacíficxs que protestaban en Estados Unidos por el alto el fuego en Gaza, organizadorxs sindicales del sector de la confección en Bangladesh, manifestantes propalestinxs en las calles de Alemania y activistas pro democráticxs y antiimperialistas en Senegal.

Las recientes inundaciones en Mathare y en los alrededores de Kenia exigen una comprensión renovada de la respuesta capitalista a la crisis climática. El papel de las fuerzas policiales es proteger al capital y servir a los intereses de la clase dominante. El atropello de las libertades democráticas de miembros inocentes de la comunidad keniana debe ser frenado mediante una mayor resistencia. Organizar una manifestación contra las decisiones y acciones ilegítimas y deleznables del gobierno no es un delito: es un derecho ineludible consagrado en la Constitución keniana.

Solidaridad con la lucha por la justicia y la liberación 

Continúa la lucha por una ayuda adecuada y por la justicia climática en Mathare y otros asentamientos informales de Nairobi. Gran parte del suministro de agua está contaminado y las organizaciones humanitarias internacionales han advertido de que el agua y las enfermedades transmitidas por mosquitos, como el cólera y la malaria, son motivo de gran preocupación. Las calles de los asentamientos están llenas de pertenencias de la población, embarradas y dañadas por las continuas lluvias. Mientras tanto, la respuesta del gobierno sigue siendo lenta e insuficiente, y a pesar de las advertencias de las agencias meteorológicas que predicen nuevas condiciones inestables y extremas, los preparativos para prevenir futuras catástrofes siguen sin desarrollarse.

¿Qué hace falta para vencer a un sistema injusto y garantizar la dignidad y la justicia para lxs habitantes de Mathare, Mukuru, Kibera y otros asentamientos informales de Kenia? Una lucha organizada que saque a la luz la verdad y la transparencia y haga imposible que el Estado siga eludiendo la rendición de cuentas. Esta lucha, que solo es posible con el liderazgo de las bases populares, necesita nuestro apoyo. Las palabras, obras y acciones del MSJC ofrecen lecciones invaluables a partir de las cuales lxs organizadorxs pueden comprender mejor cómo defender orgánicamente los derechos humanos y promover colectivamente la justicia social.

Nos solidarizamos con lxs habitantes de Mathare y con todxs lxs miembros de la comunidad de los asentamientos informales que se han visto afectadxs por la gestión inhumana e indigna de la crisis climática, las inundaciones y el desplazamiento previsto de miles de residentes por parte del gobierno keniano.

Apoyamos a lxs organizadorxs del MSJC y de la Red de Justicia Aambiental en sus esfuerzos por organizar la exigencia de asumir responsabilidades y la resistencia a la cruel forma en que el gobierno keniano ha respondido a las recientes inundaciones, a la devastación y a la pérdida de vidas humanas. Nos solidarizamos con quienes fueron injustamente acosadxs y detenidxs mientras ejercían su derecho democrático a organizarse y manifestarse en oposición al intento de la clase dominante de imponer los costos de la crisis ecológica a lxs pobres de las ciudades y a la población más marginada de Kenia.

Para actualizaciones, más información y para saber cómo apoyar la lucha por la justicia ecológica en Kenia, visite la página web del Centro de Justicia Social de Mathare. 

Zachary J. Patterson es un investigador independiente, activista y colaborador de roape.net. Escribe sobre Kenia, las ONG, la política socialista y los movimientos en el continente. Trabaja en el ámbito del arte y las políticas revolucionarias y es organizador con el Centro de Liberación de Indianápolis. 

Foto: ROAPE

Available in
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Author
Zachary J. Patterson
Translators
Lorival Martello, Maria Inés Cuervo and ProZ Pro Bono
Date
27.06.2024
Source
Review of African Political Economy ROAPEOriginal article🔗
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