War & Peace

Israel ataca nuevamente embarcaciones de ayuda con destino a Gaza

Fuerzas israelíes bombardearon una embarcación de ayuda humanitaria en aguas internacionales que transportaba activistas y suministros hacia Gaza, en el contexto de un bloqueo severo que ha provocado hambre entre la población palestina.
Drones israelíes atacaron una embarcación civil de ayuda humanitaria cerca de Malta que transportaba alimentos, medicinas y activistas con destino a Gaza. El ataque, que casi hunde la nave, ha sido condenado como un crimen de guerra en el marco de una campaña de privación deliberada de alimentos contra la población palestina.

El 2 de mayo, poco después de la medianoche, fuerzas israelíes bombardearon con drones armados una embarcación de ayuda humanitaria que transportaba alimentos y medicinas hacia la asediada Franja de Gaza. La nave civil, perteneciente a la Freedom Flotilla Coalition (FFC, por sus siglas en inglés, Coalición Internacional de la Flotilla de la Libertad con destino a Gaza), transportaba a treinta activistas internacionales procedentes de veintiún países. Antes de zarpar hacia Gaza, el barco tenía previsto hacer escala en Malta para embarcar a unas cuarenta personas más, entre ellas la activista por el cambio climático y los derechos humanos Greta Thunberg, y la coronel retirada del Ejército de los Estados Unidos Mary Ann Wright.

El barco fue atacado cerca de Malta, mientras navegaba en aguas internacionales, a más de 1600 millas náuticas de Gaza. Se incendió de inmediato y comenzó a zozobrar, tras sufrir una importante rotura en el casco.

«Actualmente hay un agujero en la embarcación y el barco se está hundiendo», informó Yasemin Acar, oficial de prensa de la coalición a CNN por teléfono desde Malta. «Atacar a activistas internacionales de derechos humanos en aguas internacionales constituye un crimen de guerra», afirmó Acar posteriormente.

En un comunicado, la coalición añadió: «El ataque con drones parece haber tenido como objetivo deliberado el generador del barco, lo que dejó a la tripulación sin energía y puso a la embarcación en grave riesgo de hundimiento».

Imágenes publicadas en redes sociales por la FFC muestran un incendio a bordo del barco, con pasajerxs caminando entre el humo que parece haber envuelto la embarcación, al tiempo que en otro video se escuchan dos fuertes explosiones. Fotos tomadas a bordo del barco también muestran grandes orificios en la estructura, que parece estar en su mayoría carbonizada y cubierta de hollín. (Trevor Ball, exintegrante del equipo de desactivación de explosivos del Ejército de EE. UU., declaró a CNN que las imágenes son consistentes con el uso de dos municiones explosivas de menor tamaño).

Mientras que el gobierno de Malta afirmó el viernes que la embarcación y su tripulación fueron puestas a salvo en las primeras horas de la mañana, tras recibir asistencia de un remolcador cercano en las operaciones de extinción del incendio, las personas organizadoras de la flotilla insistieron en que la nave «seguía en peligro», según informó Reuters.

El ataque con drones fue un asalto deliberado contra la población civil.

Desde Malta, Mary Ann Wright declaró a CNN: «Cualquiera podría haber estado en el barco... Ni siquiera pensamos que algo así pudiera ocurrir. Es lo más absurdo del mundo. El barco estaba anclado allí, esperando a que llegáramos. ¿Quién enviaría drones para bombardear un barco anclado frente a Malta? Esto debería ser una advertencia para todos los países europeos».

El ataque forma parte de la brutal campaña de Israel para provocar la hambruna de lxs palestinxs en Gaza, que ha estado sujeta a un bloqueo total y bombardeos implacables durante dos meses, con más de dos millones de personas al borde de la  inanición masiva. El viernes, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) publicó un informe advirtiendo que la respuesta humanitaria en Gaza está «al borde del colapso total». El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó esta semana que «sus almacenes ya están vacíos; los comedores comunitarios que aún están operando están racionando severamente sus últimas existencias; y lo poco que queda en los mercados de Gaza se vende a precios exorbitantes que la mayoría no puede pagar».

La FFC es una red internacional de activistas contra el genocidio que trabaja para poner fin al bloqueo ilegal impuesto por Israel sobre Gaza y entregar ayuda humanitaria al enclave sitiado mediante acciones no violentas y simbólicas. «A bordo hay activistas internacionales de derechos humanos en una misión humanitaria no violenta para desafiar el asedio ilegal y mortal de Gaza impuesto por Israel, y para entregar ayuda vital y salvavidas que es desesperadamente necesaria», ha declarado el grupo en un comunicado.

Hablando con Reuters desde Malta, Thunberg dijo que el barco de ayuda era «uno de los muchos intentos por abrir un corredor humanitario y hacer nuestra parte para continuar con los esfuerzos por poner fin al asedio ilegal de Israel sobre Gaza», donde «desde hace dos meses, no ha ingresado ni una sola botella de agua a Gaza, y dos millones de personas están siendo sometidas a una hambruna sistemática». Sin desanimarse, Thunberg prometió: «Lo que es cierto es que nosotrxs, lxs activistas de derechos humanos, continuaremos haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para hacer nuestra parte».

Francesca Albanese, Relatora Especial de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, expresó en redes sociales que «recibió una llamada de auxilio de las personas de la Flotilla de la Libertad, quienes transportan alimentos y medicinas esenciales para la población de Gaza que está pasando hambre».

Tras el asalto, la coalición ha solicitado una investigación sobre posibles crímenes de guerra, y afirmó en un comunicado: «Los embajadores israelíes deben ser convocados y responder por las violaciones del derecho internacional, incluido el bloqueo continuo y el bombardeo de nuestra embarcación civil en aguas internacionales».

Toda la evidencia apunta a Israel. Citando el sitio web de seguimiento de vuelos ADS-B Exchange, CNN informó el viernes que un C-130 Hercules de la Fuerza Aérea de Israel fue detectado saliendo de Israel temprano el jueves por la tarde y volando hacia Malta. «El Hercules no aterrizó en el aeropuerto internacional de Malta, según muestran los datos, pero el avión de carga voló a una altitud relativamente baja —por debajo de los 5000 pies— sobre el este de Malta durante un periodo prolongado. El Hercules voló durante varias horas antes de que la FFC informara que su embarcación fue atacada. El avión regresó a Israel unas siete horas después, según los datos de seguimiento de vuelos».

Huwaida Arraf, una de las personas organizadoras de la FFC, escribió en un correo electrónico a The Washington Post que «Israel nos ha amenazado y atacado muchas veces antes, en 2010, cuando mató a 10 de nuestras personas voluntarias. Asimismo, es quien tiene mayor interés en impedir que nosotrxs —o cualquier tipo de ayuda— lleguemos a Gaza».

La condena global fue rápida e inequívoca. «Un crimen dentro de un crimen dentro de un crimen», así lo describió Luigi Daniel, experto en derecho internacional humanitario. Itamar Mann, profesor asociado en la Universidad de Haifa, afirmó que el ataque «representa una clara violación del derecho a la vida, además de un crimen de guerra». Shahd Hammouri, experta palestina en derecho internacional, señaló: «Israel está dispuesto a bombardear barcos humanitarios para mantener su política de hambre como método de guerra contra el pueblo palestino». 

El viernes, Amnistía Internacional renovó su llamado a Israel para que levante su asfixiante bloqueo humanitario y el devastador asedio a Gaza, calificándolos de «inhumanos y crueles», y considerándolos «una prueba más de la intención genocida de Israel en Gaza». La organización advirtió que la «política del gobierno israelí de imponer deliberadamente condiciones de vida a lxs palestinxs en Gaza, con el objetivo de provocar su destrucción física, equivale a un acto de genocidio».

El viernes, un abogado del Departamento de Estado de EE. UU. afirmó ante la Corte Internacional de Justicia que Israel «no tiene obligación» de permitir la entrada de ayuda humanitaria de la ONU en Gaza.

Mientras tanto, un abogado del Departamento de Estado declaró esta semana ante el Tribunal Internacional de Justicia que Israel «no tiene ninguna obligación» de habilitar la entrada de ayuda de la ONU en Gaza, y que Estados Unidos respalda plenamente la prohibición impuesta por Israel a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés).

Tras el ataque del viernes, un sentimiento de trágico déjà vu se ha apoderado de la población palestina en Gaza, que ha estado bajo asedio durante casi dos décadas, y que recuerda con horror que los ataques a embarcaciones de ayuda son tan antiguos como el propio bloqueo.

Israel tiene una larga historia de ataques a embarcaciones de ayuda con destino a Gaza, sometida a un bloqueo. En mayo de 2010, tres años después del inicio del bloqueo, Israel atacó seis embarcaciones civiles de la Flotilla de la Libertad para Gaza en aguas internacionales del mar Mediterráneo, causando la muerte de diez personas y dejando a otras treinta heridas. Las embarcaciones transportaban suministros humanitarios para Gaza y contaban con la presencia de civiles que actuaban en solidaridad con la población palestina bajo asedio.

Un informe del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas consideró el bloqueo como ilegal y afirmó que el ataque de Israel a la embarcación «demostró un nivel inaceptable de brutalidad», con indicios de «homicidio intencional». A pesar de la indignación internacional que provocó el ataque, el entonces vicepresidente Joe Biden asumió la defensa del ataque israelí contra el convoy de ayuda humanitaria, calificando la incursión letal como «legítima», respaldando el derecho de Israel a mantener el bloqueo sobre Gaza y responsabilizando a las víctimas. «¿Cuál es el gran problema aquí? ¿Cuál es el problema de insistir en que vaya directamente a Gaza?», declaró Biden.

Según el derecho internacional, la inanición forzada constituye un crimen de guerra, un crimen de lesa humanidad y un acto de genocidio. Sin embargo, la complicidad y el apoyo incondicional de Estados Unidos a lo largo de los años han garantizado que Israel lleve a cabo ataques con consecuencias mortales para la población civil con impunidad.

Seraj Assi es un escritor palestino residente en Washington D. C. y autor, entre otras obras, de My Life As An Alien (Tartarus Press), su publicación más reciente.

Foto: La Coalición Internacional de la Flotilla de la Libertad (FFC) es una red internacional de personas activistas contra el genocidio que trabaja para poner fin al bloqueo ilegal de Gaza impuesto por Israel. (Su Cassiano / Middle East Images / AFP vía Getty Images, vía Jacobin)

Available in
EnglishSpanishPortuguese (Brazil)GermanFrenchItalian (Standard)Arabic
Author
Seraj Assi
Translators
Andrea Pisera, Open Language Initiative and Maria Inés Cuervo
Date
07.05.2025
Source
JacobinOriginal article🔗
Guerra y PazImperialismPalestine
Privacy PolicyManage CookiesContribution SettingsJobs
Site and identity: Common Knowledge & Robbie Blundell