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Laboral

Las cárceles con fines de lucro explotan a comunidades enteras, no solo a las personas encarceladas

La Maryland Correctional Enterprise (MCE) explota a sus reclusxs pagándoles tan solo 1,16 dólares al día por su trabajo penitenciario, mientras genera 50 millones de dólares anualmente.
Antonio Hayes, senador estatal de la ciudad de Baltimore, ha presentado un proyecto de ley para regular a la MCE: un programa estatal de trabajo penitenciario que genera aproximadamente 50 millones de dólares al año a través de industrias como la fabricación de muebles, la agricultura y la producción de placas de matrícula.

Este extracto, tomado de una conversación más larga entre Mansa Musa y Antonio Hayes, ha sido editado para mayor brevedad y claridad. 

Mansa Musa: Hace poco hablé con el senador estatal Antonio Hayes del distrito 40 de la ciudad de Baltimore. El tema fue un proyecto de ley patrocinado por él y que estaba relacionado con el trabajo penitenciario en Maryland. El proyecto de ley se diseñó para regular a la MCE; que es la industria penitenciaria en Maryland, en torno al trato preferencial que reciben por contratos (sea de muebles, etiquetas, ropa o productos químicos de limpieza). Este proyecto buscaba regular cuánto dinero obtenían del trabajo penitenciario no remunerado.

Antonio Hayes: El trabajo penitenciario genera cerca de 50 millones de dólares por año laboral. Por lo tanto, realizan de todo, desde fabricación de muebles hasta placas de matrícula. Incluso tienen a reclusxs trabajando en granjas avícolas y en agricultura. Desde sus inicios, la variedad de servicios que ofrecen se ha expandido de manera drástica. La ley de contratación pública estatal le exige a las agencias estatales comprarle a la MCE, siempre que esta tenga el producto. Es por esto que pueden generar este tipo de ingresos. 

Mansa Musa: Se escuchan muchas cosas sobre las cárceles; las condiciones, las instalaciones médicas, la escasez de alimentos, la libertad condicional y la libertad provisional, pero rara vez se escucha a alguien decir: "Bueno, voy a echar un vistazo a la industria o el trabajo que se les da a las personas encarceladas". Es decir, ¿por qué observaste esa situación en particular?

Antonio Hayes: He estado apoyando a un caballero en Baltimore, tiene una organización llamada Emage (Entrepreneurs Making And Growing Enterprises). El hombre se acercó a mí y me dijo: "Oye, estoy fabricando ropa, pero escuché que el sistema penitenciario le está enseñando estas habilidades a hermanos y hermanas tras el muro. Me gustaría comunicarme con ellxs, así, cuando los hermanos y hermanas regresen a la comunidad, me gustaría contratarlos". Yo dije: "Excelente, déjeme comunicarme con las correccionales".

Mientras lo hacía, descubrí a la MCE (Maryland Correctional Enterprise). Cuando investigué porqué existía en primer lugar, descubrí que tenían una ley de contratación pública en el estado; una condición de proveedor preferido. Comencé a investigar su existencia y cuánto dinero generaba. Descubrí que aquí, en el estado de Maryland, la MCE estaba generando ingresos superiores a 50 y tantos millones de dólares al año. Mientras que a las personas que hacían el trabajo, las personas encarceladas, no se les pagaba más de 1,16 dólares al día. 

Esto hizo sonar alarmas en mi cabeza. Primero, el hecho de que la MCE tuviera un monopolio; ya que estaba eliminando las oportunidades para que otros individuos participaran en la economía. Y segundo, el hecho de que tenían una ventaja injusta. Básicamente, estaban pagando salarios que eran muchísimo más bajos. Además de eso, sus gastos generales eran mucho menores, ya que se aprovechaban de la situación de las personas encarceladas.

Mansa Musa: Antes de convertirse en Maryland Correctional Entreprise, era State Use Industries. Pero, a partir de tu investigación, ¿crees que la MCE fue creada por el sector privado como una institución solamente para tener acceso a esa etiqueta?

Antonio Hayes: En algún momento, el gobierno federal consideró ilegal transferir productos fabricados en prisiones fuera de las fronteras estatales. Esto evolucionó como resultado de la abolición de la 13.ª Enmienda, que es la abolición de la esclavitud. Por eso perdieron la fuerza laboral que habrían tenido. Había una necesidad de reemplazar esta fuerza laboral, y la forma en la que lo hicieron fue a través de un vacío legal en la constitución que estipulaba que la esclavitud era ilegal, excepto para aquellas personas que estaban siendo encarceladas después de ser condenadas por cometer un delito. Pero creo que en Maryland y otros estados necesitaban una forma de crear un público artificial, porque no necesariamente tenían el suficiente como para hacer las compras y hacer que fuera sostenible. Así que lo que hicieron fue ponerse esta etiqueta de proveedor preferido a través de la contratación estatal, así podían crear un público y una base de clientes que apoyarían el trabajo que estaban haciendo.

Conocí a tres personas durante mi última visita, si combináramos sus sentencias, estarían ahí por 100 años. Unxs fueron condenadxs a cadena perpetua, y otrxs nunca regresarán a la sociedad, jamás. Y sé que se necesita, hasta cierto punto, que estos individuos hagan algo. Pero lo que me dicen, como dato curioso, es que las personas más propensas a tener este tipo de oportunidades son personas que tienen sentencias muy largas. Porque desde el punto de vista laboral, remontándonos a la 13.ª Enmienda, es más previsible que se mantengan en la fuerza de trabajo por mucho tiempo. Opuesto a todo lo contrario, utilizar esto como una oportunidad de formación para que cuando se reintegren a la sociedad tengan más posibilidades de tener éxito y ser miembros productivos de la sociedad.

Mansa Musa, también conocido como Charles Hopkins, es un activista social de 70 años y antiguo miembro de las Panteras Negras. Fue puesto en libertad el 5 de diciembre de 2019, tras cumplir una condena de 48 años, nueve meses, cinco días, dieciséis horas y diez minutos. Es copresentador del programa original de TRNN Rattling the Bars.

Foto: Flickr

Disponible en
Autor/a
Mansa Musa
Traducción
Valentina Zuluaga Lora, Fabian Aruquipa and ProZ Pro Bono
Fecha
26.03.2025
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