Labor

Huelga laboral en la Universidad Jawaharlal Nehru (JNU) y la situación de lxs trabajadorxs de saneamiento en espacios institucionales

Los sistemas de representación son algo generalizado en toda la India. A través de ellos, la casta alta obtiene los puestos de trabajo gubernamentales para tareas de saneamiento, mientras la casta baja realiza el trabajo por la mitad del salario y sin acceso a atención médica.
Lxs trabajadorxs de saneamiento en la India, mayoritariamente dalits (marginadxs), sufren explotación derivada del sistema de castas, condiciones laborales inseguras y violaciones de sus derechos. Esta situación se agrava por los sistemas de trabajo temporal y la falta de aplicación efectiva de las leyes. Las recientes huelgas han resaltado su lucha por la dignidad y la justicia, al tiempo que destacan la necesidad urgente de la sindicalización y la solidaridad para combatir la opresión sistémica.

En ciudades urbanas en desarrollo como Nueva Delhi, las castas y sus estigmas funcionan simbólicamente a través de sus marcadores. El trabajo de saneamiento en la India engloba una amplia variedad de tareas, como barrer, limpiar letrinas y alcantarillas, gestionar residuos sólidos, limpiar baños públicos y desagües, y tratar residuos municipales, entre otras labores. Un estudio realizado en 2017 por Dalberg Associates reveló que hay cinco millones de trabajadorxs de saneamiento en la India, clasificadxs en nueve grandes categorías. La naturaleza del trabajo implica un alto riesgo de muerte y enfermedad, provocado por la exposición a residuos sépticos y humanos, así como por la ausencia de mecanización en las tareas.

En los últimos años, ha surgido una nueva tendencia dentro del “trabajo temporal”, donde emplean a trabajadorxs a través de contratistas privados. Sin embargo, pese a los cambios en los métodos de contratación, el factor de la casta sigue siendo predominante. Como resultado, la mayoría de las personas que realizan labores de saneamiento, pertenecientes a la comunidad dalit, sufren diariamente violaciones de su dignidad y de sus derechos humanos.

A lo largo del país también son frecuentes los sistemas de representación denominados badli o ewaj, donde savarnas (la casta alta) consiguen empleos gubernamentales destinados a trabajadorxs de saneamiento, mientras que la casta baja realiza el trabajo por la mitad del salario y sin beneficios médicos. Además, el sistema de empleo temporal ha perjudicado aún más el sustento de estxs trabajadorxs, ya que reduce las posibilidades de obtener un trabajo a largo plazo. Sin embargo, a pesar de estas estructuras de poder tan desiguales, lxs trabajadorxs de saneamiento se han organizado en sindicatos por todo el país para protestar contra el trato injusto que reciben a diario.

La reciente huelga de lxs trabajadorxs de la JNU

Mientras la ciudad de Delhi se iluminaba con las lámparas de Diwali, lxs trabajadorxs de saneamiento de la JNU de Nueva Delhi luchaban por reclamar sus derechos laborales mínimos. La huelga, que se prolongó durante ocho días, continuó mientras los desechos se acumulaban por todo el prestigioso campus, dejando un olor que evocaba para muchxs la alienación del trabajo en una economía cuasi capitalista. La protesta comenzó cuando la administración de la JNU se negó a otorgar el legítimo bono de Diwali a más de 200 trabajadorxs temporales, todxs miembrxs de la organización sindical All India Central Council of Trade Unions (AICCTU; Consejo Central de Sindicatos de Toda la India).

La huelga comenzó cuando un grupo de mujeres dalit que trabajaban en la gestión de residuos sólidos decidió boicotear su trabajo en protesta contra la indiferencia de la administración de JNU y la empresa hacia el legítimo bono de lxs trabajadorxs. La cúpula de la empresa Rakshak Securitas Pvt. Ltd informó a lxs trabajadorxs, de forma irrespetuosa, que podrían percibir entre 50 y 100 rupias. A medida que el movimiento se iba fortaleciendo, trabajadorxs temporales de todo el campus se unieron para exigir la entrega de las nóminas.

El “Fracaso legislativo” en los derechos de lxs trabajadorxs de saneamiento

Surya, estudiante de doctorado en la Escuela de Estudios Laborales y, desde 2017, miembro activo de AICCTU (ala obrera del Partido Comunista de la India de ideología marxista-leninista) define la implementación de los derechos de lxs trabajadorxs temporales en la India como un “fracaso legislativo”. En la JNU, estxs trabajadorxs llevan más de 25 años realizando tareas de saneamiento, horticultura y limpieza, entre otras.

Asimismo, este estudiante menciona que los contratos laborales violan gravemente la Ley de Pago de Bonos de 1965, incluso en entornos institucionales. Según la Ley, lxs empresarixs deben pagar un mínimo del 8,33 por ciento del salario de lxs empleadxs durante el ejercicio contable, y este pago debe realizarse dentro de los primeros ocho meses. Sin embargo, Surya denuncia que engañan a lxs trabajadorxs con la mísera suma de tres a cuatro mil rupias de los fondos de la empresa, violando así la Ley, mientras siguen negándoles sistemáticamente el bono que les corresponde, equivalente al salario de un mes. Además de la negación de estos derechos, lxs trabajadorxs de estas instituciones educativas trabajan en condiciones miserables: lxs safai karamcharis (trabajadorxs de la limpieza) comienzan su jornada limpiando los restos más desagradables presentes en los inodoros.

Surya indica que la administración rechazó el bono con el argumento de que es una “organización sin ánimo de lucro”. Como respuesta, el 22 de octubre, la AICCTU organizó el traslado de un autobús lleno de trabajadorxs a la Oficina de la Comisión de Trabajo para solicitar que la empresa pagara el bono (bono que lxs contratantes podrían reembolsarse más adelante). No obstante, a medida que crecía el descontento entre lxs trabajadorxs, este acto se transformó en un movimiento de protesta. Gradualmente, el número de trabajadorxs aumentó, pasando de 20 a 25 y luego a 200 personas. Surya también hace referencia al informe del representante de la Comisión de Trabajo, en el que se desmiente tanto la reclamación del bono como la existencia de una huelga en la JNU.

A medida que la protesta cobraba fuerza, lxs trabajadorxs comenzaron a organizarse contra la administración. En una marcha por los distintos centros y albergues de prestigio, volcaron cubos de basura como forma de denunciar la constante invisibilización a la que son sometidxs. Surya también menciona el fondo de gastos no planificados, reservado para emergencias. Sin embargo, destaca que estos fondos no están disponibles para el escrutinio público.

Unidad entre estudiantado y trabajadorxs en instituciones educativas

El informe constata que la diversidad en las instituciones educativas es esencial para promover la solidaridad entre el estudiantado y lxs trabajadorxs. Algunxs residentes veteranxs del campus han señalado que la implementación de pruebas comunes de ingreso a la universidad ha debilitado la composición inclusiva de la demografía estudiantil. Surya añade: “Los cambios en la política educativa después de los años 90 permitieron que las comunidades marginadas de la sociedad accedieran a instituciones de educación superior como la JNU”.

La falta de empatía entre el estudiantado de educación superior es evidente, lo que acentúa la brecha entre la teoría y la práctica. Durante su visita a la huelga, la Vicerrectora Dhulipudi Pandit afirmó que no era posible otorgar el bono porque no se podían aumentar las tasas estudiantiles. Estas declaraciones, por parte de quienes ostentan el poder, reflejan un esfuerzo por separar el bienestar del estudiantado del de lxs trabajadorxs. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de resistir las estructuras de poder. Un ejemplo es el caso de Abhishek, gerente del comedor del albergue Lohit, una categoría que a menudo no se reconoce como parte del colectivo de trabajadorxs. Abhishek participó activamente durante toda la huelga y, tras su finalización, lo despidieron arbitrariamente debido a la alianza entre la administración y la empresa. La comisión del albergue, liderada por el estudiantado, se opuso enérgicamente a esta decisión mediante un recurso presentado al equipo directivo del albergue. Casos como este, que reflejan la solidaridad entre el estudiantado y los trabajadorxs, representan auténticos rayos de esperanza en tiempos difíciles.

Solidaridad y sindicalización entre lxs trabajadorxs de saneamiento

Surya observa que: “Los sindicatos se unen únicamente en tiempos de crisis. Un ejemplo de esto son lxs trabajadorxs de Samsung o lxs empleadxs temporales del BBMP en Karnataka, así como el caso de Maruti. Aunque lxs trabajadorxs saben que la sindicalización no asegura automáticamente sus derechos, la lucha se basa en generar conciencia de clase o conciencia política. En este proceso, la dirigencia sindical desempeña un papel clave para fomentar esa conciencia”. La AICCTU se caracteriza por adoptar un enfoque democrático en la toma de decisiones, en lugar de seguir una estructura vertical. Esto permite que lxs trabajadorxs comprendan plenamente las implicaciones de sus huelgas y protestas. Además, la sindicalización garantiza que lxs trabajadorxs tengan representación en la legislación que impacta su sustento.

Solo cuando lxs trabajadorxs comenzaron a protestar, la administración respondió a sus demandas. En una reunión entre diversas autoridades (la presidencia del sindicato estudiantil y representantes del sindicato), la administración dijo que podría proporcionar una cantidad ínfima como bono, pero solo a lxs trabajadorxs encargadxs de la gestión de residuos sólidos. En un acto de solidaridad, estxs rechazaron la oferta. La lucha continuó con la exigencia de modificar la cláusula de licitación, añadiendo el pago del bono. Sin embargo, no se ha ofrecido nada a cambio. Mientras el ostracismo persiste por diferentes medios, lxs trabajadorxs se mantienen unidxs para resistir cualquier injusticia y están decididxs a reclamar su legítimo bono el próximo año.

La huelga es un recordatorio de la contradicción de la opresión en los mismos espacios que critican sus mecanismos. La violación de los derechos de lxs trabajadorxs, tanto en los espacios institucionales como en otros lugares, es un indicador de importantes deficiencias en la implementación de políticas como la Ley de Pagos de Bonos de1965. Esta lucha de lxs trabajadorxs por obtener su legítimo bono de Diwali tiene implicaciones más amplias relacionadas con la dignidad, el trato igualitario y el reconocimiento de su labor.

La huelga resalta la necesidad de una mayor sindicalización y conciencia de clase para garantizar justicia y un trato digno a lxs trabajadorxs marginadxs. Movimientos de resistencia como este revitalizan la confianza en el espíritu democrático de los espacios institucionales, que pueden ser motores de cambios significativos incluso en contextos de regímenes opresivos.

Anchal Soni es escritora, poetisa y artista de la palabra, residente en Nueva Delhi. Sus obras se han publicado en diversas plataformas —Enroute Indian History Blogs, Indian Review E-Journal— y en revistas departamentales y anuales —Miranda House, Kirori Mal College y Gargi College—. Actualmente, está cursando un máster en lengua inglesa en la JNU de Nueva Delhi y disfruta deambulando por las calles de la ciudad.

Foto: Feminism in India

Available in
EnglishSpanishPortuguese (Brazil)GermanFrenchItalian (Standard)Arabic
Author
Anchal Soni
Translators
Andrea Villamisar Naveira, Fabian Aruquipa and ProZ Pro Bono
Date
06.01.2025
Source
Feminism in India (FII)Original article🔗
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