El jueves por la mañana, decenas de personas bloquearon un autobús en el sur de Londres para impedir el traslado involuntario de solicitantes de asilo a la "prisión-barcaza” Bibby Estocolmo.
La manifestación aconteció frente a un hotel en Peckham el 2 de mayo de 2024 para impedir la expulsión de ocho personas que vivían allí desde hace tres a nueve meses.
Pese a una gran presencia policial, la protesta logró rodear el autobús, desinflar sus neumáticos y arrojar bicicletas Lime debajo de sus ruedas para evitar que el vehículo avanzara.
Se calcula que unas cinco personas han sido arrestadas por la tarde del jueves durante los enfrentamientos entre policías y activistas.
El hecho ocurre en medio de una semana de acciones directas contra un Estado cada vez más autoritario, el cual prepara las primeras deportaciones de personas solicitantes de asilo a Ruanda dentro de nueve a once semanas. La nueva política draconiana ha sido condenada en los tribunales y criticada por organizaciones de derechos humanos, activistas y las Naciones Unidas.
El martes, una manifestación rodeó una camioneta de inmigración frente a un centro de informes de Croydon durante varias horas en un intento por evitar la detención de dos solicitantes de asilo. La manifestación fue finalmente superada por la policía en las primeras horas de la mañana del miércoles.
Una mujer que participaba en las protestas del martes y jueves señaló que es crucial que la manifestación mantenga su fuerza. "Creo que es realmente importante salir a las calles y mostrarle al gobierno y a la extrema derecha que hay una presencia física que apoya a las personas refugiadas y solicitantes de asilo", dijo. "Podemos aprovechar este momento para construir una comunidad y construir aún más sobre las redes anti-redadas que ya existen".
Un coordinador de Revoke, una organización benéfica para personas refugiadas con sede en el este de Londres, mencionó que había trabajado con varias personas dentro del hotel. "La mayoría está involucrada con la comunidad y tiene buena relación con la gente de aquí”, afirmó.
Se cree que las ocho personas solicitantes de asilo apelaron la decisión del traslado. Algunas apelaciones fueron rechazadas por razones “absurdas”, explicó el personal de Revoke; otras, con reclamos sólidos, simplemente no recibieron respuesta del Ministerio del Interior.
Salah (nombre ficticio), un solicitante de asilo egipcio que vive en el hotel, explicó que había cuestionado la decisión de trasladarlo, pero que, ya casi sin esperanzas, había hecho las maletas para irse, antes de ver la resistencia afuera del hotel esa mañana.
El personal de Revoke informó que era crucial evitar los traslados, dadas las condiciones a bordo de la barcaza. "El Bibby Estocolmo no es un lugar seguro para nadie, especialmente para quienes poseen problemas de salud mental", afirmó. “Es un barco en un puerto en medio del mar. Todos ellos quieren estar aquí, involucrados con la comunidad, y ahora los trasladarán a un lugar diferente. Es inhumano”.
Apenas unos días luego de la inauguración del Bibby Estocolmo en Dorset el verano pasado, este debió cerrar nuevamente debido a una bacteria mortal a bordo. Quienes ya se encuentran allí la han descrito como una “prisión” flotante; y en diciembre, Leonard Farruku, un solicitante de asilo albanés, se suicidó mientras vivía a bordo. La hermana de Farruku comunicó a Telegraph que él afirmó que lo trataban "como a un animal" en la barcaza antes de morir.
No está claro por qué el gobierno está trasladando a solicitantes de asilo de Londres al Bibby Estocolmo, y cómo ha elegido a quién expulsar. A diferencia de los desalojos de hoteles del año pasado, donde quienes solicitaban asilo debían mudarse para que los hoteles reabran sus puertas para el turismo en cuanto expiraran los contratos gubernamentales, el hotel en Peckham no está siendo vaciado y solo algunas personas han sido objeto de expulsión.
"Quieren que quienes solicitan asilo sufran", comunicaron desde Revoke, "así hablarán con los medios de comunicación y con las personas que planean buscar asilo aquí y dirán que su experiencia ha sido mala, que 'traten de encontrar otro país'”.
Los grupos de activistas temen que el traslado a Bibby Estocolmo (ya malo en sí) pueda facilitar la deportación de personas a Ruanda.
Ayer, comunicaron activistas, el personal de inmigración “engañó” a solicitantes de asilo en Wembley, en el noroeste de Londres, para que tomaran un autobús hacia la barcaza, alegando que mudarse ayudaría a sus solicitudes de asilo y que resistirse los dejaría sin hogar. A algunas personas incluso se les prometió mejores condiciones en el Bibby Estocolmo, y supuestamente el personal del hotel describió la vida a bordo como una experiencia “soleada”, de “cinco estrellas”.
En Peckham, quienes solicitan asilo son parte integrada en la comunidad local. Mucha gente que será expulsada el jueves se ofrece como voluntariado para organizaciones benéficas locales, o también estudia en la zona, lo que facilita una red de contención para resistir el entorno hostil.
"Peckham tiene una muy buena historia de resistencia", dijo una coordinadora de Lewisham Anti-Raids. "La gente está realmente entusiasmada... Ha habido mucha concientización y organización durante la última semana y creo que la gente está muy interesada en asegurarse de que la comunidad sienta que está resistiendo".
Otro activista sentía que las acciones de los conservadores habían fracasado. “Los intentos deliberados del gobierno (intentos politizados) de mostrar que son duros con la inmigración [han resultado en] una enorme conciencia sobre las redadas y los traslados al Bibby Estocolmo”, explicó.
La coordinadora de Lewisham Anti-Raids describió un mayor “intercambio de información” en las últimas semanas. “La gente sabe cómo son las camionetas, sabe a qué hora ocurren estas redadas”, informó. "La gente realmente está mejorando sus habilidades".
Esta semana se están realizando acciones directas contra las redadas de inmigración. Grupos activistas como Soas Detainee Support, Black Lives Matter y Lewisham Anti-Raids se organizan para bloquear las expulsiones de hoteles y mantener una presencia constante fuera de Lunar House, el centro de informes de inmigración más grande de Londres.
Desde el activismo creen que quienes solicitan asilo en hoteles de Hounslow, Heathrow y Luton podrían ser los siguientes objetivos. Por el momento, sin embargo, al menos los autobuses parecen no ir a ninguna parte.
En una publicación en X el jueves por la tarde, el ministro de interior, James Cleverly, enunció: "No permitiremos que este pequeño grupo de estudiantes, que posa para las redes sociales, nos disuada de hacer lo correcto para el público británico".
Pero el activismo declaró que no será derrotado. "Creo que podemos ganar", dijo una persona a Novara Media. “Pero ganar dependerá de que la gente salga. Vamos a tener que poner nuestro dinero en lo que decimos”.
La organizadora de Lewisham Anti-Raids explicó: “Mientras más conciencia tengamos, más movilización habrá en las comunidades, más oportunidades tendremos de resistir. Mientras más regresen [las autoridades de inmigración], mayor parecerá ser la resistencia”.
Un comunicado de la Policía Metropolitana anunciaba: “Varias personas han sido arrestadas por delitos que incluyen la obstrucción de la carretera, y una por un delito de orden público con agravantes raciales. Todas han sido detenidas”.
Foto: Novara Media