Tanya Singh: Hola, Saša, gracias por gracias por haber venido.
Saša Savanović: Hola, gracias por invitarme.
TS: ¿Podrías compartir con lxs lectores lo ocurrido en las protestas estudiantiles en Serbia? ¿Cómo impactaron en el panorama político de Serbia, en especial en la opinión pública sobre el Presidente Aleksandar Vucic y sobre el SNS, el partido gobernante?
SS: Esta crisis, la más reciente de todas las que afectaron al país en los últimos años, se originó cuando 15 personas perdieron la vida y dos resultaron gravemente heridas, al derrumbarse una marquesina de hormigón en la recientemente renovada estación de tren de Novi Sad. El gobierno, inicialmente, se desentendió de toda responsabilidad de la tragedia, y la total falta de transparencia sobre la renovación de la estación reavivó controversias de hace muchos años sobre la corrupción del régimen, el deterioro general y la mala gestión de las infraestructuras y los servicios públicos.
Como respuesta a las recurrentes agresiones físicas contra lxs manifestantes (muchas veces en manos de miembros o funcionarios del SNS) y la vigilancia policial extrema, que arrestó y golpeó a decenas de personas; lxs estudiantes ocuparon la mayoría de las universidades y exigieron la publicación de todos los documentos relacionados con la renovación de la estación; el procesamiento de aquellos que atacaron a lxs manifestantes; el sobreseimiento de quienes se manifestaron; y, por último, un aumento del 20 por ciento del presupuesto de educación universitaria.
Desde entonces, el estudiantado lidera las protestas. Mientras tanto, los partidos opositores permanecen en un segundo plano; una característica importante de las manifestaciones si consideramos que la población no confía mucho en ellos. A pesar de la enorme presión, de las agresiones físicas, de las amenazas y del hostigamiento policial y de la brutal campaña de desprestigio orquestada por los medios de comunicación afines al gobierno, el estudiantado continúa ocupando las facultades y recibiendo aún más respaldo social: cientos de miles de personas se reúnen en las protestas que organizaron, se crearon grandes redes de apoyo que brindaron asistencia logística y legal y gestionaron la preparación y distribución de comida y productos de higiene, entre otros.
El apoyo es tan apabullante que derivó en una huelga general (o en algo muy parecido a eso). Iniciativa que representó un gran esfuerzo, ya que el régimen controla casi todas las instituciones públicas, incluso los sindicatos. Por otro lado, la sindicalización en el sector privado es prácticamente imposible. Por ejemplo, los sindicatos de trabajadores de la educación anunciaron que se adherirían a la huelga y, tras aceptar el gobierno sus condiciones, dieron un paso atrás. Sin embargo, sí se unieron cientos de escuelas independientes, el Colegio de Abogados de Serbia (AKS), partes de la empresa de electricidad Elektroprivreda Srbije (EPS), muchas instituciones culturales e incluso pequeñas empresas privadas. Las calles principales de Belgrado y Novi Sad estuvieron cortadas durante todo el día. También se anunciaron cortes de carreteras y puentes los siguientes días.
Si bien no hubo intentos de desalojar por la fuerza al estudiantado, las muchas agresiones recibidas, cada vez más violentas, ocasionó que algunos comentaristas describieran la situación como "una guerra civil de baja intensidad".
TS: ¿De qué manera las protestas pusieron de manifiesto los conflictos más relevantes del gobierno de Serbia y de su desarrollo de las infraestructuras? ¿Qué se puede aprender de estas revelaciones?
SS: Es importante observar las actuales protestas estudiantiles en un contexto marcado por un importante panorama antigubernamental y por los métodos evidentes cada vez más autoritarios del régimen. La incautación de las instituciones y de los medios de comunicación, la corrupción sistémicas y el fragante fraude electoral forman el repertorio de los delitos gubernamentales más mencionados. Sin embargo, surgen cada vez más denuncias al régimen debido a su estrategia de acercamiento a las inversiones extranjeras (con subvenciones públicas), la privatización de servicios y la infraestructura pública y una cruenta desregulación. Más allá del desarrollo urbano en manos de inversores, hay un creciente descontento con la forma en la que el gobierno maneja e incluso contribuye al avance de la degradación medioambiental. Por ejemplo, la contaminación atmosférica es tan grave en Serbia que muchas localidades del país suelen aparecer entre las cinco ciudades más contaminadas del mundo.
Una de las iniciativas más controvertidas es Jadar, en Rio Tinto, una minera que propone la explotación del depósito de borato de litio descubierto en el valle del río Jadar en el Distrito de Mačva, Serbia. La resistencia a este proyecto implica graves riesgos ambientales que exceden con creces los potenciales beneficios económicos. Algunos de ellos son la liberación de sustancias tóxicas a la atmósfera, la contaminación de ríos y aguas subterráneas, la destrucción de la agricultura y los terribles antecedentes de Rio Tinto. Esta oposición comenzó en 2019 y se intensificó en 2022, año en el que el gobierno cedió ante la presión pública y canceló el proyecto, a pesar de que en el 2024 lo restableció.
Por lo tanto, las protestas en Serbia no deben interpretarse simplemente como movilizaciones contra el gobierno actual y sus políticas corruptas, peligrosas y deshonestas, sino también como un esfuerzo para desafiar la hegemonía neoliberal y para poner en duda la máxima de que generar ganancias debe ser la prioridad número uno.
Una vez más, la tragedia de Novi Sad demostró que el régimen no gobierna en interés de la ciudadanía, sino por interés propio y en interés del capital, sin importarle su origen (contratistas regionales o chinos en el caso de la estación o la industria automovilística alemana en el caso de Rio Tinto). Mientras tanto, los partidos opositores al régimen no ofrecen ninguna visión alternativa, ni política ni económica. Tan solo insinúan que no serán tan corruptos y que, quizás, controlarán mejor el engranaje político.
TS: En tu opinión, ¿cuáles son las consecuencias potenciales a largo plazo de estas protestas para el sistema político y social de Serbia, sobre todo en lo que respecta a la participación y al activismo de la juventud del país?
SS: La consecuencia más importante es, sin duda, la subjetivación política y la imponente entrada en política de una generación que se consideraba alejada de lo político. La manera en la que se desenvuelva su subjetivación definirá, en última estancia, el futuro de Serbia. Es esperanzador que el estudiantado haya resuelto la ocupación de las universidades mediante asambleas autónomas y democráticas y que enarbolen principios de justicia, libertad y solidaridad.
Las protestas señalan el enorme vacío político que dejó la caída de la democracia liberal y la apremiante necesidad de formular imaginarios políticos y sociales alternativos, de los que se carece, tanto en Serbia como en el mundo. La política que vio el establecimiento de una democracia liberal funcional como su principal objetivo es un sistema desgastado; no solo porque la democracia liberal retrocede ante las fuerzas superiores de la democracia iliberal, el capitalismo político y el autoritarismo, sino que, en realidad, también porque facilita el crecimiento de estas fuerzas gracias a que los partidos tradicionales se posicionan cada vez más hacia la derecha.
La ocupación de las universidades y la organización democrática crearon un nuevo ámbito político, un nuevo espacio y nuevos medios para que lo político se materialice y se extienda más allá de los confines de una política institucionalizada y petrificada. El estudiantado creó lo que podría llamarse una "institución desobediente", ubicada tanto dentro como fuera del sistema, que proclama una soberanía política propia, define sus propias reglas y sigue su propia agenda. Creo que es un acontecimiento muy importante, sobre todo en un momento en el que la soberanía económica y política del Estado nación se convirtió en cosa del pasado (al menos en países periféricos, como Serbia). Me parece que este suceso tiene el potencial de pensar y de construir nuevas instituciones políticas y una nueva organización de lo político (imagínate qué pasaría si las universidades se quedaran a manos del estudiantado una vez transcurrida la crisis).
TS: ¿Qué papel podrían desempeñar los medios de comunicación y las organizaciones internacionales al poner en relieve las demandas de los manifestantes y los problemas gubernamentales y de corrupción en Serbia? ¿Podrían influir en la llegada de respuestas regionales y globales?
SS: Dice mucho de ello, el hecho de que los medios de comunicación occidentales casi no hablen de la situación en Serbia o la retraten de una manera muy distorsionada, es decir, como un conflicto entre actores pro Unión Europea (UE) y actores pro Rusia y China o, lo que es aún más ridículo, como el comienzo de una nueva guerra de los Balcanes.
El apoyo continuo de la UE al régimen y, sobre todo, su participación directa en el proyecto Jadar, demuestran la renuncia a falsear que los derechos humanos y la democracia conforman las bases de su agenda. Sus políticas respecto a Serbia se convirtieron en políticas completamente coloniales (aunque después de Gaza ya no es necesario disimular). Lo único que ven en Serbia es el litio.
Debido a esto, el papel de las organizaciones y de los medios de comunicación internacionales (aquellos con buenas intenciones) consiste en dejar de reproducir estereotipos orientalistas y entender de verdad lo que está ocurriendo. En segundo lugar, deben ubicar la situación de Serbia en el mapa global de zonas de conflicto, ya que esta lucha desafía el statu quo de un imperialismo evidente, la "estabilidad" brindada por élites compradoras adyacentes y la idea generalizada de que nada es tan importante como generar ganancias. Como dijo el presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuando comenzó la aniquilación de Gaza y de su gente en manos de Israel: "La vida de la humanidad y sobre todo de los pueblos del Sur depende de la manera como la humanidad escoja el camino para superar la crisis climática producida por la riqueza del Norte. Gaza es solo el primer experimento para considerarnos a todos y a todas desechables". La gente en Serbia se está dando cuenta de que ellxs también son desechables.
En la “Carta al estudiantado del mundo”, lxs estudiantes de la Facultad de Arte Dramático declaran: "El mundo está al borde del colapso, la democracia representativa está fracasando y nuestro futuro está en riesgo. (...) Existen infinitas razones para ocupar la universidad. Tú sabes mejor que nadie cuál es la tuya". Si bien invitan a otrxs compañerxs a unirse a las ocupaciones universitarias, el llamamiento está dirigido, sin duda, a todas las personas que se encuentren en la misma lucha. Únete y aporta tu granito de arena.
Nota de redacción: Al momento de publicar esta entrevista, se nos informó que tanto Miloš Vučević, el primer ministro de Serbia, como Milan Djurić, el alcalde de Novi Sad, renunciaron a sus cargos.