Social Justice

Nos defendemos para que todxs podamos respirar en paz

Para pasar del levantamiento a la liberación, cada unx de nosotrxs tiene un papel que desempeñar.El conflicto ha llegado a nuestras puertas y es nuestro deber anteponer las necesidades colectivas a las individuales.
"Lxs negrxs deben interesarse por todos los medios de lucha: legales, ilegales, pasivos, activos, violentos y no violentos". — Lorraine Hansberry
"Lxs negrxs deben interesarse por todos los medios de lucha: legales, ilegales, pasivos, activos, violentos y no violentos". — Lorraine Hansberry

Esto no es lo peor que puede suceder. Las cosas pueden —y a menudo lo hacen— empeorar antes de mejorar. Pensemos en todas las rebeliones, levantamientos y protestas que se produjeron en el pasado contra la supremacía blanca y la opresión del capitalismo que nos han conducido hasta este punto. Incluso el movimiento de derechos civiles no fue completamente legal o no violento, aunque a propósito se tergiversa de esta manera. Los hombres, mujeres y niñxs negrxs se defendieron y formaron patrullas de autodefensa en todos los lugares donde hubo resistencia.

Tengamos en cuenta que lxs negrxs estaban involucradxs en una lucha ilegal, violando leyes para protestar contra las políticas de apartheid Jim Crow. La gente está "harta de estar harta", como dijo Fannie Lou Hamer en 1964. Si ya estaban exhaustxs hace más de medio siglo, podemos imaginarnos si ella y otrxs que murieron luchando a su lado estuvieran vivxs para ver lo que está sucediendo ahora.

Las cosas no deberían ser así, pero la lucha por la libertad de vivir sin miedo continuará mientras la opresión en los Estados Unidos sea generalizada. Lo que está sucediendo en este momento es el resultado de problemas no abordados como la supremacía blanca, la violencia de estado y el capitalismo. Si no nos ocupamos de ellos ahora, sólo volverán a surgir. Nuestras intenciones respecto a cómo elegimos luchar y librarnos de estos problemas lo son todo en este momento que se nos ha impuesto. El pasado puede servirnos de guía para abordar este presente no deseado. Cada revuelta de esclavxs, cada levantamiento de nativxs, cada disturbio de negrxs, cada protesta, marcha y huelga tienen algo que decirnos en este momento.

Se habla de "revolución" cada vez que hay un levantamiento pero muchxs no entienden que un cambio tan trascendental no ocurre en un instante. En mentes que han sido moldeadas por la cultura popular, y a menudo por relatos románticos del pasado, algunas cosas pueden perderse. Los escritos del ex miembro del Partido Pantera Negra y anarquista negro Lorenzo Komboa Ervin, proporcionan una clara orientación en este sentido. En Anarquismo y la Revolución Negra, explica que "la revolución es un proceso social, más que un evento único".

Estos eventos, revueltas y rebeliones como las que ahora mismo están ocurriendo en las calles, no son la revolución en sí. Son acontecimientos singulares en un largo proceso que eventualmente puede llevar a una lucha revolucionaria, que en sí misma es una tarea sustancial. No obstante, el pueblo ha estado haciendo un trabajo importante que debería darnos esperanza.

RECUPERANDO LO QUE ES NUESTRO

En medio de la pandemia del nuevo coronavirus y de la violencia policial incesante, muchas personas de la izquierda entraron en acción, formando nuevos colectivos y movilizando a los ya existentes para respaldar a sus comunidades por medio de la ayuda mutua. Sin la financiación o el respaldo que tienen las organizaciones sin fines de lucro, lxs anarquistas, comunistas, abolicionistas y personas sin etiqueta ideológica empezaron a alimentar y cuidar a lxs necesitadxs cuando fueron abandonadxs por el Estado. Muchos de estos esfuerzos ya se venían realizando desde muchos años antes de la pandemia.

Ahora, los programas de supervivencia, como los utilizados por los Panteras Negras, son sumamente importantes para sostenernos en la lucha contra este horrible desastre de una pandemia en medio de la continua y creciente violencia estatal. Al crear servicios dentro de las comunidades cuando nadie más lo hace, los programas de supervivencia satisfacen las necesidades del pueblo cuando el Estado se niega a hacerlo. Pensemos en clínicas gratuitas, programas de desayunos gratuitos, escuelas de libertad, autodefensa comunitaria y demás. Las posibilidades son infinitas y ya se ha hecho antes.

Debe haber algo o alguien que alimente, proteja, rescate, eduque, albergue y proporcione atención médica a lxs necesitadxs, ya que el Estado está claramente más interesado en matar a aquellxs que considera que no merecen atención y ayuda. Ese alguien es todxs nosotrxs. Todo esto debe hacerse de manera que desafíe directamente la lógica capitalista de generar dinero y ganancias. Se trata de derechos que se nos otorgan por nacimiento, no algo que deberíamos poder costear, basado en el funcionamiento de una economía manipulada. Estas prioridades deben ser las primeras, no las seguridades de lxs ricxs y su riqueza acumulada mientras que otrxs perecen por la pobreza.

Con decenas de millones de personas desempleadas, el gobierno de EE.UU. dio migajas al pueblo mientras al mismo tiempo rescataba a los bancos y a las corporaciones con billones de dólares para que pudieran sobrevivir a una crisis que ellos mismos contribuyeron a crear. La falta de atención médica universal obligó a lxs más vulnerables, lxs pobres, lxs negrxs, lxs nativxs, las personas de color y otrxs, a soportar la peor parte de la pandemia de coronavirus.

La desesperación se manifiesta en los llamados "saqueos" en medio del levantamiento. La gente tomará lo que le plazca porque ese es el precedente que el Estado ha establecido, extrayendo de lxs pobres para que lxs ricxs puedan enriquecerse aún más. Es el esfuerzo por recuperar lo que nos han quitado año tras año sin darnos nada a cambio lo que ahora está sacudiendo los cimientos de este país. Podemos cambiar esta realidad.

Ha habido llamados para que se vuelva a la normalidad. La gente recuerda a los ex presidentes Bush y Obama. Sin embargo, si somos honestxs, para muchxs esto significa querer volver a ignorar cómodamente los problemas que enfrentamos ahora. Esas presidencias prepararon el escenario para este momento a través de guerras, crisis desatendidas, incontables deportaciones y un continuas extralimitaciones estatales. Algunxs están dispuestxs a aceptar la opresión siempre y cuando se les permita consumir como les plazca y realizar convenientemente sus actividades cotidianas.

Esa forma de vida no es la verdadera liberación, pero ahora es un buen momento para dar forma a un mundo que sí lo es. Se nos impide experimentar la liberación debido a los problemas creados por el dinero y la clase. Como vivimos en un país donde tener suficiente dinero determina prácticamente todas las facetas de la vida, muchxs sobreviven miserablemente porque no tienen suficiente.

ELIMINANDO LAS BARRERAS

Estas revueltas a través de los EE.UU. son una lucha de clases y por lo tanto se deberá dar respuesta a la pregunta de por qué algunxs tienen más que suficiente y otrxs no tienen nada en absoluto en la nación más rica del mundo. El país que se autodenomina el más libre del mundo no debería tener ejecuciones policiales sin control y niveles de pobreza similares a los del Sur Global.

En ningún lugar del planeta debería existir semejante pobreza, pero la cruda realidad es que la desigualdad económica resulta más evidente cuando una nación dispone de la riqueza de los Estados Unidos. Esto llevó a Malcolm X a predecir que habría "un choque entre lxs oprimidxs y lxs que oprimen", una lucha "entre quienes reclaman libertad, justicia e igualdad para todxs y quienes desean continuar con los sistemas de explotación".

Por eso es que las celebridades y lxs políticxs, y quienes se sentían lo suficientemente cómodxs antes, se enfrentan también a una reacción violenta. Las riquezas que vienen con la fama crean problemas cuando quienes comparten una identidad con las personas más oprimidas del país anteponen sus preocupaciones de clase. En última instancia, revelan que estaban satisfechxs con la forma en que las cosas eran antes de esto, al priorizar su pertinencia, su reputación y al repetir las mismas narrativas que las autoridades. Las celebridades que tenían más que suficiente cuando otrxs no lo tenían, piensan a menudo que las cosas deberían seguir así. Pero nadie se merece más por ser famosx, elegidx o designadx como "líder" de cualquier tipo. Todxs nos merecemos seguridad y recursos. Este es el problema evidente del capitalismo que requiere ser abolido y abandonado al infierno de donde vino.

Ahora, mientras el gobierno obliga a la gente a volver al trabajo, está claro que nuestro trabajo es una herramienta de organización crucial. La necesidad de una huelga general es extremadamente relevante. Lorenzo Komboa Ervin también se refirió a esta necesidad, afirmando que "[la] huelga general puede tomar la forma de sabotaje industrial, ocupaciones o bloqueos de fábricas, desaceleración del trabajo, huelgas ‘salvajes’ y otros paros laborales como forma de protesta para obtener concesiones a nivel local y nacional". Dado que nuestro trabajo es lo suficientemente importante como para que arriesguemos nuestras vidas durante una pandemia, debe retenerse hasta que la gente tenga lo que necesita. Esto puede producirse en sincronía con todas las demás acciones que se lleven a cabo.

Se necesitan esfuerzos masivos para brindar educación política a quienes sea posible. La gente debe organizarse y politizarse para sacar provecho del poder que tenemos cuando actuamos juntxs. No se trata de liderazgo, de votar o de alejar el problema. Si eso funcionara, no estaríamos aquí para empezar. Como Lucy Parsons escribió una vez: "Hay barreras materiales reales que bloquean el camino. Estas deben ser eliminadas. Si pudiéramos confiar en que desaparezcan, o que sean eliminadas por votación o por plegarias, nos contentaríamos con esperar, votar y rezar."

Sin embargo, nada de esto será fácil; no se permitirá que ocurra ninguna de las transformaciones de las que hablo aquí. Todxs tenemos que encontrar nuestro lugar y nuestro objetivo, ya sea enseñando, planeando, organizando, cuidando, cocinando o creando arte. No todxs irán a la calle, pero algunxs lo harán, y nadie debe hacer algo para lo que no esté listx, entrenadx o preparadx.

No hay una única forma correcta de protestar, y las autoridades intentarán dividirnos tratando de culpar a quienes adoptan tácticas radicales, como lo han hecho históricamente lxs negrxs. Todxs podemos aprender cosas nuevas, pero debemos ser conscientes de que no se trata de nosotrxs como individuos, sino de todxs juntxs.

Las acciones deben estar motivadas por nuestras necesidades colectivas más que los deseos de una sola persona. Que eso guíe nuestro pensamiento mientras avanzamos. Basándose en Ella Baker, la educadora y activista abolicionista Mariame Kaba nos ha recomendado que intentemos descubrir quiénes son nuestro pueblo. Tenemos que saber a quiénes debemos rendir cuentas, cuáles son las necesidades de nuestra gente y tener un objetivo en cada acción que emprendamos.

No te sientes, no esperes y no te quejes. Es hora de defendernos a nosotrxs mismxs y a lxs demás. Si entiendes la importancia revolucionaria que se está gestando en esta oleada de revueltas, encuentra entonces tu lugar y empieza a hacer algo para contribuir a estas acciones de cualquier forma posible.

El conflicto se encuentra ante nuestras puertas, pero mantenerlas cerradas no protegerá a nadie del hedor de una sociedad podrida más allá de su fecha de caducidad. Ayudemos a limpiar el aire para que todxs podamos respirar en paz.

William C. Anderson es un escritor independiente. Su trabajo ha sido publicado por The Guardian, Truthout, MTV y Pitchfork, entre otros. Es co-autor de As Black as Resistance.

Foto: Geoff Livingston / Flickr

Available in
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Author
William C. Anderson
Translators
Nora Bendersky and Francisco Dominguez
Date
03.06.2020
Source
Original article🔗
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