Statements

Acabemos con Frontex, pongamos fin al régimen de fronteras de la UE

Acciones en siete países apuntan a la mortífera agencia fronteriza.
Más de 740 personas han muerto en lo que va de año intentando cruzar el Mediterráneo en busca de un lugar seguro. El régimen fronterizo de la UE les obligó a tomar rutas migratorias peligrosas, a menudo en embarcaciones no aptas para la navegación; reclutó a los países vecinos para que les detuvieran en su camino; les recibió con violencia y rechazo; o se negó a rescatarles, abandonándoles a ahogarse en el mar.
Más de 740 personas han muerto en lo que va de año intentando cruzar el Mediterráneo en busca de un lugar seguro. El régimen fronterizo de la UE les obligó a tomar rutas migratorias peligrosas, a menudo en embarcaciones no aptas para la navegación; reclutó a los países vecinos para que les detuvieran en su camino; les recibió con violencia y rechazo; o se negó a rescatarles, abandonándoles a ahogarse en el mar.

Para: Gobiernos de los estados miembros de la UE, la Comisión Europea, el Consejo Europeo, el Consejo de la UE, el Parlamento Europeo y la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex).

Estas son vidas perdidas por la obsesión de la Unión Europea por reforzar las fronteras en lugar de proteger a las personas. ¿A qué costo? Las políticas de la fortaleza Europa han asesinado a más de 40.555 personas desde 1993. Abandonadas a su suerte en el Mediterráneo, el Atlántico y el desierto, baleadas en las fronteras, muertas por suicidio en los centros de detención, torturadas y asesinadas después de ser deportadas –La UE tiene sangre en sus manos.

Al centro de esta violencia está La Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas Frontex –la fuerza de policía fronteriza de las UE. En sus 15 años de existencia, Frontex ha sido tanto ávida promotora como principal ejecutora de las violentas políticas europeas contra las personas que se desplazan. Aunque a menudo se esconde del escrutinio público, en meses pasados una serie de investigaciones por periodistas y grupos de derechos humanos han puesto a Frontex en el foco de la atención pública. Numerosas pruebas han puesto de manifiesto que la fuerza fronteriza de la UE está implicada en repetidas ocasiones en devoluciones ilegales y violaciones de los derechos humanos.

Estas revelaciones no son coincidencias desafortunadas, malentendidos o incidentes aislados. Son la punta del iceberg y el resultado inherente al régimen fronterizo militarizado de la UE. Cada muerte en la frontera y cada caso de violencia es una política de la propia UE, por elección y por diseño.

Frontex se ha asegurado un presupuesto de 5.600 millones de euros hasta 2027 y, para entonces, tendrá su propio ejército de 10.000 guardias fronterizxs armadxs; también tendrá más poderes que nunca para coordinar las deportaciones en toda la UE. Mientras tanto, Europa ha construido ya más de 1.000 kilómetros de muros y vallas fronterizos. Las fronteras militarizadas de la UE se sustentan en una vigilancia intensa e invasiva y están conectadas por bases de datos llenas de información personal –biométrica–. Para impedir que las personas lleguen siquiera a suelo europeo, se presiona fuertemente a terceros países para que actúen como guardias fronterizos de avanzada.

Estas políticas se basan en una narrativa que enmarca la migración como un problema de seguridad, describiendo a las personas desesperadas que se desplazan como una amenaza. Han sido diseñadas en estrecha colaboración con la industria militar y de seguridad, que está obteniendo miles de millones de euros de beneficios como resultado.

Estas políticas no protegen vidas. Las ponen en peligro. Alimentan el ascenso de la extrema derecha en toda Europa, refuerzan el racismo y se basan en siglos de colonialismo, opresión y explotación.

Al mismo tiempo, la Unión Europea sigue contribuyendo a las causas fundamentales de la migración, desde la exportación de armas hasta la extracción de recursos y su responsabilidad en la crisis climática.

La fortaleza Europa nos llena de vergüenza, suprime los derechos e impide la justicia. Pero no tiene por qué ser así.

Hoy, activistas y organizaciones de dentro y fuera de la UE se unen con una sola demanda: Abolir Frontex y el sistema que encabeza.

No queremos ver más vidas perdidas en el mar o en el desierto; vidas desperdiciadas en campos de detención o de refugiados inhumanos. Nos oponemos a un mundo cada vez más dividido por fronteras fortificadas para proteger la riqueza de lxs ricxs de la desesperación y la justa ira de lxs pobres y oprimidxs.

Creemos en la libertad de circulación para todxs; en proporcionar apoyo y refugio a las personas que se desplazan, y en trabajar por un mundo en el que las personas ya no se vean obligadas a huir de sus hogares y puedan vivir donde decidan.

En este contexto, no se puede reformar Frontex. Debe ser abolida. Lxs firmantes de esta carta nos comprometemos con este objetivo. No hay excusas, investigaciones o procedimientos de reforma a medias que puedan justificar la existencia de Frontex.

Exigimos que se desmantelen las estructuras y políticas que causan la violencia y la muerte. En su lugar, debemos construir un sistema que garantice la justicia y la seguridad para todxs. Exigimos la abolición de Frontex y el fin del régimen de fronteras de la UE que representa.

Available in
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Author
Abolish Frontex
Translator
Maria Inés Cuervo
Date
09.06.2021
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