Politics

Govan Mbeki, un brillante pionero del marxismo africano

Govan Mbeki fue un activista e intelectual cuyo compromiso de por vida con el nacionalismo y el marxismo africanos fue determinante en la conformación de la lucha por la liberación de Sudáfrica.
La vida de Govan Mbeki conectó la erudición con la lucha: escritor, docente, periodista y figura destacada tanto del Congreso Nacional Africano (CNA) como del Partido Comunista Sudafricano (PCS), combinó el rigor intelectual con el activismo político disciplinado. Desde la década de 1930, defendió las siempre ignoradas luchas de los campesinos y los temporeros, para lo que creó organizaciones en el territorio de Transkei, editó varios periódicos africanos muy influyentes y ayudó a tejer redes de resistencia clandestina en Puerto Elizabeth.

La vida de Govan Mbeki fue profundamente multifacética. Fue un intelectual que escribió sobre la economía y la política sudafricanas durante sesenta años; fue un maestro entregado que reconoció alegremente sus grandes habilidades pedagógicas; y también fue periodista, investigador y analista.

Sobre todo fue un activista político: miembro del Congreso Nacional Africano (CNA) desde la década de 1930 y después del Partido Comunista Sudafricano (PCS), emergió como líder de ambas organizaciones a finales de la década de 1950. Cuando el CNA decidió alzarse en armas contra el régimen del apartheid, se unió a su brazo armado, el Umkhonto we Sizwe (MK, conocido en español como «la Lanza de la Nación»), y supervisó un programa de movilización clandestina en Puerto Elizabeth antes de encabezar una unidad de sabotaje en esa misma ciudad.

En julio de 1963, capturaron a Mbeki junto con otros de sus colegas activistas, como Walter Sisulu y Ahmed Kathrada, en una granja de Rivonia. Fue uno de los enjuiciados en el famoso proceso de Rivonia, que se celebró al año siguiente, y cumplió una condena de veinticuatro años como prisionero político hasta que lo liberaron en 1987.

Fue la combinación de estas dos identidades lo que mejor ilustra la inconfundible contribución de Mbeki a la lucha por la liberación nacional. Fue un activista y un intelectual, una figura en la que la práctica y la teoría no se oponían, sino que se complementaban. 

Tenacidad y coherencia

Un par de aspectos clave de la carrera política de Mbeki fue su sentido de la tenacidad y la coherencia. Desde mediados de la década de 1930, se consideró a sí mismo tanto un nacionalista africano como un marxista. Esta dualidad fue una constante, aunque el equilibrio entre las dos facetas se alterase con el tiempo.

Desde el punto de vista histórico, el aspecto más inconfundible de la política de Mbeki fue su insistencia durante décadas en que tanto el nacionalismo africano como el movimiento comunista de Sudáfrica debían tomarse en serio a los campesinos y a los temporeros. Esta postura implicó que tuviese que nadar contra corriente en las dos corrientes políticas. Los comunistas sudafricanos eran ortodoxos en su empeño en el proletariado urbano, mientras que el CNA durante años apenas se percató de que los pobres del área rural eran una de las bases para la movilización.

Mbeki nació en 1910 en el seno de una familia que pertenecía a la élite campesina modestamente acomodada del oeste de Transkei. Transkei era un extenso territorio rural donde los jefes tribales ejercían un considerable poder, aunque estaban bajo la jurisdicción de los magistrados blancos. Su padre era un cacique asalariado que también cultivaba la tierra y dirigía un negocio de transportes en carros tirados por bueyes; tanto su padre como su madre eran metodistas devotos.

Después de asistir a un internado de misioneros, Mbeki estudió en Fort Hare, la única universidad del sur de África que admitía a estudiantes africanos. Durante las décadas de 1930 y 1940, se convirtió en el semillero del nacionalismo africano. Mbeki, como muchos de los estudiantes de su generación, se radicalizó en 1936 a causa de los nuevos derroteros de la política nacional, como la supresión del derecho al voto de la población negra en la provincia del Cabo y el proyecto de ley segregacionista del gobierno de J. B. M. Hertzog. Acontecimientos internacionales como la invasión de Abisinia por parte de Italia también determinaron esta actitud.

En su travesía hacia el nacionalismo africano, Mbeki contó con muchos de sus coetáneos a su lado; no obstante, también siguió otra senda política mucho menos transitada en la misma época. Dos hombres que había conocido en Fort Hare prendieron la mecha de sus convicciones socialistas: Eddie Roux, un miembro del Partido Comunista, y Max Yergan, un afroamericano que formaba parte del personal de la universidad. El joven Mbeki fue un fervoroso converso que repartía propaganda comunista y devoraba cualquier material marxista que caía en sus manos.

En sus visitas a Johannesburgo, se hizo amigo íntimo de Edwin Thabo Mofutsanyana, uno de los líderes del Partido Comunista. Sin embargo, no se adhirió al partido hasta mucho más tarde, lo que, como él mismo explicó más adelante, se debió a su heterodoxia teórica. Creía que los esfuerzos de la organización debían dirigirse primero hacia las zonas rurales, mientras que Mofutsanyana insistía en centrarse en los trabajadores urbanos. Mbeki me comentó una vez: «Solíamos debatir, debatir y debatir».

El despertar de Transkei

Su primer trabajo justo al terminar la universidad en 1937 fue como profesor de secundaria en Durban. Junto con sus obligaciones docentes, sus horizontes intelectuales siguieron ampliándose. Se matriculó en un grado de economía de una universidad a distancia porque los escritos del líder soviético Nikolái Bujarin le habían parecido «interesantes, pero difíciles».

En 1938, publicó una serie de ocho artículos, que más adelante adoptaron la forma del breve librito Transkei in the Making («Transkei en ciernes»). Desafió la opinión de que los africanos del rural estaban atrasados a causa de su propio conservadurismo cultural, al defender que la pobreza de Transkei era consecuencia de la conquista colonial y de las leyes que abocaban a los jóvenes a trabajar en las ciudades y las minas.

En la escuela de Durban, Mbeki conoció a Epainette (Piny) Moerane, que también procedía de las zonas rurales de Transkei, y que se había adherido al Partido Comunista en 1938. La pareja se casó en 1940 y se mudó a Transkei. Govan dio clases durante dieciocho meses, hasta que lo despidieron por su trabajo político y su fuerte laicismo. Se pasó los diez años siguientes trabajando de tendero, periodista y coordinador político.

De 1938 a 1943, editó el periódico Inkundla ya Bantu —el único cuya propiedad y dirección estaban en manos de africanos— y, a lo largo de la década de 1940, también escribió para otros diarios de izquierdas alineados con el Partido Comunista. Utilizó estos medios para analizar la política económica de las reservas africanas como la de Transkei y, en general, para comprender la estructura de clases de la sociedad africana.

El prolífico periodista también fue un coordinador político infatigable. En 1941, Mbeki le escribió al presidente del CNA Alfred Xuma y le describió la región de Transkei como «políticamente aletargada». Invirtió toda su energía en espabilarla. Fundó los Transkeian Organised Bodies (Grupos Organizados Transkeianos), en un intento de aunar los intereses dispares de los distintos grupos locales en una única voz progresista, así como de asociar los problemas locales a las campañas nacionales del CNA. Desde este nuevo enfoque, Mbeki se dedicó activa e incesantemente a la política de 1943 a 1948.

Pero los años de politiqueo tuvieron su costo personal. Mbeki y Piny tuvieron cuatro hijos en la década de 1940, pero su matrimonio no daba más de sí. El duro trabajo de la vida cotidiana fue apagando el activismo de Piny, mientras que su marido no solía estar en casa. Él se fue de Transkei en 1953, cuando aceptó un puesto de profesor en Ladysmith, en la provincia de Natal. Una vez más, su participación extraescolar en actividades políticas provocó su despido por parte del ministerio responsable de la escolarización de los africanos.

Fue entonces cuando a Mbeki le ofrecieron dirigir la redacción local de Puerto Elizabeth del periódico New Age, que funcionaba como publicación extraoficial del PCS. En julio de 1955, se marchó a esta ciudad portuaria, donde entró en un ambiente político muy distinto del Transkei rural y de las Tierras Medias de Natal, con los que sí que estaba familiarizado. 

Puerto Elizabeth

Puerto Elizabeth fue la cuna en Sudáfrica de la acción política africana organizada. En la década de 1940, los sindicatos locales organizaron una serie de huelgas que apoyaban las luchas de la comunidad a causa de los alquileres, el precio de la comida y la aprobación de unas leyes que restringían el movimiento de la población negra. Sin embargo, ya en 1955, el espacio para ejercer abiertamente la resistencia política se había reducido drásticamente y el CNA tenía prohibido organizar mítines en la ciudad.

El reto era encontrar las distintas formas de enganchar a unas bases numerosas y apasionadas, así como de abogar por un activismo que fuese más allá de vigilar al Estado. Años más tarde, Mbeki recordó que «fue durante esta época, de 1956 a 1960, cuando perfeccionamos los métodos para trabajar en la clandestinidad». Ya estaban funcionando en la ciudad células embrionarias, a las que Mbeki añadió dos elementos más: por un lado, un programa de educación política sin precedentes en ninguna de las otras ciudades sudafricanas; y, por el otro, el énfasis en la discreción, la puntualidad y la disciplina para no llamar la atención de la policía.

Mbeki buscó activamente unir la lucha urbana y la rural. Viajó a menudo por las zonas rurales de la provincia del Cabo Oriental y de Transkei y, en Puerto Elizabeth, propuso organizar dentro de los albergues a los temporeros procedentes de zonas rurales. Elaboró un periódico clandestino mensual dirigido específicamente a las comunidades rurales, del que se imprimían y se distribuían miles de copias.

Al mismo tiempo, se comprometió a conciencia a escribir sobre los acontecimientos que se desarrollaban en las reservas y sobre la importancia de la Ley de Autoridades Bantúes (Bantu Authorities Act): «Ahora iba todos los domingos a la redacción [del New Age], me encerraba allí y me escondía». Se «escondía» para investigar y para buscar reportajes de prensa, documentos oficiales y actas gubernamentales.

Con base en este trabajo, publicó una serie de artículos con los que insistía en cuestiones que llevaba planteando desde hacía veinte años, así como en describir la resistencia de los campesinos frente a los jefes tribales y los magistrados. Estos artículos presagiaban la obra más conocida de Mbeki, The Peasants’ Revolt («La rebelión de los campesinos»).

Rivonia

Durante el período que va de marzo de 1960 a julio de 1963, de la matanza de manifestantes en Sharpeville a la redada de Rivonia, la vida de Mbeki cambió definitivamente. El contexto político impulsó a este profesor y escritor a la política revolucionaria y a los puestos de liderazgo en el CNA, el PCS y el MK.

Estuvo directamente implicado en el paso de la protesta no violenta a la lucha armada, además de estar presente en la asamblea donde el PCS aprobó formalmente este cambio político. El MK se fundó en 1961 para organizar un programa de sabotaje dirigido contra objetivos concretos y diseñado para evitar víctimas colaterales. Mbeki dirigió una célula del MK en Puerto Elizabeth.

En septiembre de 1962, se trasladó a Johannesburgo y, después, a la granja de Liliesleaf, en Rivonia, una propiedad que había adquirido el PCS para usar de piso franco. Sin embargo, justo cuando la seguridad debería haber sido más hermética, se hizo más porosa. Una redada por parte de la policía del apartheid llevó al arresto de diecisiete personas en el acto, incluido Mbeki.

Nelson Mandela fue el más importante de los procesados en el juicio subsiguiente. Mbeki fue uno de los otros nueve barones acusados de organizar y apoyar la campaña de sabotaje del MK —unos cargos que podían conllevar la pena de muerte—. Al finalizar el proceso, hallaron a ocho de los procesados culpables y los sentenciaron a cadena perpetua.

A Denis Goldberg, el único camarada blanco entre todos los declarados culpables, lo encarcelaron en Pretoria. A los otros siete los llevaron a la isla Robben, donde se acababa de construir una cárcel de máxima seguridad para prisioneros políticos y que estaba a casi diez kilómetros de distancia de Ciudad del Cabo. 

La isla Robben

Cada uno de los prisioneros halló una forma distinta de lidiar con las privaciones y las humillaciones de la vida en prisión. Mbeki las soportó —él sobrevivió—, pero con un costo físico y psíquico considerable. Otros prisioneros recordaban a Oom Gov («el tío Govan») como a una especie de ermitaño, dado a la soledad y a no participar en ninguna de las formas de entretenimiento disponibles.

Dos cuestiones sobresalen de sus años en prisión. Primero, las tensiones crecientes entre los líderes del CNA dentro de la isla Robben, que se materializaron en el deterioro de la relación entre Mbeki y Mandela. De 1969 a 1974, hubo dos grupos hostiles que discrepaban en cuanto a los principios y las políticas, pero también hubo choques de personalidades y temperamentos, lo que, combinado con el contexto despiadado de la prisión, contribuyó a elevar las tensiones.

En segundo lugar, Mbeki fue la figura central de un extraordinario programa de educación política obligatoria para todos los hombres del CNA que estaban en la isla. Fue una respuesta creativa de los veteranos de Rivonia al influjo de los prisioneros más jóvenes, que también estaban más enojados, tras la revuelta de Soweto de 1976 y la captura de los soldados del MK. El currículo incluía historia y ciencias políticas y económicas. Mbeki escribió muchísimo mientras estuvo encarcelado y los frutos de este trabajo se publicaron con el título de Learning from Robben Island («Lo aprendido de la isla Robben»).

Liberaron a Mbeki de la isla Robben en noviembre de 1987. Los otros hombres de Rivonia lo siguieron en 1989, mientras que Mandela consiguió por fin su libertad en febrero de 1990. Las negociaciones formales entre el CNA y el régimen del apartheid comenzaron en 1991. Tres años después, salió elegido un gobierno del CNA en las primeras elecciones democráticas sudafricanas, con Mandela como presidente.

En la cárcel, Mbeki se había burlado de la idea de que «las fuerzas libertarias podían llegar a un acuerdo con la burguesía» y advertía de que el resultado de dicho acuerdo «sería consolidar el capitalismo en detrimento de los oprimidos». Ahora observaba desde los márgenes cómo el acuerdo negociado proveía un cambio político de gran alcance, pero con una clara continuidad en la esfera económica: el mundo de los grandes negocios de Sudáfrica y el CNA habían decidido que se necesitaban mutuamente.

La lucha hasta el empate

Leal hasta el final, Mbeki se conformó, aunque a regañadientes, con el nuevo orden y aceptó el cargo, básicamente ceremonial, de vicepresidente del Senado. Lo más cerca que estuvo de expresar alguna reserva sobre las condiciones en las que el CNA había llegado al poder fue en un librito que se publicó en 1996, Sunset at Midday («Ocaso al mediodía»).

Para Mbeki, la lucha por la liberación resultó haber sido «una guerra sin ganadores absolutos», una en la que el nacionalismo africano y el nacionalismo afrikáner «habían luchado hasta quedar empatados». Pero, como continúa recordando a sus lectores, «las revoluciones, incluso las modestas, no se forjan en nuestros sueños, sino en las circunstancias históricas concretas. Lo que tenemos, aunque lejos de la perfección, es un punto de partida».

El tono no es triunfal en absoluto. Trata de sacarle el máximo partido a un logro que poco tiene de victoria —el viejo revolucionario consolándose a sí mismo diciendo que, después de todo, había sido una revolución modesta—.

Colin Bundy es historiador y autor de The Rise and Fall of the South African Peasantry and Govan Mbeki («Ascenso y caída del campesinado sudafricano y de Govan Mbeki»).

Available in
EnglishSpanishPortuguese (Brazil)GermanFrenchItalian (Standard)TurkishArabicHindi
Author
Colin Bundy
Translators
Eva Bruzos, Victor Muruet and ProZ Pro Bono
Date
26.12.2025
Source
JacobinOriginal article🔗
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