Amazon está remodelando el capitalismo en el siglo XXI. Tiene una capitalización bursátil de más de 2 billones de dólares. Su fundador, Jeff Bezos, es el tercer hombre más rico del mundo, con más de 220.000 millones de dólares. Su poder para romper los cuerpos de sus trabajadorxs, cambiar nuestras leyes, debilitar nuestro ámbito público, destrozar nuestro planeta y apoyar la guerra es inmenso. Amazon está en todas partes y puede viajar a cualquier parte.
Pero el poder de Amazon no es infinito. Del mismo modo que se desplaza de un país a otro para eludir impuestos, de un depósito a otro para debilitar las huelgas, nosotrxs también nos organizamos en todas partes. En cada etapa de abuso a lo largo de su cadena de suministro global, Amazon se enfrenta ahora a la resistencia. En más de 30 países de todos los continentes habitados, esta resistencia se une, mientras trabajadorxs y ciudadanxs hacen huelga y protestan para hacer pagar a Amazon. Juntxs estamos convirtiendo el Black Friday en el Make Amazon Pay Day.
Hay mucho a lo que resistir. Un estudio del Senado de los Estados Unidos reveló que casi el 45 por ciento de lxs trabajadorxs de los depósitos de Amazon sufrieron lesiones en el trabajo durante la temporada navideña. En Bangladesh, Amazon sigue negándose a firmar los Acuerdos de Seguridad negociados tras el derrumbe del Rana Plaza en 2013, en el que murieron más de mil trabajadorxs de la confección, mientras sigue sin satisfacerse la demanda de lxs trabajadorxs de la confección de un salario mínimo mensual de 207 dólares estadounidenses.
La empresa afirma preocuparse por el clima y asumió un publicitado compromiso de emisiones netas cero en 2019. Desde entonces, las emisiones han aumentado más de un tercio. Amazon tiene emisiones más altas que más de 160 países.
Estos costos para nuestro planeta no se cubrirán con la recaudación de impuestos de Amazon. Lxs abogadxs y contables de la empresa son tan hábiles a la hora de contabilizar las ganancias en distintas jurisdicciones y eludir impuestos que el tipo impositivo efectivo de Amazon es ínfimo. En un ejemplo más atroz, la empresa no pagó ningún impuesto de sociedades en Europa en 2020 por unas ventas de más de 44.000 millones de euros.
La impunidad de Amazon es más grave en sus crímenes contra lxs palestinxs: los servicios web de Amazon prestan un apoyo fundamental al genocidio de Israel en Gaza y a su ocupación de Cisjordania. Amazon espera ganar miles de millones con las gangas del Black Friday, canalizando nuestro dinero hacia su contrato de 1.200 millones de dólares para proporcionar computación en nube a las Fuerzas de Defensa israelíes a través del llamado “Proyecto Nimbus”.
Hoy, más de 80 organizaciones, encabezadas por UNI Global Union y la Internacional Progresista, se han unido bajo el lema Make Amazon Pay, por quinto año consecutivo. En cada uno de los últimos cinco Black Fridays —un importante día de compras a finales de noviembre—, huelgas y protestas coordinadas a escala mundial han golpeado a Amazon, creciendo en número y ganando en fuerza.
Este año se están llevando a cabo cientos de acciones en más de treinta países. Entre las más destacadas se encuentran:
Cada acción estimula la siguiente, aumentando la fuerza, y lo que es más importante, la confianza de lxs trabajadorxs de todo el mundo para actuar basándose en una simple verdad: cuando luchamos, ganamos.
Una nueva investigación sugiere que los envíos de crudo de Turquía a Israel han continuado a pesar de que Ankara impuso un embargo comercial en mayo por las acciones israelíes en Gaza. Los datos de envío y las imágenes por satélite recopilados por investigadorxs de la campaña Stop Fuelling Genocide, apoyada por la Internacional Progresista, indican que un buque cisterna envió crudo directamente desde el puerto de Ceyhan, en Turquía, a un oleoducto cerca de Ashkelon, en Israel.
La historia fue cubierta por la publicación Middle East Eye y en gran profundidad por el medio turco Duvar.
Estudiantes de las islas del Pacífico están lanzando el mayor caso climático de la historia ante la Corte Internacional de Justicia, urgiéndole exigir responsabilidades a los Estados poderosos en virtud del derecho internacional por la devastación que sus acciones han provocado en nuestro mundo. Se enfrentan a una crisis cada vez mayor: mares crecientes que ahogan sus hogares, tormentas extremas que roban vidas y un futuro que se aleja de su alcance cada año que pasa.
“Europa es un jardín. La mayor parte del resto del mundo es una jungla, y la jungla podría invadir el jardín”. Así lo advirtió el Jefe de Política Exterior de la Unión Europea en 2022.
Durante décadas, la Unión Europea ha vigilado la frontera entre el “jardín” y la “jungla” con una fuerza mortífera, levantando el puente levadizo para quienes huyen de las guerras occidentales, el hambre y el colapso climático.
Este entorno hostil tiene un nombre: Fortaleza Europa. En el último episodio de “The International”, una serie de vídeos de alcance mundial presentada por Jacobin y la Internacional Progresista, la ex eurodiputada irlandesa Clare Daly pone al descubierto sus consecuencias en nuestro país y en todo el mundo. Mira el vídeo aquí.
El partido político guatemalteco y miembro de la IP, Movimiento Semilla, aprobó la Ley contra la Delincuencia Organizada, revirtiendo los intentos del juez Fredy Orellana de eliminar el partido mediante la guerra legal tras su histórico éxito en las elecciones de 2023.
El candidato del Frente Amplio de Uruguay, Yamandu Orsi, ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado domingo, y se impuso al candidato de la derecha, Álvado Delgado. Orsi obtuvo el 52 por ciento de los votos en la segunda vuelta, tras haber liderado la primera. La IP envió una delegación para observar las elecciones.