El movimiento tiene tres pilares básicos basados en la ideología del Confederalismo Democrático: ecología, democracia y liberación de la mujer.
La ecología no es sólo cuidar el medio ambiente, sino también tener relaciones simbióticas dentro del movimiento. Junto con la democracia y la liberación de la mujer —que tiene que ver con la autonomía y la no dependencia del Estado—, el Movimiento de Mujeres Kurdas desafía activamente las formaciones patriarcales y coloniales.
Su organización simboliza geográficamente el Kurdistán como región que se extiende por partes de cuatro países: Siria, Irán, Irak y Turquía. El movimiento funciona con consejos elegidos y una infraestructura sólida y operativa que sirve a todas las comunidades kurdas, no sólo a las mujeres. Es un movimiento autosuficiente y autoorganizado, sin dinero ni patrocinio de ningún estado, gobierno o fundación. De este modo, es capaz de proteger su radicalismo democrático, su voz sin censura, y ha podido movilizar a millones de mujeres en la región y en todo el mundo.
El movimiento desempeñó un papel protagónico cuando comenzó la revolución en Rojava hace más de diez años, el 19 de julio de 2012. Y sigue desafiando todas las formas y expresiones del patriarcado y la misoginia, lucha contra las prácticas y políticas colonialistas, asimilacionistas, genocidas y capitalistas. Con ello, defiende la coexistencia pacífica y la participación y representación democráticas de las distintas comunidades étnicas y religiosas en la vida social, política y cultural.
El lema del movimiento —"jin, jiyan, azadî", o "mujer, vida, libertad"— tiene sus raíces en más de 30 años de lucha de las mujeres kurdas contra el autoritarismo respaldado por la OTAN en Turquía y el extremismo del ISIS en Irak y Siria. Las mujeres kurdas de Irán tienen una historia igualmente poderosa de resistencia a la intervención extranjera, a los regímenes represivos y a los fundamentalistas religiosos.
El movimiento de mujeres kurdas considera que desempeña un papel en la continuidad de las luchas de las mujeres a lo largo de la historia mediante su propia contribución ideológica y práctica única. Su lema "jin, jiyan, azadî" representa nuestra lucha, nuestra contribución y nuestras aspiraciones a un futuro mejor para todas las mujeres y para la sociedad.
El Movimiento de Mujeres Kurdas sabe muy bien que sus luchas van más allá de las fronteras, y que no están solas en ellas. Por eso han dado el paso de unirse a la Internacional Progresista para unir, organizar y movilizar a las fuerzas progresistas de todo el mundo. Y el movimiento trabajará con otros miembros de la Internacional Progresista para conseguir la liberación de todas las mujeres, en Kurdistán y en todo el mundo.