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Lava Jato: el regalo envenenado de la CIA a Brasil

Las conversaciones reveladas recientemente muestran niveles escandalosos de intervención estadounidense en el caso de corrupción Lava Jato contra el expresidente brasileño Lula da Silva.
La recientemente revelada información sobre las conversaciones en el caso de corrupción Lava Jato, que llevó al expresidente Lula da Silva a la cárcel, ha puesto de manifiesto el escandaloso grado de connivencia con las autoridades estadounidenses. El arresto de Lula, celebrado por lxs fiscales como "un regalo de la CIA", contribuyó a allanar el camino para el ascenso del ultraderechista Jair Bolsonaro y el posterior hundimiento de la economía brasileña y la evisceración de su democracia.

Nota editorial: La siguiente es una versión editada del artículo publicado originalmente por el socio de la Agencia, Brasil Wire. Se ha modificado para contextualizar los recientes acontecimientos en el caso de corrupción Lava Jato. Puedes encontrar todos los artículos de Brasil Wire sobre la operación Lava Jato aquí.

"Hoy voy a celebrarlo."— Laura Tessler

"Un regalo de la CIA."— Deltan Dallagnol

Estas citas recién reveladas aluden a la detención y encarcelamiento del expresidente brasileño Lula da Silva en abril de 2018 que cambió el curso de la historia del país. Abrió la puerta al candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, que llegó al poder con el apoyo de los Estados Unidos y de poderosos intereses empresariales.

Aunque desde hace tiempo es conocida públicamente la participación de los Estados Unidos en la anteriormente célebre investigación anti-corrupción Lava Jato, las conversaciones confidenciales entre sus fiscales, como Tessler y Dallagnol, y el juez Sergio Moro han revelado un nivel de connivencia que ha escandalizado incluso a lxs observadorxs más perspicaces.

Una petición presentada ante el Supremo Tribunal Federal por el equipo de defensa de Lula aporta nuevas pruebas de que el exjuez Sergio Moro actuó en connivencia con autoridades extranjeras en la conducción del proceso que llevó a la detención del líder del Partido de lxs Trabajadorxs y la consiguiente exclusión de su candidatura a la presidencia en 2018..

En las últimas conversaciones reveladas de Telegram, que ahora son documentos judiciales oficiales, el nivel de colaboración ilegal evidente entre el grupo de trabajo de Lava Jato y el juez de promoción internacional es el más flagrante hasta ahora, y más valioso para la defensa de Lula que los chats publicados inicialmente por The Intercept en 2019.

Los últimos datos podrían dar lugar a la anulación de la demanda políticamente motivada contra Lula.

El exjuez Sergio Moro y el jefe del grupo de trabajo de Lava Jato, Deltan Dallagnol, han sido acusados de "traición" por su colusión ilegal con las autoridades estadounidenses. En 2017, el fiscal general adjunto de los Estados Unidos, Kenneth Blanco, se jactó en un evento del Atlantic Council de la colaboración informal (ilegal) con lxs fiscales brasileñxs en el caso de Lula, contándolo como una historia de éxito. En 2019, el Departamento de Justicia de EE. UU. intentó pagar al grupo de trabajo de Lava Jato un soborno de $682 millones , supuestamente para que crearan una "fundación privada para luchar contra la corrupción".

El 5 de abril de 2018, el día en que Lula fue detenido por Moro, la fiscal Isabel Grobba reveló la noticia: "Moro ordena la detención de Lula", y Deltan Dallagnol respondió: "Antes de que MA (el ministro Marco Aurélio) arruine todo". Dallagnol se refería a lo que Aurélio estaba preparando en ese momento: una votación del Tribunal Supremo que podría liberar a acusadxs como Lula de la cárcel a la espera de su segunda apelación.

De haberse aprobado, habría permitido a Lula postularse a las elecciones presidenciales de 2018. Las encuestas en ese momento lo mostraban con 20 puntos de ventaja sobre su rival más cercano, el candidato de extrema derecha apoyado por Estados Unidos, Jair Bolsonaro.

Tras llegar al poder, Jair Bolsonaro y Sergio Moro –que había sido nombrado ministro de Justicia de Bolsonaro– realizaron una visita sin precedentes a la sede de la CIA en Langley, con el respaldo de Wall Street.

El FBI también ha aumentado masivamente sus actividades en Brasil desde las elecciones y estuvo en colaboración directa, legal e ilegal, con el grupo de trabajo Lava Jato desde su inicio, con su principal enlace y ahora jefa de la Unidad de corrupción internacional del FBI, Leslie Backschies, jactándose de que había "derribado presidentxs en Brasil".

La cooperación entre las autoridades brasileñas y estadounidenses, incluyendo el uso de hackers del FBI para descifrar los archivos encriptados, se había hecho evidente mucho antes de la detención del expresidente. Los mensajes del 31 de agosto de 2016, cuando Dilma Rousseff se enfrentaba a su última audiencia de impugnación, ya lo demuestran.

El uso de hackers por parte del FBI en Brasil se remonta a 2012, cuando impulsaron a un grupo de "Anonymous" a atacar instituciones gubernamentales y corporativas brasileñas e infraestructuras digitales, en una protesta escenificada contra la "corrupción". Sérgio Bruno reveló: "Janot (Fiscal General) estuvo con gente de la Embajada de EE. UU. la semana pasada y parece que comentó esto (la irrupción en archivos por medios ilegales), sin entrar en detalles (sic)". El mismo día, el Procurador brasileño Roberson Pozzobon también menciona la cooperación del grupo de trabajo con los hackers del FBI: "Pedimos ver si el FBI tiene la experiencia para descifrar (los archivos encriptados)".

Al año siguiente, Janot recorrió el mundo promocionando la Operación Lava Jato en eventos de inversionistas, tanto en Estados Unidos, como en el Foro Económico Mundial de Davos, describiendo la ahora desprestigiada operación anticorrupción como "pro mercado", una posición política que no se suponía que tuviera. La cooperación con las autoridades suizas y suecas también queda patente en las conversaciones reveladas.

Un reciente anuncio ha afirmado que Lava Jato, o Car Wash, como se promocionó incesantemente en los medios de comunicación anglosajones, se cerrará por completo a finales de este año, tras haber contribuido a hundir la economía de Brasil y a eviscerar su democracia.

Ilustración por Ann Kiernan.

Available in
EnglishSpanishItalian (Standard)GermanFrenchPortuguese (Brazil)Hindi
Translators
Nora Bendersky and Francisco Dominguez
Date
12.02.2021
Source
Original article🔗
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